Algunas cosas que se están haciendo muy bien en Cataluña

Todo lo que os están contando en la prensa sobre la crisis catalana es una interpretación hecha a mala leche. Hay mucho cizañero que se divierte provocando peleas porque confía en que luego las hostias no le salpicarán. Es hora de que alguien diga las cosas como son. Vamos a desmontar esta odiosa posverdad que se ha instalado en el debate público. ¿Y si apelamos a las cosas que se están haciendo bien, tanto en el bloque españolista como en el 'indepe'?

Dicen por ahí que el Gobierno del PP no negocia. No me puedo creer que alguien pueda sostener esta locura sin echarse a reír. Imagínate que tu partido se financia como el PP y que el chiringuito empieza a levantar suspicacias. Tu única salida es mantener callados y contentos a la piara de mafiosos desaprensivos adictos a la gomina que hicieron negocios contigo, pero que a la hora de la verdad solo piensan en salvarse. ¿Y cómo se consigue esto? Negociando. La prueba de que el PP negocia como una manada de brókeres con sobredosis de Red Bull es que sigue existiendo a estas alturas.

La mera existencia del PP es la constatación de su capacidad para negociar

Me dirán que no negocian con los catalanes. Pero bueno, seamos serios. Hagamos memoria. PP, PSOE y Convergència son los partidos que más han negociado a lo largo de la historia de España. No solo se ponían de acuerdo para gobernar por turnos, sino que mantenían un pacto de silencio sobre la bandera que todos siguen teniendo en común. Apelo desde aquí a las décadas de expolio que nos preceden y ruego a los responsables que vuelvan a la senda del diálogo. A los ciudadanos se nos puede ordeñar sin necesidad de hacer reparto de bienes.

La mentira más loca del otro lado es el apelativo que dedica la prensa española a los políticos 'indepes': “separatistas”. Esta palabra significa que están obsesionados con la separación, pero basta un vistazo sin prejuicios para constatar que son todo lo contrario. Vamos a ver: que alguien me diga un solo territorio del planeta Tierra donde un partido como PDeCAT, más liberal en lo económico que Margaret Thatcher, se va alegremente a una manifa con los jovenzuelos antisistema de la CUP. El partido que más recortes sociales ha provocado en Cataluña de la mano de un comando que sueña con la Arcadia comunista. ¿Separatismo? Ja.

Deberíamos mirar a Cataluña sin prejuicios, aprender de ellos. En Cataluña han descubierto que una bandera soluciona los problemas de un país

Los convergentes y la CUP unirían las dos Coreas en menos de una semana. Los independentistas son, paradójicamente, el ejemplo de unionismo del que debería aprender toda España. Me diréis que ese bloque margina al resto en el Parlament de Cataluña, pero lo cierto es que todos esos partidos ya se encargan de marginarse entre sí. El otro día en el Congreso de los Diputados, PSOE y Ciudadanos fueron incapaces de ponerse de acuerdo por una enmienda a una absurda proposición no de ley. De la capacidad que tiene Podemos para automarginarse, mejor no hablar.

Deberíamos mirar a Cataluña sin prejuicios, aprender de ellos. En Cataluña han descubierto que una bandera soluciona todos los problemas de un país. Mientras el Estado sigue sumido en una crisis profunda y arraigada, mientras lo único que prolifera es la precariedad, en Cataluña se vive ya actualmente en el paraíso económico.

Desde que empezó el 'procés' han desaparecido el paro, la desigualdad y la corrupción. Ya no se habla de estos temas porque la única preocupación de los catalanes es la bandera que cuelgan del balcón. Es así porque en Cataluña disfrutamos del pleno empleo. Aquí los jubilados y los parados pueden dedicar su tiempo libre a manifestarse en horario de oficina. Apuntad esto, economistas: el paro no se soluciona con reformas laborales, sino con debates encendidos sobre el significado de la palabra 'nación'.

El paro no se soluciona con reformas laborales, sino con debates encendidos sobre el significado de la palabra 'nación'

Las manifestaciones populares son otro asunto que se interpreta a mala leche. Mirad si no el asunto de la policía y los barcos. Vienen antidisturbios de toda España para conocer de primera mano el lomo de los manifestantes catalanes, rollo beca Séneca, y la autoridad competente los hacina en unos hoteles cutres de dos estrellas. Claro, los 'indepes' protestan, qué menos. Si te las vas a ver con una legión de antidisturbios, lo menos que puedes exigir al Estado de derecho es que los agentes lleguen a la cita bien descansados.

Así que montan el pollo en los hoteles con el resultado que todos conocemos: los agentes disfrutan de un crucero de ensueño. ¿De qué se queja la prensa española, vamos a ver? Los rusos tienen que gastarse una fortuna para dormir en el puerto de Barcelona pero a los agentes de la policía se les regala el boleto gracias a la presión popular. Si esto sigue por donde va y los buenos agentes desembarcan a lo 'Salvar al soldado Ryan', habrá que interpretar los porrazos en clave de gratitud. El método lo patentaron Faemino y Cansado: soltemos una jauría de perros rabiosos por la paz.