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'Mein Katalampf': un manifiesto tilda al castellano de lengua de los inmigrantes
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Juan Soto Ivars

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'Mein Katalampf': un manifiesto tilda al castellano de lengua de los inmigrantes

Exigen los firmantes a las autoridades de la embrionaria República Catalana un golpe de timón que arranque el español de la boca de los hablantes como si se tratara de una muela podrida

Foto: El manifiesto se firmó en el paraninfo de la Universitat de Barcelona. (UB)
El manifiesto se firmó en el paraninfo de la Universitat de Barcelona. (UB)

Los guardianes de la Raza Catalana están que trinan. No sólo se ha llenado el independentismo de 'botiflers' que abogan por la convivencia del catalán y el español en la futura república, es que hasta los líderes de Junts Pel Sí garantizan el bilingüismo, enfermedad pandémica a juicio del grupo de filólogos que firmó este jueves el manifiesto que llamaré Mein Katalampf.

Debo decir que yo esperaba el documento como agua de mayo porque se habían filtrado algunos puntos a la prensa y la cosa prometía. Pues bien, no decepciona, e incluso rivaliza por el puesto de Parida Más Fantástica del Proceso de Independencia con las teorías de que Cervantes era catalán. Tras un preámbulo delirante, exigen los firmantes a las autoridades de la embrionaria República Catalana un golpe de timón que arranque el español de la boca de los hablantes como si se tratara de una muela podrida.

Sólo puedo quejarme del estilo de la redacción. Uno quisiera que un manifiesto a favor del catalán como lengua única estuviera escrito en un catalán digno de la pluma de Pere Quart, pero el texto adolece de los problemas estéticos de las sentencias de un juzgado de lo mercantil. Los filólogos no son poetas aquí ni en Mesopotamia, y este manifiesto, concretamente, está tan desprovisto de gracia que podría servir como invitación a aprender otros idiomas más bellos, como el chino mandarín. Con todo, pasa lo mismo que con la última novela de Vila Matas: el contenido resulta tan fascinante que uno perdona todo lo demás y no puede dejar de seguir leyendo.

Primero establecen la teoría del espacio vital catalán: “El castellano disputa coercitivamente el estatuto de lengua territorial al catalán y ha intentado y sigue intentando represivamente desplazarlo de los ámbitos de uso lingüístico general. Igualmente ocurre en Valencia desde 1707, en Mallorca e Ibiza desde 1715 y en Menorca desde 1802. Del mismo modo, se ha ido imponiendo el francés en los condados del norte (ahora conocidos como Cataluña del Norte), a partir de la anexión de esta parte del Principado en 1659 en el Reino de Francia”. Cataluña ya tiene sus Sudetes. Dejamos ahora a Manuel Valls recostado en la cama y hasta el culo de tranxilium 5, tomamos aire y seguimos con la lectura.

¿Recuerdan al general Jack D. Ripper de 'Dr. Strangelove', obsesionado con la fluorización comunista de los fluidos norteamericanos? Pues pónganle una barretina y cambien fluorización por bilingüización. “El mecanismo para conseguir la implantación del castellano en Cataluña fue y sigue siendo la bilingüización forzosa de la población”. Aquí reconozco que sé cómo se sienten. Recuerdo a mi profesora de inglés tratando de imponerme forzosamente ese idioma bárbaro y amenazándome con castigarme si no pervertía mi santo idioma materno.

“El mecanismo para conseguir la implantación del castellano en Cataluña fue y sigue siendo la bilingüización forzosa de la población”

Como no puede ser de otra forma, Franco no tarda muchas líneas en aparecer: “El régimen dictatorial del general Franco completó en dos generaciones este proceso de bilingüización forzosa mediante la represión política del uso del catalán, la enseñanza obligatoria o la extensión de los nuevos medios de comunicación.” Hasta aquí bien, pero a continuación es Franco en persona quien se pasa al lado catalanista y lanza el primero de los muchos mensajes xenófobos del manifiesto: “Se utilizó a una inmigración llegada de territorios castellanoparlantes como instrumento involuntario de colonización lingüística”.

¿Qué han hecho los romanos por nosotros? Nada: “Constatamos que el régimen constitucional de 1978 ha reafirmado la continuidad de las imposiciones”. Explican a continuación que en esta etapa de aparente defensa del catalán por parte de la Generalitat, la realidad es que la lengua catalana ha seguido siendo devorada por la lengua de la inmigración española. Alertan de que los catalanoparlantes podrían terminar convertidos en una comunidad cerrada, lo cual hace saltar la aguja de mi medidor de incongruencia discursiva: si acusan a la inmigración española de pervertir la sociedad catalana ¿cómo puede ser que se preocupen al mismo tiempo de terminar convertidos en una comunidad cerrada?

Después de denunciar que algunos grupos políticos promuevan el bilingüismo en la futura república catalana o, en sus propias palabras, “que la anormalidad lingüística actual continúe estando garantizada”, terminan su manifiesto con una simpática invitación a los castellanoparlantes. Quieren crear los firmantes de este canto a la xenofobia “un movimiento en el que vaya confluyendo todo el mundo, independientemente de su origen o su lengua inicial...” siempre que los inmigrantes españoles estén dispuestos a hablarla sólo en la intimidad.

Los guardianes de la Raza Catalana están que trinan. No sólo se ha llenado el independentismo de 'botiflers' que abogan por la convivencia del catalán y el español en la futura república, es que hasta los líderes de Junts Pel Sí garantizan el bilingüismo, enfermedad pandémica a juicio del grupo de filólogos que firmó este jueves el manifiesto que llamaré Mein Katalampf.

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