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"Huéspedes judíos, dúchense para nadar": el polémico cartel de un hotel de Suiza
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"Huéspedes judíos, dúchense para nadar": el polémico cartel de un hotel de Suiza

¿Error o racismo? Un cartel en un hotel de Suiza ha desatado un incidente diplomático con Israel. La gerencia dice que no buscaba denigrar a ningún grupo social, pero se les acusa de antisemitas

Foto: El hotel Paradies Arosa, en una foto promocional en su página web
El hotel Paradies Arosa, en una foto promocional en su página web

Si hemos de creer a su responsable, la extrema obsesión de los suizos por la limpieza y el orden ha sido el detonante de la polémica entre los Ministerios de Exterior de Suiza e Israel. Este mes, en el hotel Paradies Arosa apareció un cartel en el que se podía leer: “A nuestros huéspedes judíos, mujeres, hombres y niños, por favor tomen una ducha antes y después de ir a nadar. Si rompen las reglas, me veré forzada a cerrar la piscina para ustedes”. Permaneció 24 horas en la puerta de la zona común de la piscina del hotel Paradis hasta que una familia judía, que se alojaba allí, lo fotografió y lo hizo público a través del canal de televisión israelí Channel 2.

La medida provocó una queja oficial por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, que lo calificó de "un acto antisemita de la peor clase". El Ministerio suizo de Exteriores emitió este martes un comunicado en el que reiteró la condena de Suiza "al racismo, el antisemitismo y la discriminación". Por su parte el Centro Simon Wiesenthal, dedicada a documentar las víctimas del holocausto, pidió a la ministra suiza de Policía y Justicia, Simonetta Sommaruga, "cerrar el hotel del odio" y "castigar a su administración". Además pidió la eliminación de las reservas vía Booking.com. La Oficina suiza de turismo consideró "lamentable" el incidente y tachó de "inaceptables" los letreros.

placeholder El cartel, fotografiado por unos clientes.
El cartel, fotografiado por unos clientes.

Pero la gerente del hotel, Ruth Thomann, ha asegurado al periódico "The Algemeiner" que había puesto la señal porque “algunos de los huéspedes ingresaban a la piscina con camisetas y sin ducharse”. Admitió que fue un error no haber dirigido el aviso a todos los huéspedes y enfatizó que no tiene nada contra los judíos. En otra entrevista con el periódico suizo ‘Blick’ afirmó que: “En este momento tenemos muchos huéspedes judíos, y algunos de ellos no se duchan antes de nadar. Así que el dueño del edificio me pidió hacer algo al respecto. Yo ingenuamente escribí ese anuncio”.

Sin embargo, considera injusta la crítica por otro anuncio que estaba en el restaurante del hotel. En él se fijaban horarios para depositar la comida kosher en el refrigerador. “Como un servicio a nuestros huéspedes judíos, les permitimos poner su comida kosher en nuestro refrigerador. Establecí tiempos fijos para el acceso al refrigerador para que nuestro personal pudiera hacer sus comidas en paz y tranquilidad”, dijo Thomann a medios locales.

La gerente del hotel considera que ha habido un malentendido, aunque admitió que “empleó las palabras equivocadas” en los carteles que colocó durante el fin de semana al referirse a los “clientes judíos”. Indicó que un huésped le pidió, por correo electrónico, que eliminara las notificaciones, lo que hizo el domingo. Thomann insiste en que tienen muchos visitantes judíos en el hotel, especialmente en esta época del año, y que son muy bienvenidos. Pero está por ver si logrará eliminar el estigma de antisemitismo que ya se ha creado sobre el establecimiento.

Si hemos de creer a su responsable, la extrema obsesión de los suizos por la limpieza y el orden ha sido el detonante de la polémica entre los Ministerios de Exterior de Suiza e Israel. Este mes, en el hotel Paradies Arosa apareció un cartel en el que se podía leer: “A nuestros huéspedes judíos, mujeres, hombres y niños, por favor tomen una ducha antes y después de ir a nadar. Si rompen las reglas, me veré forzada a cerrar la piscina para ustedes”. Permaneció 24 horas en la puerta de la zona común de la piscina del hotel Paradis hasta que una familia judía, que se alojaba allí, lo fotografió y lo hizo público a través del canal de televisión israelí Channel 2.

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