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Trump y el desprecio a la verdad: otra vuelta de tuerca con las visas H-1B
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Trump y el desprecio a la verdad: otra vuelta de tuerca con las visas H-1B

Cuando la política queda abducida por la más obscena ideología, el sentido del progreso, siempre dependiente de la verdad y la ciencia, se resiente inevitablemente

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, firma la orden ejecutiva que impone una tasa de 100.000 dólares anuales a visados H-1B d. (Reuters/Ken Cedeno)
El presidente de EEUU, Donald Trump, firma la orden ejecutiva que impone una tasa de 100.000 dólares anuales a visados H-1B d. (Reuters/Ken Cedeno)

¿Qué tiene que ver que en España cada vez funcione peor todo -trenes, aeropuertos, apagones o el propio Parlamento- con el suicidio de civilización a cámara lenta al que asistimos en EEUU? Pues que cuando la política queda abducida por la más obscena ideología, el sentido del progreso, siempre dependiente de la verdad y la ciencia, se resiente inevitablemente. La única diferencia es el punto de partida y el ritmo.

El fin de semana pasado, la administración Trump pegó otra vuelta de tuerca al despropósito de la agenda MAGA e impuso un gravamen de 100.000 $ a las visas H-1B. Se trata del documento que venía expidiéndose gratuitamente al talento científico de vanguardia, importado de todo el mundo para trabajar en EEUU. El mismo que le ha permitido regar el ecosistema de Silicon Valley con generosidad. En palabras del físico americano de origen japonés, Premio Nobel, Mikio Kaku, criticando los tintes trágicos de la medida, un auténtico suicidio.

En España llevamos empeñados en frustrar el talento local desde hace años, si no décadas, como apuntan los informes del filósofo español J.A. Marina sobre el estado actual de la educación en España, el desprecio a la objetividad y al mérito. Y los eventos recientes se confunden con el paisaje. En EEUU, sin embargo, paradigma de la eficiencia y un imán para la atracción de talento, la noticia tiene cariz histórico. Y añadida a otras políticas, desprende un tufillo de punto de inflexión en la hegemonía americana. El propio Musk en X, advertía de que por esto "iría a la guerra".

La justificación del impuesto a las visas, es igual de fraudulenta, contraria a la verdad, que el fundamento esgrimido para la imposición de aranceles. Que el resto del mundo no ha hecho más que aprovecharse de EEUU ("reaping us off"). Cuando lo que pasa, es todo lo contrario: que ese resto del mundo ha estado financiando a bajísimo coste un nivel de vida por encima de sus propias posibilidades. Consumo e inversión por encima de la producción y el ahorro internos (en términos técnicos el "privilegio dólar", que contamos aquí 'Epitafio dólar') .

Foto: golden-visa-espana-defensores-capital-extranjero

El mismo razonamiento falso, profundamente nacionalista y ejecutado desde la más banal soberbia, ahora con el capital humano -ingenieros, físicos, matemáticos, etc- para la tecnología de vanguardia. Sin todo ese talento foráneo, el sistema decaerá porque no existe sustitución autóctona. El resto del mundo ha estado proveyendo a la multinacional americana del mejor talento a nivel mundial para suplir un sistema educacional en auténtica decadencia, a decir de los informes PISA sobre el nivel de los autóctonos.

La gran diferencia entre partidos populistas (a derecha e izquierda) y los proponentes de la democracia liberal y la sociedad abierta, es la relación que tienen con la ciencia y la verdad. Los primeros la desprecian. Para los segundos, es una categoría epistemológica y política, imprescriptible, un espacio de verdad para la construcción de consensos. Este desprecio distintivo fue clave el siglo pasado para entronizar ideologías políticas tan dispares como el comunismo (unos más iguales que otros) o el nazismo (la raza, la nación, etc). Y lo vuelve a ser en nuestros tiempos. La soberbia y un voluntarismo infantil pretenden someter la verdad, el criterio científico y competencial, a la ideología más falaz.

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Desde elección de cargos a dedo por afiliación sectaria al líder o el desmantelamiento de órganos independientes cuya misión social es contribuir con su experiencia a la mejor función pública, la manifestación del fenómeno es heterogénea. Pero el distintivo común es siempre el desprecio a verdades acuñadas por la tradición y la ciencia, destiladas en constructos tan depurados como los principios, las normas no escritas o los consensos históricos, basados en la experiencia.

El desliz continuado de la acción gubernamental "sanchista", desde la impericia y la torpeza hasta la más absoluta negligencia, estaba cantado desde el principio. La gestión del covid, la peor del mundo occidental por número de muertos por población, estuvo presidida por un comité de científicos que nunca existió. Fue premonitoria de un estilo de gestión estéril. Inundaciones, apagones, trenes inoperantes y retrasos eternos, fuegos en verano, etc. Llega un momento en que nada funciona. Son todos ellos eventos producto del desprecio al criterio técnico y competencial, al mérito en el nombramiento de cargos políticos y la genuflexión a la ideología. Además de la subordinación presidencial al vampirismo nacionalista. O sea, lo mismo.

Estos primeros nueve meses de gestión Trump presentan idéntica mácula populista en el frontispicio: el desprecio total por el criterio técnico científico y una tradición de principios y consensos históricos. Los ataques a la independencia de organismos estatales, el estamento docente y judicial desde la ideología, han sido sistemáticos. Comenzó con el asalto a las universidades y sus departamentos de investigación científica puntera. Y ha seguido con un decreto por el cual el nombramiento de cargos, queda supeditado a órdenes ejecutivas presidenciales. El gravamen de las visas H-1B es la guinda del pastel despreciando a la verdad: la dependencia del talento extranjero y el precario nivel del sistema educacional autóctono.

Foto: estrategias-trumpismo-purgar-instituciones-desleales

Caso especial de asalto a organismos independientes, por sus repercusiones a futuro, es el que se está gestando con el banco central americano, la Fed. Que se dedica a manejar la política monetaria del país desde el criterio más técnico- científico posible. La separación entre políticas independientes, fiscal y monetaria, es un precepto de gestión de política económica, como la gravedad lo es en la física. Históricamente, el solapamiento entre ambas acaba fatal: Argentina, Venezuela, el Imperio romano o la República de Weimar. Se termina desahuciando el valor de una moneda. Es lo que viene ocurriendo a la chita callando este año: dólar abajo y oro arriba.

La crítica más espuria que el marxismo hizo al capitalismo moderno es precisamente la configuración de la categoría "capital ", despreciando la expresión que supone de un paradigma científico concreto y su aprovechamiento tecnológico en sociedad. El nivel de sofisticación y capilaridad competencial con las que el capital y el marco institucional interactúan, sigue parámetros de exigencia científica y tecnológica, económica y financiera, ignorados por nuestras huestes de ingeniería social. Qué ironía verlos decaer en el espectro ideológico político opuesto, el más sangrante nacionalismo. Pasito a pasito…

*Fernando Primo de Rivera, autor de La economía que viene… (Editorial Arzalia).

¿Qué tiene que ver que en España cada vez funcione peor todo -trenes, aeropuertos, apagones o el propio Parlamento- con el suicidio de civilización a cámara lenta al que asistimos en EEUU? Pues que cuando la política queda abducida por la más obscena ideología, el sentido del progreso, siempre dependiente de la verdad y la ciencia, se resiente inevitablemente. La única diferencia es el punto de partida y el ritmo.

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