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Francia: Le Malaise
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José Zorrilla

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Francia: Le Malaise

No se asusten, no me apunto al nuevo género literario que en inglés ya tiene nombre: 'France bashing', poner a parir a Francia

Foto: Hollande, en 2012, en la conmemoración del discurso de De Gaulle a favor de la resistencia contra la ocupación nazi. (Efe)
Hollande, en 2012, en la conmemoración del discurso de De Gaulle a favor de la resistencia contra la ocupación nazi. (Efe)

No se asusten, no me apunto al nuevo género literario que en inglés ya tiene nombre: France bashing, poner a parir a Francia. Menos aún se me ocurre hacerlo desde el punto de vista económico,sobre todo ahora que Francia acaba de llevarse, aparte del Nobel de Literatura, el de Economía. Sí, sí, en Ciencias Económicas:Jean Tirole es el tercero tras Gérard Debreu (1983) y Maurice Allais (1988). Quizás al lector le suenen también Frédéric Bastiat, Thomas Pikettyy el modelo de equilibrio de Léon Walras, que fue el paradigma hasta la crisis de 1929.

Un poco de historia para empezar. Cuando De Gaulle trae la V República lo hace con una visión estratégica.Lo primero, librar a Francia de la pesadilla colonial, pues mientras no hay orden dentro mal puede haber proyección externa de fuerza. Así pues, deja caer Argelia. Al tiempo, cierra las bases americanas en 'el Hexágono' (la Francia continental), abandona la estructura militar de la OTAN y se dota de fuerza nuclear y de tecnología militar propia. El asiento en el Consejo de Seguridad ya lo tenía, la fuerza frente a Alemania que le da el formar parte del bando vencedor, también. La estabilidad y la proyección de fuerza que provoca el nuevo paradigma hace que Francia deje de ser una Italia grande y se convierta en el respetado país que cree, desea y merece ser. Yo diría que esos 50 años que van de 1958 hasta la crisis del 2008 son una especie de Edad de Oro. Pero, como todos los minutos dorados, toca ahora a su fin.

Esto es fácil de escribir. Administrarlo desde el Elíseo, algo más complicado. Vamos a pasar revista a algunos de los problemas que afectan a nuestro vecino.

De ciencias sociales no hace falta hablar, sus grandes autores están en la mente de todos. Pero ¿conocen ustedes alguno que sea ahoraglobalmente influyente?En cuanto a la ciencia, a pesar de la excelente trayectoria de la República -basta pensar en Pasteur, De Broglie, Charcot o Marie Curie-, un grandísimo intelectual como Levi Strauss ya predecía en Tristes Trópicos que la investigación colectiva y las grandes inversiones estaban poniendo fin al modelo francés de curiosidad e investigación personal.

Vamos con la lengua francesa. Recuerdo que en Kim,de Rudyard Kipling, el joven mestizo, al recibir instrucciones sobre su educación, es advertido de que el conocimiento de la lengua francesa es "vital". Por aquellos años se quiso llevar a las universidades de Oxford y Cambridge el estudio de la filología francesa y la alarma fue general. ¿Para qué estudiar el francés si todo el mundo lo hablaba? En el mundo ruso su presencia era todavíamás abrumadora. En la familia de la poeta Anna Ajmátova esa era la lengua del comedor de diario. ¿Qué queda de aquello? El espacio linguístico inglés lo domina todo. Incluso el español, a pesar de su modestia administrativa, tiene la doble ventaja de ser lengua materna para 400 millones de personas y de extenderse por un continente en plena expansión y por Estados Unidos, mientras que el francés arraiga sobre todo en África, y no en la parte más poblada ni rica de tan vasta tierra, sin consideración de lengua materna.

En cuanto a la situación social interna, la asimilación de los emigrantes se ha revelado problemática y con ella cae un mito nacional fundacional: la escuela laica y republicana como instancia socializadora. Esa escuela fue capaz, por ejemplo, de integrar a un niño argelino lumpenproletario, hijo de una madre española discapacitada y con una abuela en casa que solo hablaba dialecto menorquín. El chaval sacó el bachiller y a los 40 años ganó el Nobel de Literatura. Se llamaba Albert Camus. ¿Cómo es que esa misma escuela no puede socializar a los chicos musulmanes que incendian barrios, queman coches y viven del salario mínimo de subsistencia? Añadamos, por cierto, lostres millones de beneficiarios de ese programa, otro fracaso social sonado. Pues a pesar del salario de subsistencia, la inseguridad ha llevado al abandono de muchas residencias habituales de clase media, poco protegidas, lo que ha generado problemas de articulación urbana de difícil solución. No es algo muy citado (corrección política) pero Houellebecq lo trata a su manera, es decir, desgarrada,en su novela Las partículas elementales, que recomiendo a los interesados en la crisis de Europa y no solo de Francia.

La hipertrofia administrativa es evidente. Citaré dos casos de los que he sido testigo. En Canadá la República Francesa tenía diez consulados contra cuatro del Reino Unido. Y el ministerio de Asuntos Exteriores, un cuerpo administrativo de cocineros, pues todos los cocineros de las embajadas de Francia eran expatriados franceses, algo que empezó a recortarse ante el horror general (el mío también como huésped frecuente) a partir del 2010.

El déficit estatal ha pasado en dos años del 85% al 95% del PNB. Pero con un índice de aprobación para Hollande del 13%, parece difícil que puedaenfrentarse a ese dragón. Diré también que en lo referente a la autoridad nuestros vecinos son algo especiales. El momento clave de su historia es la Revolución. Pero el tema arranca antes. Una de las razones por las que Luis XIV se llevó su residencia a Versalles fue que París andaba siempre motín va motín viene. El siglo siguiente vio la Revolución por excelencia y además la caída de Luis XVIII y Carlos X a golpe de barricada.El XIX se despidió con la Comuna y muy posiblemente la invasión alemana en 1940 evitó una guerra civil. Al menos la derecha francesa bautizó esa invasión como "la divina sorpresa". Más recientemente Francia nos gratificó con un 1968 de controvertida memoria. Se entiende que el poder sea reacio a recortes sociales.

Como se ve, los europeístas como yo lo teníamos ya difícil con el UKIP del Reino Unido. Con Le Pen en Francia la cosa se convierte en desesperada. ¿Tan grave es?, se preguntarán algunos.Bien. Si la UE tiene un embrión de política exterior y de seguridad común es porque en 1998 se reunieron Francia y Reino Unido en Saint-Malo y decidieron que así fuera. Privada ya de Reino Unido, con Francia en mal camino, y sin la ayuda de España o Italia, Europa sube como un globo hacia un centro de gravedad marcado por el eje Berlín-Varsovia-Moscú.

¿Varsovia? Efectivamente. Donald Tusk no habla inglés ni francés. Pero sí alemán y ruso. Alemania, incapaz de llegar en su enemistad hacia Rusiahasta donde quisiera Polonia, la lleva a la presidencia del Consejo de la UE. A la vez, forzada también por Estados Unidos, que la empujaa la hostilidad antirusaal tiempo que se vade Europa, no le queda otra sino rearmarse como lo está haciendo Japón. ¿Por qué, si no, dice ahora el ministro de Defensa alemán que el estado del material de combate es patético? Junten los puntos.

¿Hay algo que pueda hacerse? Definitivamente, sí. España puede proponerse como país de tránsito del gas, ahora que Ucrania no parece muy estable, lo que equilibraría el continente hacia el sur y haría contrapeso a Rusia. Pero para que esa propuesta calase sería necesario que tanto Francia como Alemania tuviesen un pensamiento estratégico europeo. No estoy seguro de que sea el caso.

No se asusten, no me apunto al nuevo género literario que en inglés ya tiene nombre: France bashing, poner a parir a Francia. Menos aún se me ocurre hacerlo desde el punto de vista económico,sobre todo ahora que Francia acaba de llevarse, aparte del Nobel de Literatura, el de Economía. Sí, sí, en Ciencias Económicas:Jean Tirole es el tercero tras Gérard Debreu (1983) y Maurice Allais (1988). Quizás al lector le suenen también Frédéric Bastiat, Thomas Pikettyy el modelo de equilibrio de Léon Walras, que fue el paradigma hasta la crisis de 1929.

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