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Estados Unidos practica la guerra en un mundo de fantasía
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Argemino Barro

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Estados Unidos practica la guerra en un mundo de fantasía

Se llaman Ariana, Donovia y Gorgas. No son diosas paganas, sino países que el Pentágono se ha inventado para guerrear. Un gimnasio bélico donde poner los músculos a punto

Foto: Marines estadounidenses entrenan con morteros en Hawthorne, Nevada (Reuters).
Marines estadounidenses entrenan con morteros en Hawthorne, Nevada (Reuters).

Se llaman Ariana, Atropia, Donovia, Gorgas y Limaria; no son medicamentos ni diosas paganas, sino países que el Pentágono se ha inventado para guerrear. Un gimnasio bélico donde poner los músculos a punto en situaciones de máximo realismo, diseñado con un lujo descriptivo digno de Tolkien o R.R. Martin. Estas cinco naciones turbulentas, colocadas en un Cáucaso imaginario, tienen su propia historia, tropas y armamento, sus infraestructuras, partidos, fiestas nacionales, clima, religión y hasta divisa.

Las naciones descritas en el manual DATE (Ambiente de Entrenamiento para Acción Decisiva, por sus siglas en inglés, conseguido por el portal War Is Boring) son una guía para contextualizar el entrenamiento militar en bases de Estados Unidos y ofrecen paralelismos claros con la realidad. Ariana, por ejemplo, es un país milenario de raíces persas y mayoría chiíta que gobierna un líder supremo elegido por un consejo islámico. Sus principales activos son la región del sur, rica en petróleo, y un estrecho estratégico. Su Gobierno es revolucionario y expansionista. El retrato incluso especifica la manera que tienen los arianos de percibir en tiempo. A diferencia de los occidentales, dice el manual, no lo consideran un recurso a gestionar de forma eficiente, por lo que trabajar con ellos puede ser frustrante.

Atropia es Azerbaiyán y Limaria es Armenia, como aclara su relación. Los dos países se disputan desde hace años la región de “Baja Janga”, el equivalente obvio de Nagorno-Karabaj. Igual que los armenios, los limarianos exigen reconocimiento y protección a su inmensa diáspora, y los atropios están sometidos a una dictadura dinástica y petrolera. Gorgas es Georgia, una “democracia emergente” que “respeta los valores occidentales, quiere acercarse a la Unión Europea y a la OTAN” y “alejarse de Donovia” (Rusia), que en 2008 le arrebató los territorios secesionistas de Zabzimek y Ostremek del Sur.

El manual, de 824 páginas, invita a enriquecer las situaciones con hechos imprevistos. Como ejemplo, incluye 77 acontecimientos que modifican las condiciones militares, sociales o económicas de cada lugar: desde invasiones a tráfico de drogas o reconstrucciones de puentes, pasando por errores militares de los propios americanos. En una parte se derriba por accidente un avión de pasajeros de Ariana, parecido a lo que ocurrió con un avión iraní en 1988; en otra, la soldadesca practica el tiro al blanco con un Corán y enfurece a los locales (clara referencia a un caso ocurrido en Afganistán, que dejó más de 270 heridos).

No es la primera vez que el Pentágono inventa naciones en crisis. Desde la Segunda Guerra Mundial, el ejército de tierra diseña escenarios ficticios para que sus tropas se sumerjan hasta las cejas en detalles aparentemente nimios; todo importa. A finales de los años 40, los militares imaginaron un partido neofascista extendiéndose por la Europa devastada. Como una mancha de aceite, el Partido del Círculo Trigón, nacido en Baviera, llegaría a dominar Alemania, el Tirol austríaco, el Sur de Francia y el Norte de España. Los “trigonitas” se llamaban así porque estaban dominados por tres líderes autoritarios que poco a poco (así lo pedía el contexto) se ganaron la simpatía de los comunistas.

Las siguientes ediciones del manual de entrenamiento militar potenciaron la amenaza trigonita hasta dibujar una invasión de la costa este de Estados Unidos en 1947. Los enemigos conquistaron Florida y los estados de Nueva Inglaterra, y sus agentes lograron fomentar una rebelión entre Kentucky y Tennessee. El entrenamiento militar real, con este escenario en mente, se hizo en Texas: las “fuerzas de liberación” acometieron al invasor trigonita en Lampasas County en 1952. Los malos llevaban incluso el brazalete trigonita y el territorio estaba ambientado como en el Berlín ocupado, lleno de 'check-points'.

El elemento comunista de esta amenaza imaginaria acabó desbancando a los trigonitas. El ejército americano se inventó en los años 70 la República Popular Democrática de Krasnovia, trasunto evidente de la Unión Soviética. Durante décadas, los marines hicieron desembarcos imaginarios en los territorios adyacentes a Krasnovia para contener la expansión del comunismo. Hubo crisis nucleares y se escenificaron duras batallas en diferentes bases militares de California. Krasnovia se hundió en 1991.

Las naciones actuales del DATE son los restos de aquella república popular y se ajustan a los desafíos más calientes del mundo, desde el punto de vista del Pentágono. Pequeñas naciones inestables, étnicamente complejas, dominadas por vecinos poderosos y expansionistas capaces de encender un conflicto grave.

¿Y el polvorín del islamismo radical y Oriente Medio? Ese es el papel de Attica, un país seco y poroso al borde del colapso; el que peor lo tiene en este mundo ficticio militar. Attica lleva tiempo amenazada por el Congreso Radical Islámico y la Hermandad Islámica de la Yihad, que desea colocar allí su base de operaciones. Su enemigo mortal, Elisea, aprovechó su debilidad para invadir, y Estados Unidos tuvo que desplegar al ejército para contener la insurgencia y evitar la caída del Gobierno ático.

La batalla se libró sobre 8.000 kilómetros cuadrados entre Nuevo México y Texas, en 2012. Una superficie vasta e inclemente, ideal para probar el sistema de comunicaciones del ejército americano. El GPS, las radios y teléfonos móviles resistieron las murallas de arena levantadas por vehículos acorazados. 3.800 soldados, junto a miles de civiles y otros militares, participaron en el rescate del Gobierno ático.

Se llaman Ariana, Atropia, Donovia, Gorgas y Limaria; no son medicamentos ni diosas paganas, sino países que el Pentágono se ha inventado para guerrear. Un gimnasio bélico donde poner los músculos a punto en situaciones de máximo realismo, diseñado con un lujo descriptivo digno de Tolkien o R.R. Martin. Estas cinco naciones turbulentas, colocadas en un Cáucaso imaginario, tienen su propia historia, tropas y armamento, sus infraestructuras, partidos, fiestas nacionales, clima, religión y hasta divisa.

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