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El mundo de las promesas rotas: de herejes arrepentidos al asalto a los cielos
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Ramón Casilda Béjar

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El mundo de las promesas rotas: de herejes arrepentidos al asalto a los cielos

Hay cuatro periodos a lo largo del siglo XX que conforman cuatro tipos de izquierdas generacionales e intelectuales

Foto: Vivek Ganapathy Ramaswamy, candidato en las primarias del Partido Republicano. (EFE/EPA/Cristóbal Herrera-Ulashkevich)
Vivek Ganapathy Ramaswamy, candidato en las primarias del Partido Republicano. (EFE/EPA/Cristóbal Herrera-Ulashkevich)

Vivek Ramaswamy, en su biografía, se presenta como un emprendedor y empresario exitoso que fundó y que ha estado al frente de 10 empresas diferentes. Se graduó en la Facultad de Derecho de Yale y se licenció en el Harvard College. Es autor de obras como Woke, Inc. (2021), Nation of Victims (2022) y la más reciente Capitalist Punishment: How Wall Street Is Using Your Money to Create a Country You Didn't Vote ( 2023).

Ramaswamy presentó en febrero de 2023 su candidatura a la presidencia de EEUU, por el Partido Republicano. Su discurso se parece en cierto modo al de Trump, pero es más coherente y mejor argumentado. Tiene sus fundamentos en la crisis de 2008, cuando se suscitó una gran ola de indignación contra los grandes bancos y fondos de inversión, indicando que corrían grandes riesgos y si ganaban, ganaban ellos, y si perdían, eran rescatados con dinero público por parte del Estado, pero al mismo tiempo miles de familias perdían sus casas por no poder pagar sus hipotecas y se producía una crisis universal que causó mucho sufrimiento. Surgió el movimiento Occupad Wall Street, que reclamaba ese dinero a la banca para paliar las necesidades de la población.

Foto: Vivek Ramaswamy en la La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC). (Reuters/Brian Snyder).

Según Ramaswamy, esto no gustó nada a los financieros y encontraron la salida en una izquierda que se reducía a reivindicar la igualdad frente a la discriminación, incluyendo las cuotas raciales y de sexo, la ideología de género, la libertad sexual, etc. Así que los financieros llegaron a un acuerdo con esta izquierda, por el cual se comprometían a promover toda esa ideología a cambio de verse libres de ataques. A ese acuerdo se sumaron después las grandes tecnológicas, que se estaban viendo fuertemente criticadas por su condición de monopolios de facto y por el mal uso de la información sobre los usuarios. Los grandes fondos de inversión, en particular Blackrock, State Street y Vanguard, que administran el capital de muchos millones de personas, controlan una parte importante de las acciones de las grandes empresas y con ello ostentan una fuerte representación en las juntas de accionistas y consejos de administración. Esos fondos utilizan esa capacidad para imponer en las empresas la ideología woke.

Como resultado, el que no comparte esa ideología se ve excluido y hasta puede perder su trabajo, con lo cual se ha instalado el miedo y se han eliminado de facto la libertad de pensamiento y la libertad de expresión. Ramaswany llama a todo esto una “perversión del capitalismo” y da buena cuenta de ello en Capitalist Punishment: How Wall Street Is Using Your Money to Create a Country You Didn't Vote (Castigo capitalista: cómo Wall Street está usando su dinero para crear un país por el que no votó).

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Ramaswany no es precisamente un militante de izquierdas, ni se espera que lo sea. Es todo lo contrario, es un anticomunista radical. No obstante, puede ser considerado desde las filas republicanas un hereje arrepentido, como en otro tiempo lo fueron Max Eastman y James Burnham, intelectuales brillantes y referentes de la izquierda estadounidense desde la Primera a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ambos desembocaron en el anticomunismo más radical y militante.

Si desean saber lo acontecido durante este periodo (ahora rescatado en parte por la película Oppenheimer, donde en parte se muestra el ambiente intelectual que planeaba sobre los intelectuales universitarios), recomiendo leer el elegante, vibrante y sólido libro de Susana García-Cereceda López: Herejes arrepentidos. La izquierda norteamericana en la primera mitad del siglo XX, que cuenta con el prólogo esclarecedor del profesor Julián Santamaría, uno de los politólogos más jóvenes de una brillante generación que se dio a conocer en la transición democrática del 78, hoy puesta en entredicho y en la diana de otra generación de politólogos que desean con su progresismo trasnacional sustituirla asaltando los cielos…

Escribe Santamaría, “este es un libro que se puede leer como un libro de aventuras”. Un libro que analiza con brillantez la fascinante aventura de la izquierda en una Norteamérica en la primera mitad del siglo XX a través de la peripecia intelectual de dos de sus representantes más singulares: Max Eastman y James Burnham.

Foto: Alexandria Ocasio-Cortez, en una marcha por el cambio climático. (Reuters) Opinión

¿Se imaginan los primeros años del siglo XX? El auge cultural y económico de la ciudad de Nueva York, coincidiendo con la llegada de un importante contingente de intelectuales judíos, que la convirtió en el principal centro de atracción para los intelectuales americanos que fueron recalando en la ciudad procedentes de la América profunda y configurando un grupo heterogéneo en torno a algunas publicaciones que aglutinaron a escritores y periodistas como Walter Lippmann, John Reed, Floyd Del y otras destacadas figuras de la izquierda, combinando en sus páginas la creación literaria y la crítica política, abrazando todas las causas revolucionarias, desde la crítica más radical de la desigualdad, la corrupción y el clericalismo a la defensa entusiasta del fenómeno más progresista, el pacifismo, el psicoanálisis y el internacionalismo.

Pero, como dice García-Cereceda López, ni Eastman ni Burnham se dejan clasificar fácilmente de otro modo. No son, en sentido estricto, ni filósofos ni científicos. No se les puede etiquetar como teóricos de la política, aunque escribían sobre temas relacionados con esta materia. Fueron, en el sentido más amplio, intelectuales políticamente comprometidos. Ambos forman parte del mundo, el de la primera mitad del siglo XX, en que el debate sobre los intelectuales adquiere una significación primordial.

Su trayectoria personal se despliega en un momento histórico marcado por una profunda transformación de los valores, del orden social y político, de los viejos equilibrios que en el plano internacional habían garantizado una etapa de enorme crecimiento y prosperidad en Europa y América. La suya es, por el contrario, una época de cambios acelerados, de mutaciones dramáticas, una época, por tanto, de transición, marcada por la confrontación de sistemas e ideas antagónicas. Es precisamente el momento en que los intelectuales, como categoría, se hacen más visibles al público por lo que son, lo que hacen y/o lo que deberían hacer, lo cual constituye un tema central de la polémica política.

Foto: Unamuno, a su salida de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936.


Hay cuatro periodos a lo largo del siglo XX que conforman cuatro tipos de izquierdas generacionales e intelectuales: la izquierda lírica, que ocupa el periodo de antes y durante la Primera Guerra Mundial, es decir, cubre toda la etapa que se conoce como la era progresista. Es esta la izquierda que formaron los rebeldes y que, con el lirismo literario y artístico que le caracteriza, defiende la Revolución rusa y a su líder, el carismático Lenin. Algunos de ellos apoyaron después a Trotsky, para luego alejarse de la esfera comunista. Inmediatamente después, pero ya entrada la década de los años treinta, se distingue la vieja izquierda, heredera de la anterior. Es esta la izquierda que ingresará en bloque a las filas conservadoras dos décadas después en los años cincuenta. Burnham y Eastman tienen creencias filosófico-religiosas, pero, en un momento determinado de la historia de sus vidas, coinciden en un fervor revolucionario de inclinación leninista y posteriormente coinciden también en un giro conservador. Hombres como ellos otorgaron a la cruzada conservadora la dignidad de su experiencia comunista.

En un tercer momento y naciendo en un contexto tanto nacional como internacional bien diferente, nos encontramos con la nueva izquierda que sirven las décadas de los años sesenta y setenta. El siglo se encuentra en plena madurez, por lo que ya no se acude a nociones como juventud e inocencia, que podrían explicar el lirismo de la primera izquierda, la lírica, pero esta nueva izquierda recoge de alguna manera el sentimiento, ya lejano, de aquella, aun a pesar de que uno de sus representantes más significativos, Max Errmann, no lo reconociera (afirmaba en una entrevista solo tres meses antes de morir que los nuevos rebeldes de los sesenta no eran de su agrado). El último periodo, que abarca los finales de los años setenta y llega hasta nuestros días, se conoce con el nombre de izquierda académica. Seguro que su resorte mental hace acto de presencia y reconocen algunos de los representantes actuales que pueblan la escena política. Encerrados y protegidos dentro de las torres de marfil universitarias, ya poco queda del lirismo inicial o de la ortodoxia de los años treinta, y la única izquierda que existe realmente en Estados Unidos puede quedar reducida al ámbito académico de los profesores universitarios y otros melancólicos o aceleradores de ideas en el universo de internet y las redes sociales.

Foto: Valencia cuenta con semáforos paritarios. (Efe/Juan Carlos Cárdenas) Opinión

Arrepentimiento, desilusión, honestidad, traición. La vida de Burnham y Eastman son páginas que narran historias personales, intelectuales y políticas que evidencian la fuerza de las ilusiones y las consecuencias del desamor. Son resultado de pasiones políticas, en ocasiones, sin embargo, muy decisivas para el destino del mundo. Un destino que con la caída del muro de Berlín, el final de la Guerra Fría, el encadenamiento de las sucesivas crisis de 2008, el covid-19 y la actual guerra de Ucrania, nadie sabe a ciencia cierta lo que sucederá ni cómo será su final. Ni siquiera Wall Street parece saberlo. El mundo tampoco.

Así que nos encontramos ante una situación no prevista, ni mucho menos deseada, haciendo más complejo, más interminable y más imprevisible el inmediato futuro, incluso para los intelectuales más diversos, cuya pregunta central gravita sobre el sistema que las ha generado. ¿El capitalismo tendrá fin? Para Fukuyama, la historia ha terminado y el capitalismo es el único triunfante; para Habermas, la utopía del capitalismo se ha agotado; para Milanovic, el capitalismo está solo; para Case y Deaton, el capitalismo muere por desesperación; para Roubini, el peligro del capitalismo está en las mega amenazas, y para Martín Wolf, el capitalismo es el sistema más exitoso de la historia, y el único capaz de proporcionar al mismo tiempo libertad y bienestar.

Foto: El presidente para Europa y Reino Unido de McCann Worldgroup, Fernando Fascioli, y la CEO de McCann España, Marina Specht. (McCann)

¿Pero cómo podemos no equivocar el camino? Encontrarlo con certeza requiere una perspectiva más amplia que en épocas anteriores y obliga a examinar todas las variables y factores susceptibles de ayuda para no equivocar el camino. Examinar las posibilidades desde múltiples ángulos aporta una visión más completa y más amplia, pero más compleja e intrincada, sobre todo ahora que las variables están profundamente interconectadas. Por tanto, más que nunca, es esencial examinar las interconexiones con una lente amplia, muy amplia, desde una perspectiva extensa de la realidad, para no equivocar el camino.

Quien lo desee, puede tratar de dar respuesta a tan sesudas cuestiones o imposibles preguntas por contestar con la debida certeza. Por mi parte, he de decirles que es un placer poder compartir estas ideas que invitan a la reflexión en este tiempo de verano. Así mantenemos tensionado el pensamiento y vivo el ingenio. ¡Les deseo las mejores vacaciones!

*Ramón Casilda Béjar. Autor de Capitalismo Next Generation. Empresario y empresa en el mundo poscovid-19. Tirant, 2021.

Vivek Ramaswamy, en su biografía, se presenta como un emprendedor y empresario exitoso que fundó y que ha estado al frente de 10 empresas diferentes. Se graduó en la Facultad de Derecho de Yale y se licenció en el Harvard College. Es autor de obras como Woke, Inc. (2021), Nation of Victims (2022) y la más reciente Capitalist Punishment: How Wall Street Is Using Your Money to Create a Country You Didn't Vote ( 2023).

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