España is not Spain
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Aborto de ballena, termotanque de sida... los argentinos insultan como Dios
Argentina se quitaba el dolor de estómago vomitando tango podrido sobre sus jugadores. Les caían encima metáforas cancerígenas, enfermedades venéreas y alopecias galopantes
No volveré a insultar a nadie hasta que no me hayan dado la nacionalidad argentina. El de Rusia está siendo mi mundial favorito, pero no por el nervio narrativo de Chéjov en los partidos, que van siendo un poco coñazo, sino por el léxico florido de la hinchada argentina. La mediocridad de su selección nacional ha desatado una pantagruélica reacción en cadena en las redes sociales. El partido de ayer contra Croacia fue, sin duda, el mejor que yo he visto en mi vida, y eso que ni siquiera puse la televisión.
Mientras el balón corría torpemente por el césped, perseguido por la tropa de futbolistas agotados de añil y blanco, los croatas fulminaban a sus oponentes y yo no hacía más que buscar en Twitter algunas palabras clave y actualizaba sin parar. Esas palabras clave eran los nombres del seleccionador, del portero pelotudo y la reputísima madre que los recontramil parió, por usar la terminología ad hoc.
ENZO PÉREZ HIJO DE 800 CIVILIZACIONES DE RAMERAS BÍBLICAS. CÓMO CARAJO VAS A FALLAR ESA. NO TENÉS PIERNAS TENÉS 2 PÓLIPOS BENIGNOS. QUE ALGUIEN VELE A CAJÓN CERRADO A ESE MUERTO CARAJO.
— Higuaínico (@SolitaireWolf_) 21 de junio de 2018
Siempre he dicho que no deberíamos tomarnos muy en serio los insultos atroces que se leen en Twitter ni tampoco los deseos de muerte. Se lanza morralla al ciberespacio como se ladra a la televisión y el partido de ayer fue las pruebas ardiente. Argentina se quitaba el dolor de estómago vomitando tango podrido sobre sus jugadores. Les caían encima diccionarios enteros de vulgarismos, metáforas cancerígenas, enfermedades venéreas y alopecias galopantes.
A medio partido se habían sumado al despiece imitadores de otros países, en particular españoles, que parecían encantados de imitar el acento pampero y convirtieron el fenómeno en literatura universal. Los destinatarios de estos exabruptos pueden estar contentos. No han contribuido a que Argentina se lleve la copa, pero dejan sobre sus esqueletos humeantes un tesoro lingüístico que podrán aprovechar las futuras generaciones.
SAMPAOLI GORDO PUTO CALBO CÓMO SE TE OCURRE NO PONER A DYBALA DE TITULAR MALDITO COGOLLO DE ABONO SIN CUELLO LA ARGENTINA NO JUEGA A NADA QUÉ QUERÉS HACER BOTIJO DE GONORREA SI NO SABÉIS LLEVAR A ESTOS HIJOS DE REMIL BARCOS DE ESTIÉRCOL PECHOFRÍOS ANDATE A LA CONCHA DE LA LORA
— Dictasson (@Dictali9) 16 de junio de 2018
Aquí dejo mis esputos favoritos, sin orden ni concierto, en la mayúscula furibunda con que vinieron al mundo.
- “HIJO DE 800 CIVILIZACIONES DE RAMERAS BÍBLICAS”, “ANDATE A ENTRENAR A LOS PIOJOS QUE TE CAEN POR LA CALVA”, “CABEZA DE TERMO”, “CEMENTERIO DE ILUSIONES, ENTIERRO DE ESPERANZAS, TOBOGAN DE PIOJOS, CABEZA DE RODILLA”, “SORETE HIJO DE 77 TRILLONES DE GALAXIAS ATESTADAS DE PUTAS”. De @SolitaireWolf, @_Rob3r_, @ttaerubi, @ARGisabella y @_Messismo para Sampaoli.
- “ABORTO DE BALLENA CUADRIPLÉJICA, VACIADOR DE NEVERAS, CONTAINER DE PUTAS, RECIPIENTE GRASIENTO DE ENFERMEDADES VERNÉREAS”, “TERMOTANQUE DE SIDA”. De @Paolohg899 y @Seky_ivi para Higuain.
- “ASUSTADOR DE NIÑOS”. De @ARGisabella para Banega.
- “COGOLLO DE ABONO SIN CUELLO”. De @Dictali9 para Dybala.
- “DESGUACE DE PIOJOS, ABERRANTE FOSA SÉPTICA DE CHINCHULINES”. De @SirGuerra para Caballero.
- “NO TENÉS PIERNAS, TENÉS DOS PÓLIPOS BENIGNOS”. De @SolitaireWolf para Enzo Pérez.
- “CORTOCIRCUITO ANDANTE”. de @EnParantzito para Messi.
No volveré a insultar a nadie hasta que no me hayan dado la nacionalidad argentina. El de Rusia está siendo mi mundial favorito, pero no por el nervio narrativo de Chéjov en los partidos, que van siendo un poco coñazo, sino por el léxico florido de la hinchada argentina. La mediocridad de su selección nacional ha desatado una pantagruélica reacción en cadena en las redes sociales. El partido de ayer contra Croacia fue, sin duda, el mejor que yo he visto en mi vida, y eso que ni siquiera puse la televisión.