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'Gangnam Style', una gansada global
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Ángel Villarino

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'Gangnam Style', una gansada global

“La verdad, no tiene demasiado que explicar. Es sólo una canción que parodia a una chica y un chico que se visten y se comportan un

“La verdad, no tiene demasiado que explicar. Es sólo una canción que parodia a una chica y un chico que se visten y se comportan un poco cursi”. Así hablaba de su Gangnam Style la semana pasada el cantante surcoreano Psy's, responsable de ese ritmo pop pegadizo, aderezado con una coreografía bufonesca, que se ha convertido en un apabullante fenómeno global gracias a Internet. En menos de tres meses el vídeo ha batido récords y ha rozado los 300 millones de visitas en Youtube, lo que linealmente equivaldría a unos 2.200 años de visionado. “Sólo puedo decir dos cosas de Gangnam Style. La primera es que no entiendo nada. La segunda es que me he pasado una semana viendo el vídeo sin parar”, resumía durante un concierto al aire libre en Nueva York un seguidor entrevistado en la CNBC.

El estilo Gangnam (en referencia a Gangnam, un barrio pijo de Seúl) ha dado ya la vuelta al mundo varias veces, dejando a su paso un pegajoso rastro de gansadas. En California, 14 socorristas fueron despedidos después de grabar una parodia en las instalaciones de la piscina en la que trabajaban. Su “versión casera” alcanzó los 30 millones de visitas en Youtube y recibió un masivo apoyo en redes sociales, así como una atención desproporcionada de los medios de comunicación. Diarios del prestigio de Los Angeles Times le han dedicado extensas coberturas, e incluso enviaron reporteros a cubrir una sentada en la que se pedía que los socorristas fuesen readmitidos.

La canción, en la que algunos leen críticas contra el consumismo y de la que otros sacan lecciones de márketing, se ha bailado y parodiado también en cárceles filipinas, en platós televisivos de medio mundo (incluida una versión con Rajoy en España), en las instalaciones militares estadounidenses, en los cuarteles de la Marina indonesia, en los gimnasios más caros de Pekín, en prestigiosas universidades británicas… En las calles de Bangkok llegó incluso a motivar un tiroteo entre dos bandas de pandilleros que se retaron imitando la coreografía de Psy's.

El éxito ha traído, obviamente, consecuencias económicas. Algunas totalmente previsibles, como la producción de todo tipo de merchandising. Y otras no tanto, como la carrera bursátil de D.I. Corp, una compañía que se dedica al desarrollo de semiconductores y cuyas acciones se multiplicaron misteriosamente por tres. Las imprevistas ganancias, que la agencia Reuters valoró en más de 100 millones de dólares, no tienen nada que ver con los progresos de la empresa. La única explicación convincente se fundamenta en una relación de parentesco: el presidente y principal accionista de D.I.Corp, un tal Park Won-ho, es el padre de Psy's.

“La verdad, no tiene demasiado que explicar. Es sólo una canción que parodia a una chica y un chico que se visten y se comportan un poco cursi”. Así hablaba de su Gangnam Style la semana pasada el cantante surcoreano Psy's, responsable de ese ritmo pop pegadizo, aderezado con una coreografía bufonesca, que se ha convertido en un apabullante fenómeno global gracias a Internet. En menos de tres meses el vídeo ha batido récords y ha rozado los 300 millones de visitas en Youtube, lo que linealmente equivaldría a unos 2.200 años de visionado. “Sólo puedo decir dos cosas de Gangnam Style. La primera es que no entiendo nada. La segunda es que me he pasado una semana viendo el vídeo sin parar”, resumía durante un concierto al aire libre en Nueva York un seguidor entrevistado en la CNBC.