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La estrategia de Podemos, explicada con un rito de la Grecia clásica
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Juan Soto Ivars

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La estrategia de Podemos, explicada con un rito de la Grecia clásica

Desde que lanzaron su propuesta, Carolina Bescansa, Íñigo Errejón y Pablo Iglesias escenifican su comedia de inocencia cada pocas horas

Foto: Pablo Iglesias, el portavoz económico de Podemos, Nacho Álvarez (d), y Carolina Bescansa (i), durante la presentación de su oferta de programa de Gobierno de coalición con el PSOE. (EFE)
Pablo Iglesias, el portavoz económico de Podemos, Nacho Álvarez (d), y Carolina Bescansa (i), durante la presentación de su oferta de programa de Gobierno de coalición con el PSOE. (EFE)

Las comparaciones entre Podemos y su prima griega Syriza son odiosas y aburridas, y además nos alejan de la Grecia clásica, que es la época donde se pueden encontrar respuestas y ejemplos para comprender casi cualquier cosa. Hasta allí me he ido en la máquina del tiempo para encontrar un rito que me permitiera comprender perfectamente el comportamiento de Pablo Iglesias durante los pactos de investidura.

Son las bufonías o comedias de inocencia, que se practicaban en aquella democracia de toga y esclavos en las laderas del Monte Olimpo. El rito agradaba a Zeus tanto como hubiera disgustado a los tragatofu de hoy: los sacerdotes guiaban una fila de bueyes alrededor de un altar en que habían puesto grano, y los tenían dando vueltas hasta que uno de ellos acercaba el belfo al alimento. En ese momento, al pobre buey glotón lo mataban con un hacha. Mientras descuartizaban y cocinaban el cuerpo, el matarife hacía mutis por el foro y se escondía.

A continuación, se celebraba un juicio para encontrar al asesino del buey, una especie de cluedo helénico que siempre se jugaba de la misma forma. El primer sospechoso era quien trajo el agua con la que se limpió el hacha, pero este culpaba a los que la habían afilado. Ellos culpaban al hombre que les dio el hacha, que se declaraba también inocente y señalaba al carnicero, obligando a este a jurar que el asesino del buey no era otro que el cuchillo que usó para descuartizar su cuerpo. El cuchillo, tan inocente como incapaz de defenderse, era condenado y recibía su castigo. Lo tiraban al mar, de forma que Zeus quedaba complacido y todos podían comerse al buey con la conciencia tranquila.

Repiten que sus propuestas son la mar de asumibles, como si no estuviera claro que cocinaron ese potaje con los ingredientes que indigestan a los barones

Según cuenta Darian Leader en 'La moda negra' (Sexto Piso), la bufonía o comedia de inocencia demuestra que el deseo de muerte freudiano ya estaba presente en los rituales culturales de los tiempos remotos. No iba a ser menos el negocio de los pactos, donde la pulsión de muerte, y en concreto la de matar al PSOE, se deja ver entre las costuras de la estrategia de Podemos a poco que Pablo Iglesias levante la sisa.

Desde que lanzaron su propuesta, Carolina Bescansa, Íñigo Errejón y Pablo Iglesias escenifican su comedia de inocencia cada pocas horas. Se plantan ante los micrófonos que han brotado hasta en el cuarto de fregonas del Congreso y dejan que el público culpe del fracaso de las negociaciones con el PSOE al afilador, al carnicero y hasta al cuchillo. Ponen cara de inocentes y repiten que sus propuestas de Gobierno para la gente son la mar de asumibles, como si no estuviera claro que cocinaron ese potaje con los ingredientes que indigestan a los barones del PSOE.

Es previsible que el PP se abstenga y permita que gobierne Sánchez con Rivera. No por la estabilidad, sino porque el PP necesita tiempo para su matanza

Mientras tanto, dejan a Sánchez entre la espada de sus compañeros de partido y la pared de Ciudadanos. No tiene otra vía de escape que saltar por la ventana para encontrarse con Albert Rivera. Ahí los tenemos ahora, limando sus programas como si fueran callos y colocándolos en todas las posturas posibles por ver si casan de alguna forma. Es la única salida de Sánchez y el momento es propicio. Con tantas manos agarradas al cuello de Mariano Rajoy, es previsible que PP se abstenga y permita que gobierne Sánchez con Rivera. No lo harán por la estabilidad, sino porque el PP necesita tiempo para su matanza de bueyes particular. Las elecciones anticipadas, que estuvieron tan cerca, desaparecieron de la agenda al mismo tiempo que Esperanza Aguirre.

Pero un Gobierno del PSOE con Ciudadanos está condenado a fracasar, no tanto por sus divergencias como por las ganas de gobernar de sus enemigos. El escenario serán unas nuevas elecciones en uno o dos años, cuando el PP, rejuvenecido y revitalizado, haya hecho suficiente acopio de acusaciones para barrer a Ciudadanos. Podemos, por su parte, podrá señalar cómodamente al PSOE como el traidor de los desfavorecidos y el socio de los neoliberales, y pasará al asalto definitivo: usurparlo.

¿Saben cómo terminaba la bufonía? Tras el banquete, los griegos cogían la piel y la osamenta del buey y construían un muñeco. Lo uncían a los aperos de labranza y así se quedaba el buey, disecado y laborioso, testimonio seco de la inocencia de los cómplices de su asesinato. Una imagen perturbadora que a mí me lleva a preguntarme, una vez más, si esto que creíamos renovación no sería en realidad una taxidermia.

Las comparaciones entre Podemos y su prima griega Syriza son odiosas y aburridas, y además nos alejan de la Grecia clásica, que es la época donde se pueden encontrar respuestas y ejemplos para comprender casi cualquier cosa. Hasta allí me he ido en la máquina del tiempo para encontrar un rito que me permitiera comprender perfectamente el comportamiento de Pablo Iglesias durante los pactos de investidura.

Ciudadanos Mariano Rajoy