Venezuela, luego del acuerdo con EEUU y las primarias

Después de muchos meses de un enorme letargo, la situación en Venezuela se sacude y dos eventos marcan una nueva etapa que está en pleno desarrollo: el acuerdo entre Venezuela y EEUU, junto a las primarias opositoras efectuadas el 22 de octubre para elegir a un candidato de unidad. Ambos eventos se relacionan íntimamente porque tienen como meta las elecciones presidenciales dentro de un año.

En este artículo, quisiera explicar el orden y la motivación de EEUU para iniciar, apuradamente, este acuerdo con respecto a Venezuela. La lista de prioridades de EEUU tiene tres temas y en este orden: 1) intentar mover a Maduro geopolíticamente, 2) intentar parar la migración e 3) intentar la vuelta de la democracia a Venezuela.

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Muchos piensan que la motivación número 1 de los EEUU para insistir en un acuerdo con la dictadura de Maduro es el petróleo. Difiero de esta perspectiva. La razón principal es geopolítica: hacer todo lo posible para que Maduro se aleje del cuadrante Rusia-China-Irán-Cuba, y el petróleo es solo la carnada. El hecho de que Venezuela vaya aumentando su producción y sea un proveedor para Occidente puede tardar más de tres años y suponer mucha inversión. Por otra parte, el gas que tanto interesa a Europa no le reporta a Maduro grandes beneficios económicos y tardaría varios años en alcanzarse. En definitiva, en esta área petrolera, el mayor beneficio es para Maduro, quien podrá inmediatamente vender a EEUU, a precio completo y pronto pago, el petróleo que hoy vende a China con unos enormes descuentos y pagos retrasados. Hablamos de unos 300.000 barriles diarios. Este cambio de vender a EEUU lo que hoy vende a China puede duplicar en semanas los ingresos de Maduro. Esta es la carnada más inmediata de EEUU para lograr su meta geopolítica. Fíjense que con el anuncio de los acuerdos, el petróleo bajo un 2%, pero en horas ese efecto se desvaneció y volvió a aumentar el precio. Sin embargo, lograr que Venezuela deje de ser un centro de operaciones de Irán, Cuba y Rusia en detrimento de las democracias iberoamericanas sí es algo muy relevante para Occidente.

La segunda razón de EEUU es tratar de dar muestras de freno a la ola migratoria, que será el tema más caliente de la campaña presidencial de 202. Todos los días, por la frontera hacia Colombia y Brasil huyen caminando de Venezuela un promedio de 1.500 personas. ¡Todos los días! Esto implica hoy más de 7.500.000 venezolanos regados por el mundo. En este sentido, la Administración Biden considera que meter a Maduro en un acuerdo que mejora sus condiciones económicas puede mitigar este desangre humano. En relación con este segundo punto, mi criterio es que la ola migratoria no va a parar, por el contrario, podría perfectamente aumentar. Los venezolanos huyen de Venezuela porque el salario mínimo promedio es de ¡cinco dólares mensuales!, pero más allá de esa realidad inhumana, el venezolano huye fundamentalmente porque no hay futuro, no hay servicios públicos, ni salud, ni electricidad y, lo más importante: no hay democracia ni derechos humanos. Con esto quiero subrayar que mi visión es que las concesiones otorgadas a Maduro no implicaran una reducción del fenómeno migratorio. Maduro ha instalado una sofisticada y generalizada red de corrupción y crimen organizado que se verá alimentada por dinero que nunca llegará al pueblo en la forma de empleo, inversión o educación. Debo decirlo de nuevo y están los hechos para mostrarlo: este cuadro de miseria comenzó mucho antes que las sanciones internacionales.

La tercera razón tiene que ver con el regreso de la democracia en Venezuela. Este domingo 22 de octubre se realizaron, con todos los obstáculos de la dictadura, las primarias para elegir la candidata de la unidad opositora. Aunque Maduro hizo todo para boicotear el proceso, no fue más violento porque parte del acuerdo con EEUU consistió en no reprimir las primarias. Sin embargo, de manera subterránea, antes, durante y después del proceso ha reprimido selectivamente y ha sembrado terror y censura, pero el pueblo venezolano reaccionó de manera extraordinaria y más de dos millones de personas votaron por María Corina Machado. Ese mismo día, Maduro empezó a gritar que el proceso fue un fraude, que se cometieron delitos por parte de la oposición y ha denunciado que el acuerdo con EEUU no se está cumpliendo.

Aquí es donde los dos temas se unen, primarias y negociación: ¿qué viene ahora? EEUU, a través del secretario Blinken en declaración pública y oficial, ha subrayado que el cronograma electoral presidencial con condiciones y derechos de todos a participar en las elecciones de 2024 debe estar claro para finales de noviembre, de lo contrario, EEUU revertiría los premios que le ha dado a Maduro. El nudo más importante es este: ¿cumplirá EEUU su promesa de revertir el proceso si Maduro no cumple con unas elecciones sin inhabilitados políticos?, este es el caso de María Corina y de decenas de dirigentes de la oposición (en mi caso, estoy inhabilitado por 30 años para ejercer cualquier posición pública, por ejemplo). ¿Cumplirá EEUU la promesa de revertir los trofeos dados a Maduro si no hay observación europea de modo pleno y otras garantías electorales?

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Queda un mes para poner toda la presión por parte de EEUU, Canadá, Europa (por cierto, es un error de España que antes que Maduro cumpla esté pidiendo a Europa levantar las sanciones individuales a la dictadura) y América Latina para que las inhabilitaciones políticas cesen y María Corina Machado sea la candidata de la unidad venezolana. Sin embargo, ¿qué está hoy en la cabeza de Maduro? Me atrevo a asegurar que Maduro está recalculando todo su plan de vuelo porque no se esperaba la masiva participación de los venezolanos en las primarias opositoras, esto implica: 1) hacer todo para que la oposición se salga de la ruta electoral, 2) igualmente, Maduro piensa que bajo cualquier escenario, si él no cumple, EEUU no va a revertir los trofeos que le dio, por ello, seguirá adelante sin cumplir e inventando modos de frustrar, perseguir y dividir a los venezolanos, y 3) señalar a la oposición como la culpable de que no avancen las promesas de los acuerdos.

Estamos en un mes crítico, en el cual todos los demócratas del mundo debemos acompañar al pueblo venezolano sin hacer más concesiones a la dictadura, de lo contario, la pobreza, la migración, el narcotráfico en los tuétanos del Estado venezolano, la presencia anti-Occidente en Venezuela y la violación masiva de derechos humanos continuarán por años. El pueblo venezolano está decidido a sacar a Maduro por votos y necesitamos que los demócratas del mundo nos ayuden a lograr la épica de vencer democráticamente la más feroz de las dictaduras.

*Julio Borges Junyent es venezolano, político y abogado.