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Celia Maza

Las manillas del Big -Ben

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Manet, como nunca se había visto

 Londres ha hecho las paces con Édouard Manet. El padre del arte moderno nunca se enfrentó con la ciudad del Támesis, pero de algún modo, la

 

Londres ha hecho las paces con Édouard Manet. El padre del arte moderno nunca se enfrentó con la ciudad del Támesis, pero de algún modo, la capital británica y en general toda Europa se sentía en deuda con él. Para hacerle justicia la Royal Academy va a dedicar una gran retrospectiva al hombre que vinculó las tradiciones formales de Velázquez y Tiziano con los avances postimpresionistas de Gauguin y Cézanne. Será, además, la primera exposición en la historia que se centre en sus retratos y la más importante del mundo del arte el año que viene, que abrirá las puertas en enero con 50 de las obras más exquisitas del pintor del siglo XIX. La pregunta es: ¿Cómo es posible que nunca antes se haya montado una exposición así?

La comisaria MaryAnne Stevens, que promete muchas sorpresas, asegura que los motivos no solo responden a la enorme dificultad de conseguir los préstamos de su obra, sino también a lo que representa en sí el protagonista. "Manet es muy difícil, es una figura enigmática y de algún modo se tiende a evitarle”, resalta. El pintor “ha generado gran cantidad de material literario, pero la mayoría resulta ser interpretativo más que apuntalarse en una base histórica. Y esto no es culpa de los estudiosos. Simplemente  el artista no dejó una gran cantidad de evidencias detrás y la gran mayoría de lo que sabemos viene de segunda mano”, añade.

Stevens, que ha pasado más de cinco años trabajando en el proyecto con Larry Nichols, experto del Museo de Arte de Toledo en Ohio, considera que el pintor es un referente: "Siempre he pensado que Manet es una figura fundamental. Si se quiere entender lo que sucedió desde la década de 1850 en adelante, se tiene que acudir a él”.

Nacido en una familia de clase media acomodada en París en 1832, el artista fue un innovador a la hora de elegir tema, estilo y técnicas. Su trabajo confundió a los críticos del momento y dio lugar a una carrera plagada de rechazos. Sus dos obras más famosas, Olimpia -que muestra a una prostituta desnuda mirando directamente al espectador- y Déjeuner sur l'herbe- una escena de picnic con una chica desnuda- causaron un gran revuelo cuando se exhibieron por primera vez.

Por su temprana muerte, a los 51 años en 1883, dejó sólo alrededor de 400 obras que a menudo son las joyas de las colecciones públicas de medio mundo. Las hay también en manos privadas y otras que no suelen exponerse debido a su delicado estado.

Venciendo las dificultades, la Royal Academy ha reunido más de 50 pinturas, la mayor cantidad de piezas del artista reunida hasta la fecha en Reino Unido. Los préstamos incluyen obras notables. El Musée d'Orsay en París, por ejemplo, ha cedido por ejemplo Berthe Morisot con un ramo de violetas, Stéphane Mallarmé, Madame Manet au piano y su famoso retrato de Émile Zola, que se expondrá por primera vez en Inglaterra.

Otros cuadros destacados que podrán verse son El ferrocarril de Washington, El almuerzo -que casi nunca presta la Neue Pinakothek de Munich- y un retrato de una de sus las alumnas del maestro, Eva Gonzales, en el que muestra a la joven vestida de blanco mientras parece trabajar en una de sus pinturas, y que pertenece a la National Gallery. “Realmente será una exposición excepcional”, señala Stevens. Entre otras cosas, porque incluirá lienzos que casi se muestran al público, como por ejemplo, el retrato de cuerpo entero de Monsieur Arnaud, a caballo, prestado por la Galleria d'Arte Moderna de Milán.

Hasta ahora, las exposiciones más importantes que se habían dedicado a Manet fueron las de París y luego Nueva York, en 1983. Desde entonces, se han realizado algunas muestras pequeñas centradas en aspectos específicos de su trabajo, como los bodegones o el mar. Pero nunca antes se habían estudiado con tanta profundidad sus retrato, ni en los museos ni tan siquiera en los libros.

La espectacular muestra también explorará el uso pionero del artista de amigos y familiares como modelos en sus representaciones de la burguesía que vivía en un rápido proceso de modernización en la  Francia del Siglo XIX. “Sin duda es un reto", dijo Stevens. Y no dudo en que la exposición planteará aún más preguntas sobre los procedimientos creativos del artista y el terreno incierto entre su obra acabada e inacabada".