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Juan Soto Ivars

España is not Spain

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Necesitamos una izquierda que...

Corro a ponerme la peluca y a pintarme la cara porque hoy empieza el Carnaval. Pero antes pienso en la izquierda. Siempre me pasa antes de

Corro a ponerme la peluca y a pintarme la cara porque hoy empieza el Carnaval. Pero antes pienso en la izquierda. Siempre me pasa antes de que empiece el Carnaval esto de pensar en la izquierda y en la izquierda que necesitamos.

Necesitamos una izquierda española original, que piense en España con patriotismo abstracto y contundente, una izquierda para la que los problemas de España sean los importantes y que imagine soluciones españolas. La izquierda de Cayo Lara y la de Pablo Iglesias no es española. Piensa en Palestina y Venezuela. Es una izquierda virtual y de juguete, no creemos en ella, votaríamos sólo como coalición a esa izquierda porque no nos fiamos del PSOE.

Rubalcaba no es ni de izquierdas, aunque podríamos tolerarlo si fuera un poco más español y no pidiera la abstención sobre la unidad española. No confiamos en una izquierda que no sabe cómo hablar de España si no es hablando de países extranjeros. No una izquierda plural, sino una izquierda singular.

Necesitamos una izquierda tan eficaz y tan española que sea de derechas. Necesitamos una izquierda del Real Madrid, me dice mi amigo Ernesto Bustamante: tiene razón. Necesitamos una izquierda que se santigüe antes de salir a quemar iglesias. Necesitamos una izquierda sanjuanera que vaya a las procesiones de Semana Santa, porque la Semana Santa es de izquierdas porque Jesucristo es de izquierdas. Lo dicen hasta los ateos de izquierdas.

Necesitamos una izquierda que tenga su sede en el Valle de los Caídos. Una izquierda que diga: nosotros lo levantamos y nosotros lo habitaremos

Necesitamos una izquierda que asuste a la derecha y que asuste sobre todo a la gente de izquierdas. Necesitamos una izquierda que provoque terror allá donde pase. Una izquierda hereditaria y ortodoxa que vaya en la sangre: en la sangre derramada. Necesitamos una izquierda con forma de estado fascista. Una izquierda a la izquierda del mausoleo de hormigón armado de Stalin. Necesitamos una izquierda que tenga su sede no en el Bernabéu, sino en el Valle de los Caídos. Una izquierda que diga: nosotros lo levantamos y nosotros lo habitaremos. Una izquierda que busque el cuello de los traidores de la izquierda, que busque incluso el cuello de la gente sin cuello.

Necesitamos una izquierda que nos apasione y nos haga huir despavoridos cuando un pensamiento de derechas nos cruce por la mente. Una izquierda que nos haga abrazar a la derecha como la única condena soportable.

Necesitamos una izquierda rugiente, una izquierda que en primer lugar y con carácter ejemplarizante llame a mi puerta y me saque en mitad de la noche rumbo a un calabozo y quién sabe si a la gloria de morir fusilado. Una izquierda orwelliana que vaya detrás de cada uno de los lectores de este periódico. Una izquierda que cierre El Confidencial, que cierre todos los periódicos menos el ABC y el BOE, y que al ABC lo vuelva en periódico de izquierdas. Una izquierda capaz de convencer venciendo, una izquierda unamuniana que esté por encima de Unamuno.

Necesitamos que España huela a izquierda españolísima: a alpargata, a legumbres cocidas, a estera con arena de playa y trenza de esparto. Una izquierda espartera de cojones gordos como los del caballo del general

Necesitamos una izquierda sólida, una izquierda histórica que pueda permitirse cambiar el pasado, una izquierda que garantice una historia de España que sea izquierdas, una nueva historia en la que los cuarenta años de franquismo sean sustituidos por una coalición entre Azaña y Tierno Galván. Una España nueva donde cada individuo haya corrido ante los grises independientemente de su edad, una España nueva donde los paralíticos hayan corrido milagrosamente delante de los grises.

Necesitamos una izquierda norcoreana que no tema al aislamiento de España. Una izquierda pratchetiana que cambie el escudo de España por una tortuga y un elefante: que nos acorace por completo y nos engrandezca y cuyo Ministerio de Obras Públicas vuelva a llamarse MOPU, una izquierda que acometa la obra necesaria de soterrar el Pirineo y convertirlo en un foso defensivo, una izquierda que anexione Portugal.

Necesitamos que España huela a izquierda españolísima: a alpargata, a legumbres cocidas, a estera con arena de playa y trenza de esparto. Una izquierda espartera de cojones gordos como los del caballo del general.

Y es que estamos muy desorientados sin una izquierda, estamos desorientados con tantas izquierdas unidas y desparramadas, desorientados oyendo a tanta gente que sabe lo que es la izquierda verdadera, tanta gente que dice que esto no es izquierda, gente que dice que la izquierda verdadera es... Y me pregunto, ya con la peluca de carnaval en la cabeza: Jesucristo está a la diestra de Dios. ¿Mirando desde aquí o según mira Dios Padre?

Corro a ponerme la peluca y a pintarme la cara porque hoy empieza el Carnaval. Pero antes pienso en la izquierda. Siempre me pasa antes de que empiece el Carnaval esto de pensar en la izquierda y en la izquierda que necesitamos.

Cayo Lara Alfredo Pérez Rubalcaba