Es noticia
Unión Europea: renovarse o morir
  1. Mundo
  2. Tribuna Internacional
Elena Valenciano

Tribuna Internacional

Por

Unión Europea: renovarse o morir

Carecemos de autonomía en asuntos clave para los ciudadanos y para el sostenimiento de nuestra Unión. Es hora de hacernos adultos y de asumir nuestra realidad

Foto: Vista general del hemiciclo del Parlamento Europeo en su sede de Bruselas. (EFE/Olivier Hoslet)
Vista general del hemiciclo del Parlamento Europeo en su sede de Bruselas. (EFE/Olivier Hoslet)

En vísperas de un nuevo mandato del Parlamento Europeo, y ante la cita electoral del día 9 de junio, cabe preguntarse por el inmediato futuro de la Unión Europea.

Sostengo que el proyecto europeo de convergencia y unidad de los 27 Estados miembros, que conforman actualmente la Unión, es la idea política más brillante y provechosa para nuestros ciudadanos en los últimos tres siglos.

Cambiar paz por enfrentamientos y construcción común por destrucción entre europeos, ha sido determinante para el bienestar de millones de personas. Los jóvenes europeos han cambiado las trincheras por el programa Erasmus y, hoy en día, la UE es el espacio geopolítico en el que mejor conviven la libertad, la igualdad y la justicia social.

En un mundo mucho más complejo que aquel del Tratado de Roma (1957) es imprescindible la cooperación, concertación y unidad de los países semejantes, socios y amigos.

Foto: Bandera de la Unión Europea. (EFE/Philipp von Ditfurth)

Unidos en la diversidad, lema adoptado por la UE en el año 2000, describe de manera precisa la intención de los fundadores, cuando imaginaron la Europa del porvenir tras el desastre de las dos guerras mundiales.

El éxito de la construcción europea durante los últimos 60 años es irrebatible: desaparición de las fronteras, prosperidad, paz, extensión de los derechos políticos, civiles y sociales, protección frente a las crisis, solidaridad con países terceros y consolidación de un papel relevante en las decisiones globales. Es imposible conseguir más logros en tan corto espacio de tiempo.

Foto: El presidente Volodímir Zelenski sujeta la bandera de la Unión Europea junto a la presidenta del Europarlamento, Roberta Metsola. (Reuters)

A lo largo de su breve historia, la Unión Europea se ha visto sacudida por distintas crisis y ha ido aplicando cambios en las políticas y en las instituciones para mantener el rumbo del proyecto. Tanto es así que cabe decir que la UE siempre ha salido fortalecida de las crisis a las que se ha enfrentado.

Monnet1 y Schuman2 definieron el método que debía seguir la construcción europea como el de “les petits pas”: se trataba de construir el edificio desde la base a través de la gestión común de sectores estratégicos con el objetivo de crear una solidaridad de facto entre todos los Estados miembros. Después de más de medio siglo de existencia ha llegado el momento de renovar el método: los sectores estratégicos del siglo XXI no son los del siglo XX y la aceleración de los cambios ya no permite el método de “les petits pas”. Grandes regiones del mundo reclaman su lugar y hacen valer su peso y la política ha dejado de ser el espacio privilegiado de las élites.

Foto: Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión, habla con Mario Draghi, entonces primer ministro italiano, en Kruen, Alemania. (Reuters)
TE PUEDE INTERESAR
En contra de lo que crees, la UE no se está quedando (tan) atrás respecto a EEUU
Nacho Alarcón. Bruselas Gráficos: Marta Ley

En estos últimos cinco años, la Unión Europea ha demostrado su capacidad para la acción concertada: la gestión de la pandemia del covid-19 ha venido a confirmar que trabajando unidos, somos más eficaces. Y no solo en la lucha contra el virus, también se tomaron decisiones sin precedentes para aliviar la crisis económica que se cernía sobre nosotros e impedir la crisis social. El impacto de la crisis sanitaria en el PIB de las economías más importantes de la UE en 2020 fue enorme (Italia -9,5; España -9,4; Francia -8,2 y Alemania -6,5). La respuesta de la Unión, a través de los Fondos Next Generation -créditos por un valor de 750.000 millones de euros a repartir entre 2021 y 2026- ha sido decisiva para salvar empleos, empresas y hogares. ¿Qué hubiera sido de España, por ejemplo, sin la solidaridad de la Unión?

Esa fuerza de acción concertada es la que la Unión Europea necesita para el diseño estratégico de las próximas décadas. Los retos a los que nos enfrentamos son de una magnitud tal que es de necios imaginar que los Estados miembros por sí solos pueden abordarlos.

El bienestar y la prosperidad de los que disfrutamos se han sostenido sobre algunos pilares que están hoy en entredicho: dependencia energética de Rusia, comercio de elementos de primera necesidad con China y una seguridad garantizada por el paraguas norteamericano. La revolución digital, la pandemia, la guerra de invasión de Ucrania, la dinámica belicista en Oriente Medio y la tentación aislacionista de los USA -con Trump en la presidencia y amenazando una siguiente- nos han despertado de un sueño adolescente. Hemos constatado que carecemos de autonomía en asuntos clave para los ciudadanos y para el sostenimiento de nuestra Unión. Es hora de hacernos adultos y de asumir nuestra realidad.

Foto: Un barco con migrantes llega a la costa de Lampedusa, en octubre de 2023. (EFE / Ciro Fusco)

Esta urgencia para impulsar nuestra autonomía estratégica debe ir acompañada de la restauración de un verdadero compromiso con la solidaridad. El mundo en desarrollo asistió atónito a la crisis de los refugiados de 2015 que encontraron una Unión Europea sin capacidad de respuesta. Ese año llegaron solicitantes de asilo y migrantes económicos a los Estados Miembros a través del Mediterráneo y el sudeste de Europa. Provenían de Oriente Medio, sobre todo de Siria, África, los Balcanes Occidentales y Asa del Sur. Se calcula que más de un millón de personas entraron en Europa y que más de 4.000 murieron intentándolo, un drama humano insoportable. Desde entonces, y a pesar de algunos esfuerzos3 la UE no ha encontrado la vía humanitaria ni eficiente de gestionar los flujos migratorios. En esa incapacidad que muchos juzgan falta de voluntad o, directamente, egoísmo se encuentra gran parte de la desafección con la que muchos países empobrecidos nos juzgan hoy.

Estamos dejando que mueran a nuestras puertas, en nuestras playas, quebrando así el compromiso con uno de los valores más importantes de nuestra Unión: la solidaridad y la defensa de los derechos humanos en el mundo. Debemos transformar también nuestra capacidad de acoger porque será uno de los ejes estratégicos del futuro: las migraciones no van a detenerse y la Unión Europea necesita del joven capital humano que llega desde fuera de las fronteras a nuestras sociedades envejecidas y con tasas de natalidad muy bajas. Hay que dejar de ver la inmigración como un problema y convertirlo en una oportunidad mutua, para el que llega y para los que estamos aquí. Y hay que cumplir con la legalidad internacional, hoy puesta bajo sospecha: los Estados están obligados a ofrecer protección a las personas cuyos derechos fundamentales se encuentran amenazados.

En definitiva, se trata de abordar, unidos, los grandes desafíos que presenta el siglo XXI, fortaleciendo nuestras capacidades y dotándolas de autonomía para garantizar que los europeos protejamos nuestros intereses en un entorno más competitivo. Pero también es el momento de recuperar los valores que han hecho grande a Europa: la defensa de las libertades y de la dignidad de todos los seres humanos.

..................

1Jean Monnet, comisario general del proyecto

2Robert Schuman, ministro de Asuntos Exteriores de Francia

3Pacto Europeo de migración y asilo (2023-2024)

*Elena Valenciano ha sido eurodiputada durante 14 años, vicepresidenta del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos. Actualmente, es presidenta de la Fundación Mujeres y miembro del Consejo de Estado.

En vísperas de un nuevo mandato del Parlamento Europeo, y ante la cita electoral del día 9 de junio, cabe preguntarse por el inmediato futuro de la Unión Europea.

Unión Europea
El redactor recomienda