Es noticia
Ayuda humanitaria a Gaza: masiva y segura
  1. Mundo
  2. Las fronteras de la desigualdad
Chema Vera

Las fronteras de la desigualdad

Por

Ayuda humanitaria a Gaza: masiva y segura

El 90% de la población está en una situación de inseguridad alimentaria aguda. Mientras, al otro lado de la frontera, se amontonan toneladas de alimentos que entran a cuentagotas

Foto: Un avión egipcio lanza ayuda humanitaria en la Franja. (EFE/Atef Safadi)
Un avión egipcio lanza ayuda humanitaria en la Franja. (EFE/Atef Safadi)

En la Franja de Gaza se vive una catástrofe humanitaria. Ya van más de 30.000 personas asesinadas y 72.000 heridas por bombas, proyectiles y derrumbamientos. Han muerto 11.785 niños y niñas en el momento de escribir este artículo. Asistimos a una matanza, una carnicería de niños delante de nuestros ojos. Gaza será el mayor cementerio infantil del mundo cuando esta guerra acabe.

A la violencia se le suma la privación. Llevamos semanas alertando de lo que ya ha ocurrido. Hay niños que han muerto de hambre, bebés desnutridos que no pueden más. El 90% de la población de Gaza está en una situación de inseguridad alimentaria aguda. Mientras tanto, al otro lado de la frontera de la Franja, se amontonan toneladas de alimentos que entran a cuentagotas.

La diarrea y las enfermedades respiratorias se propagan en medio del hacinamiento, la falta de agua potable y la destrucción de los sistemas de saneamiento. Los bombardeos han dañado 155 instalaciones sanitarias, dejando sin funcionar buena parte de ellas.

Para el millón de niños y niñas desplazados, 600.000 de ellos malviviendo en Rafah, la ayuda humanitaria es indispensable para su vida. Hoy más que nunca supone la frontera entre la vida y la muerte.

Foto: Palestinos con sacos de harina entregada por la escasa ayuda humanitaria. (Reuters/Kosay Al Nemer)

Antes de cualquier otra consideración, hay que remarcar que la mejor ayuda humanitaria es el final de la violencia y el estricto respeto al derecho internacional humanitario. Hay que seguir exigiendo un alto el fuego inmediato que acabe con la matanza de niños y permita la entrada segura y masiva de ayuda humanitaria. No se puede esperar más, no cabe un día más de brutalidad contra la población civil. Hay que parar los bombardeos, liberar a los rehenes que quedan secuestrados y asegurar las condiciones para el rescate de una población que agoniza. Un posible ataque terrestre a escala sobre Rafah llevaría la matanza al horror dado el hacinamiento de la población en una zona reducida.

Mientras la violencia continúa, y pese a las condiciones extremas e inseguras, las organizaciones humanitarias seguimos respondiendo a nuestro mandato de salvar vidas, llegando también a los lugares más inaccesibles de la Franja. Hace unos días, una misión conjunta de UNICEF, la OMS y OCHA logró entregar vacunas, leche de fórmula y otros suministros sanitarios esenciales en el Hospital Al-Shifa, al norte de Gaza. La labor de la UNRWA es esencial en la Franja por su capacidad y presencia.

En estos cinco meses terribles, UNICEF y nuestros aliados hemos mantenido semioperativa una desalinizadora, así como otras vías de provisión de agua potable y vuelto a poner en funcionamiento una planta de tratamiento de residuos, esencial para prevenir enfermedades. A través de los dos pasos abiertos, aún con muchas restricciones, hemos introducido en estos meses más de 500 camiones con suministros médicos y de higiene, alimento infantil, agua y artículos para protegerse del frío. En inglés se dice “stay and deliver”, quedarse y responder. Como siempre, en todas las crisis humanitarias, mediáticas o no.

Dicho esto, la ayuda que ha entrado en la Franja es del todo insuficiente. Lo es porque las necesidades han crecido exponencialmente en la estela de la destrucción. También porque hay misiones humanitarias que no son autorizadas, por lo que se ha permitido la entrada de mucha menos ayuda de la necesaria y que está disponible al otro lado de los muros y vallas que rodean Gaza. Una media de 100 camiones al día en febrero, cuando serían necesarios al menos los 500 diarios que entraban antes del 7 de octubre. Finalmente, y aunque entre más ayuda, es indispensable que las condiciones de acceso y reparto mejoren. Con carreteras destrozadas, telecomunicaciones cortadas, refugios atacados, y trabajadores humanitarios asesinados, es muy difícil responder en la escala necesaria.

La ayuda que ha entrado es insuficiente porque las necesidades han crecido y porque hay misiones humanitarias que no son autorizadas

Las alternativas que se han usado o se están considerando para hacer llegar los suministros no pueden sustituir en el plazo necesario la ayuda por vías terrestres. Los lanzamientos de ayuda desde el aire son un último recurso que comporta riesgos de mal uso e incluso de accidentes graves, como el ocurrido hace unos días y que supuso la muerte de cinco personas. La ayuda por vía marítima, que está ahora sobre la mesa, será bienvenida si llega en la cantidad y frecuencia requeridas, lo cual exigiría la construcción de un muelle que se demoraría no menos de dos meses. Cabe recordar que bloquear el acceso por tierra de 15 camiones con alimento es dejar hoy a la población sin 200 toneladas de comida a la vista de unos pocos kilómetros de carretera.

La mejor manera de hacer llegar la ayuda humanitaria de forma urgente y eficiente es por tierra, flexibilizando el paso de camiones por los dos pasos operativos en el sur, Rafah y Kerem Shalom, y abriendo alguno de los pasos en el otro extremo, cerrados desde el 7 de octubre, para facilitar la ayuda a la población aislada en el norte de Gaza donde el hambre y el sufrimiento son más extremos. Una vez dentro, es indispensable que se protejan los convoyes humanitarios y que las principales rutas se despejen para el paso rápido de los suministros esenciales para la vida.

No se puede esperar más. Hay que dejar de matar niños con bombas y con el hambre. La ayuda humanitaria es un derecho reconocido internacionalmente para toda víctima de un conflicto y las partes en el mismo tienen el deber de garantizar este derecho tan humano.

En la Franja de Gaza se vive una catástrofe humanitaria. Ya van más de 30.000 personas asesinadas y 72.000 heridas por bombas, proyectiles y derrumbamientos. Han muerto 11.785 niños y niñas en el momento de escribir este artículo. Asistimos a una matanza, una carnicería de niños delante de nuestros ojos. Gaza será el mayor cementerio infantil del mundo cuando esta guerra acabe.

Gaza Israel Conflicto árabe-israelí
El redactor recomienda