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Atención políticos: la ley europea de libertad de prensa ya está aquí
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Elena Herrero-Beaumont

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Atención políticos: la ley europea de libertad de prensa ya está aquí

El enfoque de gobernanza de la UE para abordar el problema de la independencia de los medios presenta algunas propuestas que deberíamos estar abiertos a explorar

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Chema Moya)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Chema Moya)

Pedro Sánchez marcó un antes y un después en la relación entre la política y los medios en su insólita 'Carta a la ciudadanía', publicada en X el pasado 24 de abril. Un discurso característico de la democracia posmediática, donde los medios se encuentran más debilitados que nunca, y el poder político acumula cada vez más tintes autoritarios. En este discurso introduce frases como “medios de marcada orientación derechista y ultraderechista”, en referencia a los medios que destaparon una colección de supuestas irregularidades de su mujer, “supuestas informaciones de esa constelación de cabeceras ultraconservadoras”, “galaxia digital ultraderechista”, “la máquina del fango”, “una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas” …

A esta inquietante carta, se sumó el viernes pasado una iniciativa todavía más preocupante. Y es que un partido político, en este caso Podemos, decidió introducir una proposición de ley con el nombre de “registro de intereses de las personas propietarias o directivas de medios de comunicación”. Sin duda, la intención de revelar las estructuras de propiedad del mapa de medios en España es un objetivo legítimo, pero este propósito no debe estar mediatizado por intereses personales o coyunturas partidistas.

El presidente del Gobierno queda inmediatamente desautorizado cuando propone iniciativas o realiza propuestas en las que se presenta como juez y parte confundiendo su interés particular con la defensa del bien común. El hecho de que las propuestas o insinuaciones de controlar a la prensa o a los jueces surjan cuando es atacado él o un familiar cercano, siembran una duda más que razonable sobre sus verdaderas intenciones.

Recordemos uno de los fundamentos más esenciales e irrenunciables de una democracia liberal en la que supuestamente aún nos encontramos, a pesar de todos estos riesgos y amenazas de la clase política: la prensa existe como la institución de contrapeso del poder. A ella se la encomienda el deber de informar a la ciudadanía de los abusos del poder político y corporativo en una sociedad libre.

La Ley Europea de Libertad de Medios de Información

Podríamos concluir, de acuerdo con esto último, que el regulador europeo incurre en la misma tentación que Podemos tras aprobar la Ley Europea de Libertad de Medios de Información. Sin embargo, nos inclinamos por defender esta iniciativa porque el proceso regulatorio europeo ofrece un conjunto de medidas que permiten abordar las problemáticas de la desinformación en el entorno digital con las suficientes garantías. La discreta, pero sin duda “agresiva”, como la califican algunos expertos, nueva ley de prensa tiene un espíritu muy diferente al que se entrevé en las maniobras políticas de Sánchez o Podemos. Discreta porque ha pasado absolutamente desapercibida en España a lo largo de sus dos años de tramitación en Bruselas, y agresiva porque introduce un marco conceptual absolutamente disruptivo en nuestro país: abrir las estructuras de propiedad y financiación que están detrás de los medios sin otro objetivo que el de protegerlos.

Una prensa fuerte e independiente es un guardián esencial para combatir cualquier tipo de propaganda, responsabilizar a los que están en el poder y satisfacer el derecho fundamental del público a la información en una democracia liberal, reza la exposición de motivos de la ley. El problema fundamental es que la prensa ha perdido su soberanía en el actual contexto digital dominado por las grandes plataformas. Estas han trastocado, sin buscarlo, la competencia provocando un fallo de mercado que está poniendo en jaque la sostenibilidad democrática. Como dijo hace unas semanas el director de regulación de Atresmedia, Miguel Langle, en la jornada anual del Observatorio de medios: “Hemos pasado de un modelo en el que la televisión, la radio y la prensa ofrecen un contenido profesional y veraz, a un modelo donde las plataformas han permitido que la sociedad reciba todo tipo de contenido sin filtro ninguno”.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la entrevista en Televisión Española. (EFE/RTVE) Opinión

Además, la debilidad en el modelo de negocio de los medios, les ha expuesto todavía más al fenómeno conocido como la “captura de medios”, una situación en la que los intereses políticos o los procedentes de las élites económicas interfieren en las decisiones editoriales de las salas de redacción, contribuyendo a la pérdida de confianza y credibilidad del sector.

Para abordar esta problemática, el EMFA (por sus siglas en inglés) sitúa a la prensa en el centro del debate sobre la necesidad de preservar ciertos valores democráticos. Una de las principales premisas en las que se basa esta ley es que considera que los medios de comunicación son útiles para la sociedad y el pluralismo informativo es esencial para promover los valores democráticos. Muy diferente, por tanto, a las acusaciones de Sánchez contra los medios supuestamente de derechas.

Eduardo Fernández Palomares, responsable de cultura de la Representación Permanente de España en Bruselas (la llamada REPER) explicó en la misma jornada: el EMFA (por sus siglas en inglés) se basa en el principio de que los medios son esenciales para el pluralismo informativo y los valores democráticos. La ley promueve la independencia de los medios frente a corporaciones y gobiernos, y establece principios de transparencia y autorregulación para éstos, que serán supervisados por una entidad reguladora. Además, la EMFA busca equilibrar la relación entre plataformas y medios mediante la transparencia en la medición de audiencias.

El enfoque de gobernanza de la UE para abordar el problema de la independencia de los medios presenta algunas propuestas que deberíamos estar abiertos a explorar. Mientras tanto, pedimos al poder político español que se mantenga al margen y recuerde, como nos recuerda la Unión Europea, cuál es su función. Ciertamente, no controlar la prensa, sino impulsar un sano pluralismo informativo. Nuestra democracia está en juego.

*Elena Herrero-Beaumont es directora de Ethosfera y Javier Martín Cavanna, director de la Fundación HAZ. Juntos impulsan el Observatorio de medios.

Pedro Sánchez marcó un antes y un después en la relación entre la política y los medios en su insólita 'Carta a la ciudadanía', publicada en X el pasado 24 de abril. Un discurso característico de la democracia posmediática, donde los medios se encuentran más debilitados que nunca, y el poder político acumula cada vez más tintes autoritarios. En este discurso introduce frases como “medios de marcada orientación derechista y ultraderechista”, en referencia a los medios que destaparon una colección de supuestas irregularidades de su mujer, “supuestas informaciones de esa constelación de cabeceras ultraconservadoras”, “galaxia digital ultraderechista”, “la máquina del fango”, “una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas” …

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