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Algo más importante que los Presupuestos de Torra: las entrevistas de Gabriel Rufián
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Juan Soto Ivars

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Algo más importante que los Presupuestos de Torra: las entrevistas de Gabriel Rufián

Torra no pudo aprobar las cuentas públicas en 2018 ni en 2019. Y su Gobierno muerto viviente quiere hacerlo en 2020. Unos Presupuestos de Schrödinger para un 'president' zombi

Foto: Torra, tras anunciar el adelanto electoral. (EFE)
Torra, tras anunciar el adelanto electoral. (EFE)

Ya lo saben ustedes: Roger Torrent no recogió el guante, se negó a sostener la gracia parlamentaria de Torra contra la decisión judicial y el matrimonio de conveniencia de Esquerra y Posconvergència saltó por los aires. Un final esperado y no por ello menos extraño. Los analistas habían pronosticado con lógica que Torra convocaría elecciones, pero la lógica no sirve de nada en las repúblicas cuánticas. Torra dijo que las convoca, y que no. Lo hará después de negociar y aprobar unos Presupuestos

¿Por qué? No han podido aprobarlos en 2018 ni en 2019, pero su Gobierno muerto viviente quiere dejarlos hechos para 2020. Unos Presupuestos de Schrödinger aprobados por un 'president' zombi. Presten atención.

Foto: Quim Torra y su vicepresidente y conseller de Economía, Pere Aragonés (i), durante la reunión del ejecutivo catalán. (EFE)

Pedro Sánchez necesita aprobar Presupuestos en el Estado. Serán las paredes de su Gobierno. Si mandas con los que aprobó otro, lo haces en una casa prestada. ¿Puedes cambiar de sitio la fregona? Puedes. Pero tirar tabiques es otra cosa. Montarte un estudio de grabación en la azotea del edificio para sacar un disco 'indie' con tus colegas sin permiso del ayuntamiento, sin dinero para el aparejador ni el contratista, da un resultado precario y arriesgado.

Sin partidas presupuestarias, un Gobierno es un juego de palabras bonitas. Es un trabajo durísimo que se acomete para gobernar. ¿Para qué quiere Torra aprobar unos, entonces? ¿Para qué tanto sudor?

placeholder El presidente de la Generalitat, Quim Torra, junto a su vicepresidente, Pere Aragonès (i). (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, junto a su vicepresidente, Pere Aragonès (i). (EFE)

Mi sospecha es esta: la desmovilización de la precaria y cansada mayoría independentista abre una la posibilidad nueva, apocalíptica, para los de Puigdemont. Llevan años justificándose en la mayoría y colocando a sus atropellos el 'nihil obstat' de "nos votan". Han usado la carta de la fuerza democrática hasta convertirla en pulpa de papel. La posibilidad ahora, remota pero posible, de que unas elecciones den un 'president' no independentista de la Generalitat o, peor todavía, de un futuro bloque híbrido a lo tripartito, provoca el pánico del fugado. Para dinamitar este horizonte, Puigdemont necesita un tiempo para recalentar.

Foto: Puigdemont (c), junto a Toni Comín (d), en el Europarlamento. (EFE)

Y ese es el motivo de que el difunto Torra siga caminando. Nada amenaza tanto la integridad del integrismo como este divorcio que ya está en marcha. La razón por la que Torra quiere aprobar Presupuestos no es su contenido, sino la propaganda de las sesiones parlamentarias necesarias. Ya los oigo: ¿está ERC de parte de los colonos? ¿Van a votar con ellos, contra nosotros? ¿Boicotearán unos Presupuestos que dejarían la república a la vuelta de la esquina? ¿Se han cansado, o es que nunca estuvieron dispuestos a empujar? Los Presupuestos de Torra son una cabeza de caballo entre las sábanas de la cárcel de Lledoners.

Las entrevistas de Rufián

El vigor de Marta Rovira, quien lloró y se mesó los cabellos el día en que Puigdemont colocó su piececito sobre el pedal del freno justo antes de incendiarlo todo, ha dejado paso a la Santa Esquerra Monástica de Oriol Junqueras: la del paso atrás, entender a nuestros hermanos pecadores, rezar mucho y esperar contemplativamente otros 15 años para que la fiesta se reanude. Hay un síntoma del que se habla poco y a mí me parece clave: Gabriel Rufián tiene en YouTube un programa de entrevistas al estilo de La Tuerka de Pablo Iglesias y su criterio editorial ha dado un vuelco en las últimas semanas.

Las personas que Rufián decidía entrevistar hasta este momento eran: a) progresistas, b) nacionalistas 'friendly' y c) jóvenes talentos de internet. Pero las dos últimas entregas de su programa han sentado ante Rufián a dos dragones del antiindependentismo. El resultado es portentoso. Educada y pausadamente, buscando lo común, el diálogo, la paz, Rufián ha charlado con Arcadi Espada y Xabier García Albiol. ¡Y daba gloria verlos! Nada de trifulcas. No solo ha eludido Rufián el enfrentamiento, sino que parecía ungido de santidad y ponía la otra mejilla. ¿Acaso no somos hermanos? ¿No sangro si me hieren?

placeholder 'Los soñadores', grafiti del artista urbano TVboy, que representa a Sánchez y a Rufián. (EFE)
'Los soñadores', grafiti del artista urbano TVboy, que representa a Sánchez y a Rufián. (EFE)

Gabriel Rufián es un personaje singular e imprevisible que debe ser interpretado como un termómetro de la temperatura corporal de Oriol Junqueras. Dirá que a su programa invita a quien le da la gana, pero es mucha casualidad que agasaje a sus enemigos mortales justo cuando Torrent estaba escribiendo su discurso para negarle a Torra la gracia de Dios. Esas charlas constructivas, pacíficas y horizontales de un líder de ERC con dos exponentes de la derecha española son el preámbulo de un nuevo horizonte en el que la prioridad de Esquerra será sacar de la cárcel a los presos y retomar el camino de la negociación.

Todo sigue siendo muy cuántico en Cataluña: independentistas que parecen no serlo, socios que son adversarios al mismo tiempo, una república que se proclamó para no ser y un 'president' que no agoniza porque nunca estuvo vivo ni tampoco muerto.

Ya lo saben ustedes: Roger Torrent no recogió el guante, se negó a sostener la gracia parlamentaria de Torra contra la decisión judicial y el matrimonio de conveniencia de Esquerra y Posconvergència saltó por los aires. Un final esperado y no por ello menos extraño. Los analistas habían pronosticado con lógica que Torra convocaría elecciones, pero la lógica no sirve de nada en las repúblicas cuánticas. Torra dijo que las convoca, y que no. Lo hará después de negociar y aprobar unos Presupuestos

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