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"Si llueve en Israel, diluviará en Irán": ¿habrá una guerra abierta en Oriente Medio?
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Elías Cohen

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"Si llueve en Israel, diluviará en Irán": ¿habrá una guerra abierta en Oriente Medio?

Los incentivos en contra del estallido de un conflicto armado de gran magnitud son muchos, pero la complejidad del tablero regional es tal que no cabe descartar totalmente ningún escenario

Foto: Una captura de vídeo muestra un lanzamisiles sirio en el objetivo de mira durante un bombardeo israelí en Siria, en mayo de 2018. (EFE)
Una captura de vídeo muestra un lanzamisiles sirio en el objetivo de mira durante un bombardeo israelí en Siria, en mayo de 2018. (EFE)

Los acontecimientos de la pasada semana en Oriente Medio han hecho saltar todas las alarmas. ¿Pueden los enfrentamientos entre Irán e Israel llevar a una guerra abierta y regional? Por supuesto que sí. Pero no es tan sencillo. Todo parece indicar que los delicados equilibrios seguirán manteniéndose y que no estallará una guerra… por el momento.

Un día después de la salida de los EEUU del acuerdo nuclear con Irán, conocido como JCPOA por sus siglas en inglés, la Guardia Revolucionaria iraní instalada en Siria lanzó 20 cohetes contra objetivos militares israelíes en los Altos del Golán, e Israel respondió con un ataque aéreo masivo sobre bases iraníes —algunos medios cuentan hasta 50 posiciones iraníes, el ataque más grande lanzado por Israel en Siria desde la Guerra de Yom Kippur—. Unas horas antes, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu estuvo unas 10 horas reunido con Vladimir Putin en Moscú. Netanyahu, después de la visita, señaló que Rusia no limitaría las acciones israelíes en Siria. Antes de que Trump saliera del JCPOA, Netanyahu había afirmado que era mejor un enfrentamiento con Irán ahora que más tarde.

El reino de Bahréin, no tan sorprendentemente, apoyó la respuesta de Israel. Los iraníes negaron toda implicación en el ataque a los Altos del Golán y el mismísimo presidente Hasán Ruhaní declaró que Teherán no quiere "nuevas tensiones" en Oriente Medio. El viernes, el ministro de defensa israelí, Avigdor Liberman, advirtió que "si llueve en Israel, diluviará en Irán".

Oriente Medio no es fácil

Entender el tablero de ajedrez de Oriente Medio no es sencillo, pero es necesario hacerlo para obtener algunas pistas sobre el futuro impredecible de toda la región.

Los iraníes, junto a los rusos, se han instalado en Siria para apoyar la supervivencia del régimen de Bashar el Assad. Junto a ellos está el grupo libanés chií Hizbulah —obediente a Teherán— con quien Israel libró una guerra en 2006. Hizbulah cuenta con más de 100.000 misiles y ha ganado aún más poder en Líbano tras las últimas elecciones.

Foto: Iraníes pasan sobre una bandera de EEUU y otra de Israel en la entrada de una mezquita en el norte de Teherán. (Reuters) Opinión

Estos tres actores, Rusia, Siria e Irán y sus 'proxies', han formado un bloque sólido que ha favorecido la construcción de un gran creciente chií desde Teherán hasta Beirut. La frase se atribuye al general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, verdadero artífice de esta estrategia de expansión por Oriente Medio: "Irán controla cuatro capitales árabes: Bagdad, Damasco, Beirut y Sa'na".

Irán y Siria son enemigos jurados de Israel: Siria desde el mismo nacimiento del Estado judío e Irán desde el triunfo de la Revolución Islámica de 1979. El ayatolá supremo Ali Khamenei declaró el año pasado que en 25 años no existiría la "entidad sionista". El anterior presidente de Irán, Mahmud Ajmadinejad, expresó públicamente en varias ocasiones su voluntad de “borrar a Israel del mapa". A este respecto, la punta de lanza del enfrentamiento con Israel ha sido Hizbulah: su secretario general, Hasán Nasralá, ha amenazado con iniciar un lanzamiento masivo de cohetes y misiles contra Israel.

Rusia, a su vez, está inmersa en un debate estratégico que es precisamente el que mantiene el equilibrio actual. Putin respeta la potencia militar israelí, aunque, de acuerdo con fuentes israelíes a 'The Economist', para la consecución de sus intereses en Siria le es más necesario Irán.

placeholder Un soldado israelí custodia un interceptor de misiles Iron Dome desplegado en los Altos del Golán, en enero de 2015. (Reuters)
Un soldado israelí custodia un interceptor de misiles Iron Dome desplegado en los Altos del Golán, en enero de 2015. (Reuters)

Los actores periféricos

Por otro lado, como ya hemos comentado, los países suníes, y a la cabeza Arabia Saudí, enemigos de Irán, han decidido unir fuerzas, al principio de manera soterrada, con Israel. A este respecto, el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en su última visita a los EEUU, criticó a los palestinos y reconoció el derecho de Israel a existir.

Israel, por su parte, es la principal potencia militar de la zona y aliado especial y acérrimo de los EE.UU. Sus vecinos siempre han visto la existencia de Israel como una anomalía y han intentado acabar con él infructuosamente. Israel goza ahora de acuerdos de paz con Egipto y Jordania y de buenas relaciones con los países del Golfo. Los palestinos están divididos, y en la Franja de Gaza gobierna Hamas que, pese a ser sunita, recibe ayuda y fondos de Irán.

Sin mencionar todos los demás actores no estatales que operan en Oriente Medio (Estado Islámico, Frente Al Nusra, Al Qaeda, etc.), la relación entre los diferentes protagonistas se asemeja a una olla a presión a punto de estallar por los aires. Un auténtico dolor de cabeza para cualquier estratega.

Además de todo ello, y lo que trae a colación la presente crisis, Irán había dejado de enriquecer el uranio suficiente para fabricar una bomba nuclear a cambio del levantamiento de sanciones económicas. El pueblo iraní, a finales de 2017, salió a la calle a protestar contra el régimen porque el dinero obtenido tras el acuerdo había sido empleado para su implicación militar en Siria y Yemen, y no para empoderar a los ciudadanos. Este acuerdo, reflejado en el JCPOA, lo firmó la República Islámica con EEUU, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Rusia y China. El JCPOA, con la salida de EEUU, parece condenado. Ninguna empresa va a arriesgarse a ser sancionada o vetada en EEUU: la sentencia condenatoria a BNP Paribas es, en tal sentido, suficientemente disuasoria.

Casi nadie quiere la guerra

La guerra de baja intensidad entre Israel e Irán empezó hace tiempo, mucho antes de que los iraníes se hicieran fuertes en Siria. No obstante, una cosa es atosigar a Israel y rodearlo desde Siria, Líbano y Gaza, y otra muy distinta es una guerra abierta.

Actualmente, Irán tiene una posición privilegiada en Siria y el respaldo de Moscú. Comenzar una guerra contra Israel pondría todo eso en riesgo. Los rusos prefieren quedarse en Siria y consolidarse en Oriente Medio. De cara a Occidente, Putin está más cómodo con el 'soft power' y es bastante inteligente como para saber que formar parte de un bloque contra Israel, EEUU y Arabia Saudí no casa con sus intereses presentes. Israel y los occidentales han bombardeado Siria en varias ocasiones y Rusia no llegó más allá de las palabras. Cuando el pasado febrero Israel bombardeó una base iraní en Siria tras la entrada de un dron en su espacio aéreo, Putin llamó a Netanyahu para que detuviera más incursiones y públicamente condenó la violación del espacio aéreo sirio, pero nada más.

Foto: Vladímir Putin y el ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigu ven el desfile de tropas rusas en la base de Hmeymim, en Siria, el 11 de diciembre de 2017. (Reuters)

Los países occidentales tampoco quieren una guerra abierta en Oriente Medio de ninguna de las maneras. La crisis energética que puede desembocar (la subida del petróleo tras el anuncio de Trump sería una broma en comparación con una guerra entre varios bloques) tendría consecuencias muy negativas para la economía de Occidente.

Irán no quiere una guerra, está más cómodo con el acoso a Israel desde varios frentes. Algunos analistas como Max Singer del Hudson Institute opinan que el enfrentamiento entre Israel e Irán a corto plazo se definirá en Siria. Israel no permitirá que los iraníes establezcan un bastión en Siria, pero tampoco forzará un cambio de la actual situación política en Damasco para no molestar a los rusos.

Con temor a equivocarnos, no estallará por ahora una guerra en Oriente Medio. Eso sí, la región seguirá siendo una de las zonas más calientes del planeta y cada nuevo enfrentamiento de baja intensidad hará que el mundo entero contenga la respiración.

Los acontecimientos de la pasada semana en Oriente Medio han hecho saltar todas las alarmas. ¿Pueden los enfrentamientos entre Irán e Israel llevar a una guerra abierta y regional? Por supuesto que sí. Pero no es tan sencillo. Todo parece indicar que los delicados equilibrios seguirán manteniéndose y que no estallará una guerra… por el momento.

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