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Juan Soto Ivars

España is not Spain

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Legionario Shore

Iba en Blablacar y le pregunté cómo iba el trabajo para que dejara de poner a caldo a su novio. Ella me respondió que su centro de estética se había salvado de la crisis gracias a los legionarios

Foto: Los legionarios del Tercio "D.Juan de Austria", III de La Legión, trasladando el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas "Cristo de Mena" el Jueves Santo en Málaga. (EFE)
Los legionarios del Tercio "D.Juan de Austria", III de La Legión, trasladando el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas "Cristo de Mena" el Jueves Santo en Málaga. (EFE)

Es normal que las revelaciones divinas hayan llegado a los hombres en el desierto. Nosotros supimos esta cosa increíble sobre los legionarios porque teníamos que ir de Almería a Cádiz. Como los trenes eran muy lentos y muy caros probamos con Blablacar. La chica que nos recogió llevaba un Audi y el pelo rubio oxigenado. Tú subes a un coche de estos y nunca sabes lo que te vas a encontrar. A Sabina Urraca le salió un Marichalar y después, cuando lo contó, un pleito. Yo había compartido viaje con un neurólogo que cultivaba marihuana, y Andrea con un peruano que dijo haber sido torturador en sus tiempos mozos. Esta vez nos tocó una chica aparentemente normal, pero fue ella la que nos dio la noticia.

No nos lo contó en seguida pese a que era habladora y simpática. Andrea me había echado una mirada en cuanto montamos en el coche que significaba: “Yo me duermo, dale tú carrete”, así que me quedé solo ante el peligro. La chica me contó que era esteticién y después me puso al corriente de los pormenores de su relación de pareja. Iba para Cádiz a ver a su novio, a quien describía con todos los elementos que componen a un gilipollas, pero luego te decía que lo quería y que no sabía vivir sin él, y tú te quedabas en plan: pues vaya.

Foto: Mario Carranza, consejero delegado de Amovens y cofundador de Cabify

Por la ventanilla se desplegaban los desiertos de Almería, que están plastificados de forro blanco y se ven desde la estación orbital internacional. Hace unos años, cuando no tenía dinero ni para el tabaco, mi amigo Cami me sacó la cabeza del agua con un encargo y me llevó a conocer a esas gentes. Cami trabajaba como fotógrafo de bodas y comuniones.

-Vente conmigo a Andarax y haces las fotos del convite. Es una boda de gente con mucha pasta, te pagan bien fijo.

Me pagaron cincuenta euros por toda la tarde y toda la noche sacando fotos entre invitados borrachos, pero me llevé una lección gráfica sobre la evolución de los españoles. Echar un vistazo a las tres generaciones de la familia del novio era como mirar ese dibujo del mono que va convirtiéndose en se humano.

Los abuelos del novio habían sido labradores. Quedaba testimonio de ellos en una foto de la pared que parecía el retrato de los santos inocentes. Eran enanos, negros, envilecidos, cejijuntos, y miraban tristes desde el marco con sus caras consumidas de hambre y de miseria. El padre del novio también medía metro y medio, pero caminaba con el pecho como un palomo y la espalda recta, y lucía un reloj de oro en la muñeca que era más grande que su cabeza. Criado también en la miseria, había descubierto el oro blanco de los invernaderos. En el hijo que se casaba quedaban evidenciados los beneficios de la buena alimentación. Era un veinteañero con aspecto de futbolista. Medía metro ochenta y se pavoneaba vestido con su frac y con el pecho tatuado.

Tres generaciones que más bien parecían tres razas de perro diferentes. Los recordaba mientras dejábamos atrás el desierto en el coche de Blablacar, pero entonces ella me dio la noticia. Yo le había preguntado cómo iba el trabajo para que dejara de poner a caldo a su novio y ella me respondió que su centro de estética se había salvado de la crisis gracias a los legionarios de una base que hay cerca de Almería.

-¿Cómo que gracias a los legionarios?

-Hombre, pues claro.

Le di un codazo a Andrea para que se despertase pero ella gruñó palabras en polaco. La chica se rascó la cabeza y soltó la noticia como si tal cosa:

-A los legionarios les encanta depilarse y lucir palmito.

-Cómo que les encanta depilarse.

-Mira, pues claro, si son lo más presumío que hay en el mundo.

-¿Y qué parte se depilan?

-Pues enteros. Yo les hago el pecho enterico con láser, y las piernas y las cejas.

A veces la justicia no llega por los tribunales ni los parlamentos. Legionarios con el pecho depilado. Podemos quitar calles y derribar estatuas, pero ninguna medida de la Ley de Memoria Histórica nunca conseguirá que Millán Astray se revuelva tanto en la tumba como esto.

Es normal que las revelaciones divinas hayan llegado a los hombres en el desierto. Nosotros supimos esta cosa increíble sobre los legionarios porque teníamos que ir de Almería a Cádiz. Como los trenes eran muy lentos y muy caros probamos con Blablacar. La chica que nos recogió llevaba un Audi y el pelo rubio oxigenado. Tú subes a un coche de estos y nunca sabes lo que te vas a encontrar. A Sabina Urraca le salió un Marichalar y después, cuando lo contó, un pleito. Yo había compartido viaje con un neurólogo que cultivaba marihuana, y Andrea con un peruano que dijo haber sido torturador en sus tiempos mozos. Esta vez nos tocó una chica aparentemente normal, pero fue ella la que nos dio la noticia.

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