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Puentes invisibles: las universidades españolas y su opaca relación con China en tiempos de ciberespionaje
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Puentes invisibles: las universidades españolas y su opaca relación con China en tiempos de ciberespionaje

48 de las 50 universidades públicas españolas tienen o han tenido acuerdos con entidades chinas, según un reciente informe. El autor de esa investigación explica por qué esto es más problemático de lo que parece

Foto: Ceremonia de graduación en la Universidad Renmin de Pekín, en 2023 (EFE/Wu Hao)
Ceremonia de graduación en la Universidad Renmin de Pekín, en 2023 (EFE/Wu Hao)

48 de las 50 universidades públicas españolas tienen o han tenido acuerdos con entidades chinas, según nuestro reciente informe del Central European Institute of Asian Studies (CEIAS). Ante la reciente alerta del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre ciberataques chinos a gobiernos y sectores críticos españoles, surge la inquietud sobre la exposición de nuestras instituciones académicas. ¿Están expuestas a riesgos similares a través de sus vínculos con Pekín? La relación que mantienen las universidades con el país asiático carece de transparencia y de planes de mitigación de riesgos, frente a un régimen como el chino que no diferencia entre la academia y su agenda estatal.

A finales de agosto de 2025, el CNI, junto a agencias como el FBI y homólogas de otros 12 países, acusó a China de orquestar ciberataques masivos que podrían haber robado datos de millones de personas, incluyendo en España. Estos incidentes, que datan al menos desde 2021, han apuntado a sectores como telecomunicaciones, la defensa o el gobierno, con grupos como "Earth Estries" identificados como amenazas persistentes. Mientras el Ejecutivo español defiende contratos con empresas chinas como Huawei, el informe del CEIAS –parte del proyecto China-Europe Academic Engagement Tracker– expone cómo las universidades españolas podrían ser un flanco vulnerable en esta guerra cibernética no declarada.

La dimensión oculta de los acuerdos académicos

El estudio identifica en España 1.173 vínculos entre universidades y entidades chinas, desde intercambios estudiantiles hasta colaboraciones en investigación. La Universidad de Zaragoza lidera con 130 acuerdos, seguida de la Rey Juan Carlos (73) y la Complutense de Madrid (54). Del lado chino, destacan instituciones como la Beijing Foreign Studies University (14 acuerdos) y la Shanghai International Studies University (12).

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Pero no todo es benigno. El 24,6% de estos lazos involucran entidades ligadas al Ejército Popular de Liberación (PLA), y el 51,4% se clasifican como de riesgo alto o muy alto, según el China Defence Universities Tracker del Australian Strategic Policy Institute. Las áreas prioritarias para China incluyen inteligencia artificial (4 acuerdos), tecnología cuántica (4) y agricultura (14), campos que coinciden con sus ambiciones estratégicas globales. Sin embargo, la mayoría de los convenios son genéricos, con errores en los nombres de las contrapartes y sin detalles sobre campos sensibles, lo que complica evaluar su impacto. La transparencia brilla por su ausencia. A pesar de la Ley de Transparencia de 2013, que obliga a las universidades públicas a publicar información, el 21% de las 52 instituciones consultadas negaron acceso o no respondieron. Solo el 29,4% divulgan los textos completos de los acuerdos. Universidades como la Autónoma de Madrid y la de Santiago de Compostela, que albergan Institutos Confucio, ignoraron las solicitudes de acceso a información pública debidamente presentadas por este investigador. Entre las que sí respondieron, más de la mitad ofreció datos parciales. Ejemplos positivos incluyen la Complutense, que publica más de 50 acuerdos (con datos personales eliminados), o la de Zaragoza, que reporta ingresos superiores a un millón de euros de su Instituto Confucio en la última década.

Institutos Confucio: ¿herramientas de influencia?

España acoge 12 Institutos Confucio –en el 25% de sus universidades públicas– y ocho Aulas Confucio, desde el primero en Madrid en 2005 hasta el más reciente en Salamanca en mayo de 2025. Estos centros, financiados por Hanban (dependiente del Ministerio de Educación chino), se centran en lengua y cultura, pero también sirven de plataforma para exámenes oficiales y, en algunos casos, reciprocidad: universidades como Salamanca, Cádiz o León han abierto escuelas de español en China.

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Sin embargo, el informe alerta sobre interferencias. En 2018, la Universidad de Salamanca canceló un evento cultural taiwanés tras presiones de la embajada china, que amenazó con dañar las relaciones. El Gobierno español no intervino, lo que generó preocupaciones sobre injerencia extranjera. Otro caso: el profesor Julián Pavón, autor de 'China: ¿Dragón o Parásito?', fue atacado públicamente por la embajada y medios de la diáspora. Además, la ex directora del Instituto Confucio en Madrid, Gladys Nieto, admitió que rechazarían una exposición sobre Falun Gong, un grupo perseguido en China, evidenciando límites a la libertad académica.

De la academia al ejército, pasando por Huawei

La preocupación se agrava en el ámbito de la seguridad. La Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) es la más expuesta, con el mayor número de acuerdos con instituciones chinas de alto riesgo, como la Beijing University, el Beijing Institute of Technology o el Harbin Institute of Technology. La UPC y la Universidad de las Islas Baleares son las únicas con lazos con la National University of Defense Technology, la principal entidad científica del PLA. Los llamados "Siete Hijos de la Defensa Nacional" –las universidades chinas ligadas al ejército– tienen acuerdos con al menos una universidad española cada una, incluyendo la Politécnica de Madrid y Valencia.

Aún más inquietante: la Universidad de Alcalá, que alberga un Centro Universitario de Defensa del Ministerio español, mantiene vínculos con el Beijing Institute of Technology. El 96% de las universidades españolas carecen de planes específicos de mitigación de riesgos, limitándose a "cumplir recomendaciones de la UE". Y Huawei, con sus conocidos nexos al aparato de seguridad chino, no solo ha inyectado más de € 800.000 en contratos con la UPC para becas y una clase sobre tecnología 5G, sino que recientemente firmó un acuerdo con la Universidad de León para formación en ciberseguridad y negocio digital. Una ironía en plena alerta por ciberataques.

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España y sus empresas siguen coqueteando con Huawei como proveedora de productos tecnológicos, a diferencia de otros países europeos que han optado por listas negras o prohibiciones totales. Mientras que 11 estados miembros de la UE habían vetado a Huawei y ZTE para 2024, y Alemania implementa un veto progresivo que eliminará su equipo de redes centrales para 2026 y de RAN para 2029, España no ha impuesto una prohibición absoluta. Aunque recientemente el Gobierno canceló un contrato de €10 millones con Telefónica para usar equipo Huawei en fibra óptica, y la propia Telefónica planea eliminarlo de sus redes 5G en España y Alemania, el país retiene equipos chinos en infraestructuras clave, exponiendo inconsistencias en la gobernanza de seguridad. Esta ambivalencia se refleja en el ámbito académico, donde los lazos con entidades de alto riesgo persisten sin escrutinio suficiente.

No es una relación normal

Esta no es una colaboración académica estándar. China, un régimen autoritario, fusiona educación con objetivos geopolíticos, y España parece subestimar los "puntos ciegos". El informe recomienda estandarizar la publicación de acuerdos, incluyendo anexos; evaluar riesgos en colaboraciones sensibles; y asegurar reciprocidad y escrutinio público. Dado el contexto de ciberespionaje, urge que el Gobierno y las universidades consulten con agencias de seguridad antes de firmar.

Estos lazos se presentan como éxitos internacionales, pero sin salvaguardas, podrían comprometer la soberanía académica y nacional. En un mundo donde China es señalada por el CNI como fuente de amenazas cibernéticas, y mientras España evita listas negras para empresas como Huawei a diferencia de sus vecinos europeos, ¿pueden las universidades españolas permitirse ignorar estos riesgos? El debate está servido, y la transparencia es el primer paso hacia una relación equilibrada.

48 de las 50 universidades públicas españolas tienen o han tenido acuerdos con entidades chinas, según nuestro reciente informe del Central European Institute of Asian Studies (CEIAS). Ante la reciente alerta del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) sobre ciberataques chinos a gobiernos y sectores críticos españoles, surge la inquietud sobre la exposición de nuestras instituciones académicas. ¿Están expuestas a riesgos similares a través de sus vínculos con Pekín? La relación que mantienen las universidades con el país asiático carece de transparencia y de planes de mitigación de riesgos, frente a un régimen como el chino que no diferencia entre la academia y su agenda estatal.

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