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Las Malvinas votan en referéndum si quieren seguir (o no) siendo británicas
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Celia Maza

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Las Malvinas votan en referéndum si quieren seguir (o no) siendo británicas

 Aquel 2 de abril de 1982, Margaret Thatcher se levantó muy temprano, como todos los días. Cuando escuchó las noticias, no dio crédito. Eran las 8.30

 

Aquel 2 de abril de 1982, Margaret Thatcher se levantó muy temprano, como todos los días. Cuando escuchó las noticias, no dio crédito. Eran las 8.30 de la mañana y las Malvinas habían dejado de ser británicas. Las tropas argentinas las habían tomado durante la noche. La Dama de Hierro logró recuperar el archipiélago en junio. Más de tres décadas después de una sangrienta guerra, Londres y Buenos Aires siguen su particular batalla por la cuestión de la soberanía. Pero este domingo, por primera vez en la historia, serán los isleños quienes tomen la palabra. En un referéndum sin precedentes, los ciudadanos de las islas votarán durante hoy y mañana “si quieren conservar su estatus político actual como Territorio de Ultramar del Reino Unido”.

"No somos una colonia, somos un territorio británico de ultramar por elección, que es algo totalmente diferente. No estamos gobernados por Gran Bretaña. Somos completamente autónomos, con excepción de los departamentos de Defensa y Relaciones Exteriores", explica un portavoz del Ejecutivo isleño.

Actualmente existen catorce territorios de ultramar británicos. Cada uno, con diferentes grados de autonomía. En el caso de Falkland Islands (como se conocen las Malvinas en inglés), la Constitución establece una Asamblea Legislativa formada por ocho miembros elegidos democráticamente. El Gobernador, asignado por Londres, puede aprobar leyes “con el consejo y consentimiento de la Asamblea Legislativa”.

En el caso de que en el referéndum gane el “no”, comenzarían los trámites para realizar otra consulta popular sobre las opciones alternativas de gobierno. En el caso de que los isleños voten a favor de mantener su estatus actual, seguirían ligados a Londres. Eso sí, manteniendo su derecho a la libre determinación. En otras palabras, en el futuro no se descarta la independencia.

Cameron, sin opciones

El premier David Cameron, consciente de que prácticamente la totalidad de la población se considera británica, ha dicho que respetará cualquiera que sea el resultado, ya que el pueblo de las Malvinas “tiene derecho a ejercer su libre elección". No en vano, en 2011, la celebración del 29 aniversario del enfrentamiento estuvo marcada por la petición del primer isleño que quiso la nacionalidad argentina.

Por su parte, desde la Casa Rosada, donde se habla de los isleños como “colonos”, aseguran que éstos no deberían tener voz en una discusión “sólo a dos bandas entre Londres y Buenos Aires”. 

Tras renovar su mandato en las elecciones presidenciales de 2011, a Cristina Fernández de Kirchner se le metió entre ceja y ceja reabrir el polémico debate. Considera que Argentina tiene derecho a las islas, ya que las heredó de la corona española a principios de 1800 y están más próximas al continente sudamericano. Pero sus pretensiones enfadaron (y mucho) a Downing Street. La situación empezó a ser tan tensa que el mismo Barack Obama pidió a los dos líderes que se sentaran a dialogar. Pero no se han cruzado ni una palabra. Al menos, en persona, porque las alusiones en sus correspondientes parlamentos no cesan.

A principios del año pasado, coincidiendo con el 30 aniversario del conflicto, Cameron reveló que había convocado al Consejo Nacional de Seguridad y que Argentina no debía subestimar su determinación a defender a sus compatriotas. El archipiélago ya cuenta con cuatro aviones Thyphoon en Mount Pleasant, base aérea con radar, una fragata y destructor que patrulla la zona. Pero Londres no descarta, si fuera necesario, desplegar más efectivos militares a través de la isla de Ascensión.

Kirchner ya había movido anteriormente ficha cuando, en una cumbre celebrada en Montevideo en diciembre de 2011, los países del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- acordaron bloquear el acceso a sus puertos de buques con bandera de las Malvinas, con las consecuencias que eso conlleva para los isleños, que viven prácticamente de la pesca.

La concesión de licencias de exploración petrolífera por el Reino Unido en 2010 también supuso un aumento de las tensiones, ya que se cree que sólo en 2012 se pudieron extraer hasta 8,3 millones de libras de crudo.

La familia real toma parte

En medio de toda la polémica, el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión a la corona británica, viajó el año pasado hasta las islas para tomar parte en unos entrenamientos de seis semanas como piloto de helicóptero de rescate. Buenos Aires consideró la visita como un acto de provocación.

La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de  la UE, la británica Catherine Ashton, señaló que las Malvinas constituyen  “una cuestión bilateral” que afecta a los Gobiernos de Londres y Buenos Aires, si bien recordó que los tratados europeos incluyen a las Malvinas como territorio dependiente de un Estado miembro.

Por su parte, la ONU dictaminó en 1965 que el de las Malvinas es un caso de colonialismo y desde entonces se suceden las resoluciones del organismo internacional que instan a las partes a negociar su soberanía.