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Represalias de Israel: una sanción contra España que solo golpea a los palestinos
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Ignacio Cembrero

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Represalias de Israel: una sanción contra España que solo golpea a los palestinos

El desatino de Yolanda Díaz al hablar de Palestina y el silencio Sánchez y Albares han ahondado la crisis con Tel Aviv que ahora prohíbe al consulado español en Jerusalén Este atender a los palestinos en Cisjordania

Foto: Israel Katz, ministro de Exteriores de Israel. (Reuters)
Israel Katz, ministro de Exteriores de Israel. (Reuters)
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Noruega e Irlanda anunciaron, junto con el presidente Pedro Sánchez en el Congreso, el reconocimiento de Palestina el próximo martes. Israel llamó a consultas a sus embajadores en las tres capitales, convocó a los representantes de esos tres países para amonestarles, pero con España fue un paso más allá.

El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, anunció el viernes por la mañana, en la red social X, que ha "decidido cortar la conexión entre la representación diplomática de España en Israel y los palestinos y prohibir al Consulado español en Jerusalén prestar servicios a los palestinos en Judea y Samaria", es decir en Cisjordania.

El motivo de ese castigo fueron las declaraciones de la vicepresidenta Yolanda Díaz, el miércoles, en un vídeo que grabó. Concluyó con el eslogan: "Palestina será libre desde el río hasta al mar". El río es el Jordán y el mar el Mediterráneo. Aunque la frase se presta a varias interpretaciones, en los tiempos que corren predomina una: toda la Palestina histórica debe de ser de los palestinos y no de los judíos, cuyo Estado ha de desaparecer.

Katz describió a la vicepresidenta como una "persona ignorante y llena de odio" cuyo llamamiento es "antisemita". Su enfado no es solo con Yolanda Díaz, sino con los responsables de la política exterior española, Pedro Sánchez y su ministro, José Manuel Albares, que no afearon su conducta a la vicepresidenta.

Foto: Yolanda Díaz, el 21 de mayo de 2024. (EFE / JJ Guillén)

La propia Yolanda Díaz intentó rectificar el viernes. Explicó que no se refería a que había que arrebatar a Israel las tierras que posee legalmente, sino a la necesidad de compartir Palestina entre los dos pueblos que ahora habitan en ella. Negó ser "antisemita". La excongresista estadounidense Rachida Tlaib, de origen palestino, lo explicó mejor hace unos meses en la red X: "Del río al mar es un llamamiento a la libertad, los derechos humanos y la coexistencia pacífica, no a la destrucción o el odio".

Mal que les pese a ambas, "del río al mar" es un viejo eslogan de la resistencia palestina que Al Fatah, el partido que sustenta a la Autoridad Palestina, ha dejado de usar, pero que sí hizo suyo Hamás. Khaled Mashaa, que fue líder del movimiento armado, declaró, por ejemplo, en el discurso con el que celebró en Gaza, en 2012, el 25 aniversario de la fundación de Hamás: "Palestina es nuestra del río al mar, de norte a sur". "No se concederá ni un solo ápice de terreno".

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)

Si el enfado israelí es comprensible, lo que es rechazable es que paguen las consecuencias, una vez más, los palestinos de Cisjordania que necesiten recurrir a los servicios del consulado de España en Jerusalén Este. No está claro cómo se aplicará la decisión de Katz, pero lo más probable es que los funcionarios españoles no puedan pasar los controles del Ejército para entrar en Cisjordania, donde viven 2,5 millones de palestinos. De ser así, también le resultaría más difícil al cónsul, Alfonso Lucini, mantener la relación con la Autoridad Palestina y con los cooperantes españoles que residen allí.

El anuncio de Katz recuerda un poco, a pequeña escala, la propuesta que hizo el miércoles el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, a Benjamín Netanyahu. Consistía en crear varios nuevos asentamientos de población judía en Cisjordania por cada nuevo país que reconozca a Israel. Son núcleos de población que incumplen el derecho público internacional y las resoluciones, de obligado cumplimiento, del Consejo de Seguridad de la ONU.

Tampoco está claro que la decisión de Katz sea del todo legal. La convención de Viena otorga el derecho a los Estados de atender, a través de sus consulados, a sus ciudadanos residentes en otro Estado y también en los territorios que este Estado ocupe militarmente. En Cisjordania residen un puñado de ciudadanos que ostentan la doble nacionalidad.

Foto: Concentración frente a la sede del PSOE de Álava para exigir a Sánchez que cambie su postura sobre el Sáhara. (EFE/L. Rico)

Aunque no lo ha dicho abiertamente, el Gobierno israelí lleva tiempo poniendo trabas a la relación entre España y la Autoridad Palestina que preside Mahmoud Abas. Desde finales de 2023, el ministro Albares intentó en tres ocasiones visitar Israel, y aprovechar para acercarse a Ramala, sede de la Autoridad Palestina, pero Katz le respondió que no tenía fechas disponibles para recibirle.

Yolanda Díaz lleva anunciado desde febrero que prepara un viaje a Palestina para reunirse en Ramala con su homólogo, el ministro de trabajo, Nasri Abu Jaish, pero no ha podido efectuarlo. Para llegar hasta allí hay que pasar por Israel y su Gobierno nunca dio el permiso. La idea tampoco entusiasmaba al jefe de la diplomacia española.

Habrá que ver cómo reacciona el Gobierno español a la sanción de Katz. Si aplicase una lógica de "diente por diente" debería restringir la labor del consulado israelí en Madrid o rechazar los contactos con los cónsules honoríficos que Israel nombró en varias comunidades españolas empezando por Cataluña donde la colonia israelí es más numerosa.

Foto: El presidente de EEUU, Joe Biden, en una comparecencia en la Casa Blanca. (Reuters/Nathan Howard)

No va a ser esa la réplica española. Ni siquiera llamará a consultas a la embajadora de España en Tel Aviv, Ana Salomón, como hizo Netanyahu con su representante en Madrid, Rodica Radian-Gordon. Aunque Albares no ha sido muy preciso, ha dejado caer que habrá una protesta. Esta suele consistir en lo que en el lenguaje diplomático se llama "nota verbal", que es en realidad un texto escrito cargado de reproches.

Antes de la nota verbal, Albares ya elevó el tono ante el Gobierno israelí por un episodio, el jueves, en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén. Los embajadores de España, Noruega e Irlanda fueron convocados no solo para regañarles, sino para obligarles a ver un vídeo del secuestro de cinco mujeres soldado israelíes durante el ataque de Hamás, del 7 de octubre pasado, al sur de Israel. Los diplomáticos fueron, además, grabados por la prensa mientras lo visionaban.

"Nosotros rechazamos (…) esa especie de exposición pública y de filmación", declaró el ministro ante los micrófonos de RAC 1. Horas después, Micheál Martin, viceprimer ministro irlandés, se expresó en términos similares: "Me parece totalmente inaceptable y no es forma de tratar a los diplomáticos, y está fuera de la norma por la que se trata a los diplomáticos en cualquier país".

Noruega e Irlanda anunciaron, junto con el presidente Pedro Sánchez en el Congreso, el reconocimiento de Palestina el próximo martes. Israel llamó a consultas a sus embajadores en las tres capitales, convocó a los representantes de esos tres países para amonestarles, pero con España fue un paso más allá.

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