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¿Puede un ministro vivir con 9 euros diarios?
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Celia Maza

Las manillas del Big -Ben

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¿Puede un ministro vivir con 9 euros diarios?

  ¿Puede vivir un ministro con 53 libras (64 euros) a la semana? O, lo que es lo mismo ¿con 7,57 libras al día (9 euros)?

 

¿Puede vivir un ministro con 53 libras (64 euros) a la semana? O, lo que es lo mismo ¿con 7,57 libras al día (9 euros)? El reto se ha planteado al responsable de Trabajo y Pensiones del Gobierno británico, Iain Duncan Smith, coincidiendo con la puesta en marcha de los recortes más draconianos en tiempos de paz llevados a cabo por el Ejecutivo de David Cameron, que ha asestado esta semana el mayor tijeretazo al llamado Estado de bienestar de la historia del país.

Las medidas fueron anunciadas en marzo de 2010 por George Osborne, ministro del Tesoro, poco después de ocupar el cargo, pero ha sido esta semana cuando, oficialmente, se ha inaugurado la era de la austeridad tan temida por los británicos. Millones de familias se verán afectadas por unas medidas que entrarán en vigor progresivamente desde este mes de abril a octubre y que, en los casos más drásticos, dejará a los hogares con un presupuesto de 53 libras semanales. La cantidad es equivalente a la que recibían hasta ahora los menores de 25 años por buscar empleo.

Smith, cuya reputación y cargo depende en gran medida del éxito (o fracaso) de este programa, ha defendido a capa y espada el plan gubernamental por todos los platós de radios y televisiones. Pero fue un comerciante quien le planteó directamente en BBC Radio 4 si él sería capaz de vivir con ese presupuesto. La respuesta no pudo ser más clara: “Si tuviera que hacerlo, lo haría”, dijo. La cuestión es que un ciudadano llamado Dominic Aversano, que en ese momento estaba escuchando la entrevista, se tomó sus palabras al pie de la letra y el martes organizó una petición on line que, en cuestión de horas, recopiló más de 200.000 firmas. Hoy ya superan las 430.000.

Se reducirá el apoyo a los 5,9 millones de familias que se declaran con escasos recursos para sufragar el impuesto municipal sobre la vivienda

De aceptar el reto, el ministro sufriría una reducción del 97% de sus ingresos actuales, que ascienden a 1.581.02 libras (1.880 euros) por semana o 225 libras (264 euros) al día después de impuestos. “Esto permitiría hacer realidad el eslogan del Partido Conservador We are all in this together (estamos junto en esto)”, dice Dominic.

Lo cierto es que varios miembros del Ejecutivo están intentando dar ejemplo, reduciendo al máximo sus gastos. También lo están haciendo varios diputados laboristas, como Helen Goodman, responsable de Cultura en la oposición, que durante el mes pasado sobrevivió sólo con 18 libras (22 euros) semanales en comida para saber por lo que deberán pasar muchas de las familias que pierden ahora las ayudas estatales.

Pero ninguno de los políticos ha recibido tanta presión como Smith, que sin embargo, no ha tenido ningún reparo en declinar la invitación asegurando que en dos ocasiones durante su vida tuvo que vivir de subsidios mientras buscaba empleo.

En los últimos días se han organizado varias concentraciones en la capital británica para denunciar los recortes del Gobierno, aunque ninguna de ellas tan significativa como la que tuvo lugar en 2001, cuando Londres vivió su mayor jornada de movilización sindical de los últimos veinte años.

Con el tijeretazo, el Gobierno pretende ahorrar más de 83.000 millones de libras. El llamado Sistema de Bienestar costó el año pasado 164.000 millones de libras, o lo que es lo mismo, el Ejecutivo destinó el 23% de su presupuesto a subvenciones. Los laboristas en 1997 llegaron a emplear casi el 30% contribuyendo, según los Conservadores, a viciar el sistema.

En el Reino Unido, tocar estas pagas es casi un sacrilegio, pero lo cierto es que muchos expertos consideran que la cultura de los befenefits ha ido demasiado lejos. Tal y como estaba planteado el sistema, 130.000 personas perderían 90 peniques de ayudas estatales por cada libra que ganarían con un empleo. Alrededor de 1,7 millones de personas, perderían 70 peniques. A día de hoy, existen 4,8 millones ciudadanos en edad de trabajar que viven en hogares donde nadie tiene un empleo. Además, alrededor de 878.300 personas optaron por aceptar las ofertas de trabajo que les llegaban desde que en 2008 se modificaron las ayudas económicas para los parados que buscaban empleo.

Por otra parte, en la última década se ha duplicado el número de solicitudes de vivienda de protección oficial y aproximadamente, casi 700.000 personas en edad de trabajar que vive en estos pisos, disponen de una habitación sin ocupar, que en los casos más extremos, se alquila a estudiantes o turistas.

El Ejecutivo planea sustituir las diversas prestaciones sociales vigentes por una única ayuda universal

Con los cambios introducidos por el Gobierno, se recortaran las ayudas con una media de 14 libras a la semana (16,50 euros) a los que sobrepasen las necesidades de dormitorio de una familia. Los menores de 16 del mismo sexo tendrán que compartir cuarto y también los menores de 10, independientemente del sexo.

Por otra parte, se reducirá el apoyo a los 5,9 millones de familias que se declaran con escasos recursos para sufragar el impuesto municipal sobre la vivienda. Alrededor de 2,4 millones de hogares verán aumentar sus gastos con un promedio de 138 libras al año (162 euros) y dos millones de hogares pagarán el impuesto por primera vez.

Por primera vez también en la historia del Estado de bienestar británico, las prestaciones y créditos de carácter estatal ya no irán parejas al aumento del coste de la vida. A partir de hoy sábado, entra en vigor una medida que durante los tres próximos años reduce al 1 por ciento el incremento anual de los subsidios, muy por debajo de la inflación. Estos limitarán a un tope de 500 libras semanales (590 euros) por familia.

Además de retirar las ayudas por hijos a los hogares en las que uno de los cónyuges tenga ingresos anuales superiores a 43.875 libras (51.000 euros), el Ejecutivo planea sustituir las diversas prestaciones sociales vigentes por una única ayuda universal, pero la puesta en práctica de esta iniciativa se ha demorado por razones técnicas.