Es noticia
La banca islámica se crece con la crisis
  1. Mundo
  2. Historias de Asia
Ángel Villarino

Historias de Asia

Por

La banca islámica se crece con la crisis

La banca islámica saca pecho. Después de haber sido despreciada durante décadas fuera del mundo musulmán, tachada de medieval y oscurantista, este modelo que supedita el

La banca islámica saca pecho. Después de haber sido despreciada durante décadas fuera del mundo musulmán, tachada de medieval y oscurantista, este modelo que supedita el mercado a la coránica se presenta ahora en sociedad como una alternativa “más ética, más segura y a salvo de la especulación” con la que navegar en los ríos revueltos de la crisis financiera.

Ocurrió la semana pasada durante el Foro Económico del Mundo Islámico, celebrado en Yakarta (Indonesia) y donde el presidente anfitrión, Susilo Bambang Yudhoyono, propuso que el modelo musulmán “se prepare para asumir el liderazgo de la economía global”, ya que ha demostrado ser “más eficaz en momentos de crisis”. Yudhoyono animó a los bancos islámicos a lanzar una “campaña misionera” en Occidente con la que captar a los desencantados del capitalismo ortodoxo, e ilustrar al mundo sobre las ventajas de la “sharia financiera”.

A este “proselitismo bancario” no le faltan defensores en Occidente. Ahí está Loretta Napoleoni, una economista italiana afincada en Londres, cuyos análisis sobre la globalización se han vendido profusamente en varios países. En su último libro, Economía canalla, la ensayista augura que las finanzas islámicas se convertirán en el nuevo estándar monetario. Considera que sus métodos son “innovadores, flexibles y potencialmente más creativos” y sostiene que dentro de poco controlarán ya el 4% de la economía mundial, dado que algunos de los fondos de inversión en países musulmanes están atrayendo capitales occidentales a causa de la crisis.

En sintonía a las tesis de Napoleoni, los bancos islámicos presumen de haber registrado durante 2008 uno de sus mejores ejercicios, silbándole al sol de Oriente mientras se incrementan los problemas en el resto del mundo. Y es cierto, aseguran los expertos, que las estrictas normas de inspiración religiosa han mantenido a estos bancos al margen de “activos tóxicos” y burbujas especulativas. También es verdad que desde que se inventó hace poco más de 30 años, el modelo se ha extendido por todo el mundo, llegado a casi 80 países, mientras sus cuentas crecen entre un 10 y un 15% anual. Aunque su ámbito natural es Oriente Medio y el Sudeste Asiático, también funcionan ya en Europa, China y Estados Unidos.

Pero, ¿en qué consiste este modelo y cuáles son sus supuestas ventajas frente a la crisis?Brevemente. La ley islámica prohíbe la usura, los intereses y la especulación, de modo que para poder entrar en el negocio bancario los economistas musulmanes han ideado fórmulas que ofrecen servicios de crédito e inversión parecidos a los de un banco tradicional, pero con menores riesgos y menor margen de beneficios. Desde el Sudeste Asiático se ha extendido también una fórmula que impulsa el concepto de responsabilidad compartida de riesgos y ganancias entre el cliente y el banco y en la que cualquier transacción tiene que estar respaldada con activos reales. Para una explicación más técnica y completa de los fines y medios de la banca islámica, les recomiendo este breve análisis de la “Safe Democracy Forum” presidida por Martín Varsavsky, que se puede leer en castellano.

 Además, los bancos islámicos tienen vetada la inversión en negocios como la pornografía, el juego, el alcohol, el porcino y el tráfico de armas: una “alternativa moral” que ha llamado incluso la atención del Vaticano, que recientemente propuso unir esfuerzos con el Islam para impulsar una “banca más ética” en todo el mundo.

Y aquí abrimos el debate, que el asunto lo merece:

¿Cree usted que al menos algunos métodos de la banca islámica podrían ser una alternativa seria para nuestras finanzas?

La banca islámica saca pecho. Después de haber sido despreciada durante décadas fuera del mundo musulmán, tachada de medieval y oscurantista, este modelo que supedita el mercado a la coránica se presenta ahora en sociedad como una alternativa “más ética, más segura y a salvo de la especulación” con la que navegar en los ríos revueltos de la crisis financiera.