Irán regresa, Arabia Saudí se va

Oriente Medio ya no es tan 'medio' como antes. No es un chiste. La región, centro del mundo durante tantos años y portada obligada de todos los medios de comunicación, está apartándose de esa 'posición' central. El petróleo no es lo que era, no hay conflicto árabe-israelí y el Canal de Suez no tiene la importancia que tuvo. Por otra parte, los anclajes de Occidente en la zona están dejando de ser los habituales.

Empecemos por Israel. EEUU ignoró las presiones de Benjamin Netanyahu para bombardear Irán y siguió el consejo ruso de obrar con prudencia. En el frente interno, el movimiento a favor del boicot a Israel (BDS) sigue avanzando imparable en Estados Unidos. Ninguno de esos dos fenómenos hubiesen sido posibles hace unos años.

Por el mal camino va la escalada de violencia de nuestros aliados tradicionales suníes en Yemen. De hecho, cuando a Barack Obama le preguntaron hace unos días "¿es Arabia Saudí un amigo?", su respuesta fue: "Es complicado". Poco antes, el presidente había reprochado al reino saudí el que su teología rigorista wahabita estuviese en el origen de Al Qaeda e ISIS, movimientos a los que financia sin rubor.

Nada tiene que ver étnicamente Irán con los árabes del desierto, a los que, desde sus magníficas ciudades, desprecian

Turquía es el otro baluarte que se tambalea. Erdogan ha hecho la apología del harén, sueña con convertirse en el 'comandante en jefe de las FFAA', ha citado a Hitler como un ejemplo a seguir en lo referente a toma de poder, no quiere diplomáticos extranjeros en el juicio a los periodistas Can Dundar y Erdem Gul, acusados de alta traición por haber revelado que Turquía envía armas al ISIS, ha cerrado el periódico 'Zaman', el más crítico con sus políticas, y abre y cierra las redes sociales (especialmente YouTube y Twitter) a su conveniencia. Es de subrayar que Erdogan no niega las revelaciones explosivas que manifiestan los periodistas. Simplemente, hacerlas públicas le parece una violación de secretos de Estado.

Dos son, sin embargo, los temas más graves: su insistencia en considerar "terrorista" a la oposición siria que Washington define como moderada (afines al partido PYD) y extender ese calificativo a todo el movimiento kurdo en general, con el PKK en primera posición. La doctrina estratégica turca de que todo es terrorismo resulta conveniente pero no convincente, visto el tratamiento que se da a los periodistas de 'Cumhuriyet' por revelar que Ankara ayuda al menos a algunos de esos 'terroristas'. Por el contrario, Estado Unidos avanza en Siria gracias a kurdos, iraníes y milicias chiíes, enemigos jurados no solo de Turquía, sino también de las petromonarquías suníes.

Irán, nuestro nuevo amigo

Y con esto llegamos al gran vuelco, eso que en francés se llama 'renversement des alliances'. Por el momento, en marcha y sin haberse completado del todo. Pero ya en acto. Irán está en vías de convertirse en nuestro gran amigo en la zona; gracias a Teherán (y a Moscú) avanzamos en Siria y puede encararse con esperanza el fin del proceso bélico en tan atormentado país.

Comprendo que es difícil salir del marco de referencia suní. Todos tenemos en la cabeza las imágenes de Lawrence de Arabia y la ausencia de Persia en todo este rompecabezas. Pues bien, habrá que irse acostumbrando a que Irán vuelve al centro de la zona. Y, con él, un Irak mayoritariamente chií. Es uno de esos cambios de percepción que no se ven a menudo y es de tal envergadura que llevará tiempo acostumbrarse.

Entretanto, recuerden. El álgebra, el logaritmo y el cero se originan en lo que hoy se llama Corasmia, territorio uzbeko y turkmeno entre Bokhara y Merv. Pero todos esos logros más la lengua de Firdausi, Ommar Kayyam y Hafez se forjaron en territorio políticamente persa. Nada tiene que ver étnicamente Irán con los árabes del desierto, a los que desde sus magníficas ciudades, con perdón, desprecian. Ahora que vamos entrando ya en la primavera, sería un buen momento para acercarse a claveles y rosas, regalo en su día de los sha persas a Carlos V, y admirar en su belleza el refinamiento del país del pavo real.