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¡Es la moneda, Dummkopf!
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José Zorrilla

Las tres voces

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¡Es la moneda, Dummkopf!

Hasta el 1 de Enero de 1999, fecha de la llegada del euro, Europa fue un espacio estratégico: en él eran posibles operaciones que la matemática

Hasta el 1 de Enero de 1999, fecha de la llegada del euro, Europa fue un espacio estratégico: en él eran posibles operaciones que la matemática no consiente. Por ejemplo: tu exportas más que yo pero yo tengo asiento en el Consejo de Seguridad, sumamos todo y somos iguales. Gracias a ese pensamiento estratégico, la relación entre Alemania y Francia pudo convertirse en la clave de bóveda del edificio europeo. Verdad es que en Europa también hay números: sin Presupuestos Generales, ni cuotas basadas en PIB y población, no podría existir. 

Pero una moneda común es algo más que números y para salir adelante necesita debajo una homogeneidad secundum monetam. Ahí no valen ni las ficciones ni las presunciones ni la buena voluntad. Por ello resultaba indispensable haber reducido a factor común, antes del euro, las veintisiete políticas monetarias y los otros tantos supervisores, organismos de control, tipos de interés, e incluso productividades. Esto último exigía crear un mecanismo parecido al del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) como el que tienen todos los Estados y gracias al cual se constituyeron en su día y subsisten hoy, Alemania incluida. Lo diré todavía más claro. Sin FCI no existiría Alemania. (Con perdón).

Reconozco que Alemania hace lo que todos. Barrer para casa

Negarse a la evidencia nos está llevando a la ruptura de Europa. Por el momento ya nos hemos dividido en acreedores y deudores. Y a nivel continental en centro y periferia, términos reservados a espacios geográficos ajenos, ciertamente no al europeo, regido desde el 18 de Abril de 1951 por la CECA.  

Que esto sea, como dice Sinn en su polémica con Soros, porque no lo quiere Francia o porque la condición alemana para crear el euro fue el de que no se mutualizase la deuda, o porque lo prohibe la ley (alemana), lo cierto es que a un espacio estratégico se le ha sobrepuesto un espacio monetario imperfecto con un regulador que se ocupa solo de la inflación, la "geheimes Untier" de Heinrich Böll. El paro por lo visto es cosa de otros. 

Recordémos ciertas verdades elementales:

- Sin FCI europeo los miembros más productivos serán cada vez más ricos y los menos productivos cada vez más pobres, algo, por definición, insostenible, no solo para el deudor sino para el acreedor, que es Alemania- vía Target 2.

- La agresividad que ello ha provocado y seguirá provocando entre los países de la Unión Europea es independiente de convicciones personales, vicios congénitos o conspiraciones de los Siete Jorobados. Es consecuencia inevitable de la multiplicidad de instancias monetarias estatales y de la ausencia de un FCI.

- La UE no es un hecho económico sino un sistema de seguridad alumbrado tras dos guerras monstruosas que estuvieron a punto de dar al traste con la civilización occidental. Si la lógica de la moneda común imperfecta se extiende a la relación francoalemana será el fin del pensamiento estratégico sobre el que se alzó el sueño europeo. Con los EEUU ya de espaldas al Atlántico para concentrase en el Pacífico es de imaginar cuál vaya a ser nuestro futuro. Véase el título de la polémica Soros-Sinn: "La cuestión alemana". Para echarse a temblar.

Más verdades elementales.

- Admiro mucho a De Gaulle pero su paradigma de grandeur se lo está llevando por delante la globalización.

- Otro tanto puede decirse del supuesto hegemón económico alemán. Alemania no tiene dimensión ni siquiera para colocar los instrumentos financieros de la República Popular de China.

- Por lo que hace a los holandeses, el puerto de Rotterdam, primero de Europa, es el décimo del mundo en contenedores y tiene un tráfico que apenas llega a un tercio del de Shanghai.

Negarse a la evidencia nos está llevando a la ruptura de Europa. Por el momento ya nos hemos dividido en acreedores y deudores

Si a eso se me responde que "es el grado de presencia que consiente nuestra dimensión y no estamos dispuestos a subir de categoría a costa de hacer una superación (Aufhebung) del Estado Nación" yo les contestaría que si tales son sus ambiciones, y ya que no quieren construir, al menos que se abstengan de destruir.

Reconozco que Alemania hace lo que todos. Barrer para casa. Pero ese "hemos hecho lo mismo que todos" es lo que dijo el Embajador de Alemania, Conde Ulrich von Brockdorff-Rantzau,  al rechazar la claúsula de culpabilidad que le imponían los Aliados en Versailles (1919).

En fin, dejemos atrás esos fantasmas y recordemos el viejo slogan de la campaña de Clinton: "¡Es la moneda, Dummkopf!"

*José A. Zorrilla, diplomático. Miembro del Consejo Superior de Asuntos Exteriores.

Hasta el 1 de Enero de 1999, fecha de la llegada del euro, Europa fue un espacio estratégico: en él eran posibles operaciones que la matemática no consiente. Por ejemplo: tu exportas más que yo pero yo tengo asiento en el Consejo de Seguridad, sumamos todo y somos iguales. Gracias a ese pensamiento estratégico, la relación entre Alemania y Francia pudo convertirse en la clave de bóveda del edificio europeo. Verdad es que en Europa también hay números: sin Presupuestos Generales, ni cuotas basadas en PIB y población, no podría existir.