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Aleluya: una candidata de izquierdas ha escogido como lema la libertad
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Ramón González Férriz

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Aleluya: una candidata de izquierdas ha escogido como lema la libertad

Joe Biden planteaba las elecciones como una batalla para preservar la democracia, Harris afirma que lo que está en riesgo es la libertad. Está intentando que esa palabra se vuelva un lema de izquierdas

Foto: Convención demócrata em Chicago. (Reuters)
Convención demócrata em Chicago. (Reuters)
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En las últimas décadas, los partidos de derechas han utilizado la palabra "libertad" mucho más que los de izquierdas. En ocasiones, esa libertad se ha circunscrito de una manera simplista a la economía, al deseo de que disminuya la burocracia y bajen los impuestos. El PP suele referirse a eso cuando habla de "libertad". Los republicanos estadounidenses tradicionales utilizan el término, además, para defender la innovación y la capacidad de las personas para triunfar socialmente. En muchos casos, es una palabra con la que los conservadores simplemente defienden algunas tradiciones cuestionadas: desde la protección de los toros hasta la supervivencia de los motores de combustión o el uso de ciertas palabras que otros consideran ofensivas.

Sin embargo, desde que Kamala Harris se convirtió en candidata de los demócratas, ha intentado que esa palabra se volviera un lema de izquierdas. Si Joe Biden planteaba las elecciones de noviembre como una batalla para preservar la democracia, Harris afirma que lo que está en riesgo es la libertad. Ha adoptado como himno de campaña una canción de Beyoncé titulada Freedom: "Porque también yo necesito libertad —dice la letra—/ yo sola rompo las cadenas./ No dejaré que mi libertad se pudra en el infierno". Y ha asociado algunos de los temas principales de su programa, como la reproducción, la maternidad o el aborto, a la libertad.

De acuerdo con sus propuestas, que una mujer quiera ser madre, cómo quiera serlo o cómo decida no serlo, no es algo que requiera el permiso de nadie: es una prerrogativa de toda mujer libre. En uno de sus mejores discursos, el candidato a vicepresidente demócrata, Tim Walz, dijo: "Puede que no esté de acuerdo con las decisiones que toma mi vecino. Puede que yo no tome las mismas. Pero este país es grande porque tenemos una regla de oro que hace que las cosas funcionen: en esas cuestiones, no nos metemos en los puñeteros asuntos de los demás". El Partido Republicano, venía a decir, no es el partido de la libertad, sino el que quiere que el Gobierno se inmiscuya en tu vida.

Es posible que se trate de una fórmula eficaz: un 63% de los estadounidenses son favorables a la legalidad del aborto en algunos o todos los casos, y un 70% son partidarios de la fecundación in vitro, sobre la que algunos republicanos han emitido mensajes ambiguos. Pero, en todo caso, es una gran noticia que la izquierda estadounidense pretenda recuperar para sí la palabra "libertad", que en los últimos años algunas tendencias del progresismo mucho más comunitaristas, e incluso autoritarias, habían solapado.

Una palabra relegada

Durante más de una década, la izquierda radical ha instigado el control social y la denuncia de los comportamientos que consideraba reprobables, así como la disolución de la personalidad individual en una identidad comunitaria predeterminada. En este mismo periodo, la izquierda más sensata se ha comprometido a reducir las desigualdades económicas y promover los derechos de las minorías sexuales; se trata de dos objetivos loables, pero aparentemente a ella también le incomodaba la idea de "libertad".

Muchas veces, como ha sucedido en España, incluso la ha utilizado de una manera tramposa, como si la libertad no tuviera que ver con la autonomía del individuo frente a los poderes, sino con recibir ayudas del Estado. En todo caso, durante bastante tiempo el lema del PSOE de 1976, "Socialismo es libertad", ha parecido una de esas cosas que es mejor dejar en el armario de los recuerdos agradables pero irremediablemente anticuados.

Foto: Un votante republicano sujeta un cartel con el lema de Trump 'Luchad, luchad, luchad'. (Reuters/Jeenah Moon) Opinión

Por supuesto, aunque contenga ideas profundas que Walz expresa muy bien, la "libertad" de Harris sigue siendo un lema electoral. Y los políticos abusan de los lemas. Harris ha querido, por ejemplo, enmarcar la lucha contra el cambio climático dentro de la lucha por la libertad: entre las libertades que según ella están en juego en las elecciones de noviembre señaló "la libertad de respirar aire limpio, beber agua limpia y vivir sin la polución que impulsa la crisis climática".Quizá respirar aire de calidad, en realidad, tenga que ver con la seguridad y no con la libertad.

Del mismo modo, el programa económico de Harris está repleto de malas ideas como la fijación de precios máximos para algunos alimentos. Una idea que no solo fracasaría, sino que no parece tener nada que ver con la libertad, a menos que este concepto se utilice tal como ha hecho tramposamente en los últimos años una parte de la izquierda: "la libertad de que una lechuga te cueste 0,60".

Sin embargo, aunque este escepticismo sea recomendable, es una buena noticia que, al fin, la izquierda haya vuelto a asumir esa palabra con orgullo. La libertad económica es una parte del liberalismo. El mercado libre es una expresión de libertad. Pero eso solo son partes de la libertad; igual de importantes o más son el control del propio cuerpo, la autonomía frente a los poderes del Estado y las grandes corporaciones, y la capacidad de asumir las responsabilidades necesarias para decidir tu propia vida. Hace tiempo que el conservadurismo, o la derecha puramente economicista, ignora estas cuestiones y utiliza la palabra como un señuelo atrapalotodo. No estoy seguro de que la izquierda vaya a hacerlo mejor. Pero, ¡aleluya!, al menos Harris quiere intentarlo. Ojalá cunda el ejemplo.

En las últimas décadas, los partidos de derechas han utilizado la palabra "libertad" mucho más que los de izquierdas. En ocasiones, esa libertad se ha circunscrito de una manera simplista a la economía, al deseo de que disminuya la burocracia y bajen los impuestos. El PP suele referirse a eso cuando habla de "libertad". Los republicanos estadounidenses tradicionales utilizan el término, además, para defender la innovación y la capacidad de las personas para triunfar socialmente. En muchos casos, es una palabra con la que los conservadores simplemente defienden algunas tradiciones cuestionadas: desde la protección de los toros hasta la supervivencia de los motores de combustión o el uso de ciertas palabras que otros consideran ofensivas.

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