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Defienda cómodamente nuestra dictadura gracias a la libertad de su democracia
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Juan Soto Ivars

España is not Spain

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Defienda cómodamente nuestra dictadura gracias a la libertad de su democracia

En las democracias, todo el mundo es libre de decir que vive en una dictadura, mientras que en las dictaduras todo el mundo tiene que decir que vive en una democracia

Foto: Foto: Reuters.
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Una diferencia básica entre los regímenes dictatoriales y las democracias es que usted puede ensalzar los primeros desde las segundas, pero no puede alabar las segundas desde los primeros. Así, los españoles pueden perfectamente escribir largos y tortuosos elogios de una dictadura caribeña como la cubana, mientras que los cubanos están más o menos obligados a denigrar cualquier sistema diferente al suyo o, como mínimo, a elogiar alguna cosa extranjera sin desmerecer en absoluto lo que tienen en casa, es decir, sin hacer comparaciones.

El motivo es que ninguna comparación resiste si ponemos la democracia liberal a un lado y la dictadura socialista al otro. Por supuesto, hay algunos ámbitos donde la democracia liberal cojea. Aquí podemos decir libremente que nuestro sistema es imperfecto. Incluso podemos decir que es una puta basura injusta y denigrante. Haré la prueba: la democracia liberal apesta, el Parlamento apesta, la clase política apesta, Pedro Sánchez apesta, Pablo Casado apesta, Yolanda Díaz apesta, Inés Arrimadas apesta, Santiago Abascal apesta. Si ningún cuerpo policial o parapolicial llama a mi puerta esta noche, prefiero la mierda al paraíso.

Foto: El líder del PP, Pablo Casado. (EFE)

Pero vamos allá, saquemos defectos a nuestro sistema, como les gusta hacer a los deudos del régimen cubano en España. Aquí no controlamos el mercado, ni el poder financiero, más que con torpes negociaciones impotentes de nuestros gobiernos debilitados por el neoliberalismo. No tenemos soberanía alguna sobre nuestra riqueza, mientras que los cubanos tienen perfecta soberanía sobre su pobreza. Nuestro sistema público está bajo ataque de los tiburones avariciosos, nos quieren precarizar, privatizar, subyugar. ¡Nos están jodiendo! (A los cubanos también).

También puedo decir, por ejemplo, que en Colombia el presidente Duque es un cabrón que alienta el asesinato de los manifestantes, de la misma forma que puedo decirlo de Díaz-Canel. Cierto: el cubano también es libre de decir una cosa y la otra, eso sí, con una diferencia en el precio de ambas afirmaciones. Si dice muy alto lo primero ganará dinero y posición social, mientras que si dice muy alto lo segundo los perderá. Porque también el paraíso socialista se rige por mercados: el de la reputación está perfectamente activo.

Foto: Una mujer sale al balcón donde se expone una bandera cubana, en La Habana, Cuba. (EFE)

La libertad es algo que se valora solo cuando no se dispone de ella, como el dinero. De la misma forma que un ricachón puede decir que el dinero no le importa, causando la furia de un precario que no tiene ni para pagarse las pipas, el habitante del mundo libre puede chillar que la libertad es secundaria frente al socialismo, o que no disfrutamos de una verdadera libertad, o que la libertad es (incluso) peligrosa si la ejerce quien no te gusta, mientras que el cubano es capaz de subirse a una barcaza y cruzar el mar por unos gramos de libertad.

Pero la libertad de expresión no es la única. Cuando los cubanos tienen todas las necesidades básicas cubiertas por el Estado, son más libres, por ejemplo, que un mendigo en España. Aquí solo eres libre cuando tienes estabilidad y dinero, y no pasa siempre. No eres libre si todo tu tiempo se va en sostener un alquiler. No eres libre cuando no te da para unas cañas. Hay en España muchas formas de perder la libertad. El problema viene cuando el Estado cubano tampoco cubre las de su pueblo. Como lleva ocurriendo durante toda la revolución.

Para algunos izquierdistas españoles, parece ser muy importante quién roba, quién somete, quién malgobierna y quién se aprovecha de ti

Está el bloqueo, claro que sí. Negar que el bloqueo hace virtualmente imposible el sostenimiento del régimen cubano es faltar a la verdad. Otras dictaduras viven más holgadamente sin bloqueos económicos. Estados Unidos instigó muchas de ellas en América Latina, y sus poblaciones sufrían también, por otros motivos, sometidas al expolio de sus castas. En Cuba, los políticos de la dictadura roban menos que en otras dictaduras, como la catarí, porque no hay tanto. Pero de nuevo: en Cuba no es razonable pensar que la clase política tiene, también, su responsabilidad.

Por eso protestan ahora. Como nosotros protestábamos en el 15-M y lo estaríamos haciendo ahora si no gobernase la izquierda. Porque, para algunos izquierdistas españoles, parece ser muy importante quién roba, quién somete, quién malgobierna y quién se aprovecha de ti. Si tu dictador promociona libros de materialismo histórico, si utiliza retórica socialista, si planifica la economía o es un enemigo frontal de los Estados Unidos, entonces es un buen dictador. Por ese motivo, tu Gobierno también puede ser el más progresista aunque suba la luz y el alquiler.

Foto: Detenciones durante las protestas en La Havana. (Reuters)

Aquí podemos decir que el Gobierno es totalitario aunque no lo sea. Lo que nos lleva a otra diferencia básica entre las dictaduras y las democracias: en las democracias, todo el mundo es libre de decir que vive en una dictadura, mientras que en las dictaduras todo el mundo tiene que decir que vive en una democracia. En España, podemos decir que la Justicia es machista, que los políticos son corruptos, que el sistema deja atrás a los de abajo, pero en Cuba hay que participar en las marchas de orgullo patriótico y callar ciertos problemas.

Aunque, visto lo visto, esto último no es del todo cierto. No, no es cierto, ahora que lo pienso. No todo el mundo es libre en España para decir a las claras que Cuba es una dictadura. No puedes decirlo si has estado viajando a Cuba con los gastos pagados por el Gobierno cubano. No puedes decirlo si has cursado allí asignaturas, si has impartido allí asignaturas, si tienes deudas. Y tampoco puedes decirlo si gobiernas con Unidas Podemos. No, desde luego, no todo el mundo es libre en España de decir que Cuba es una dictadura. Aunque todo el mundo es libre de hacer el ridículo. ¡Qué peligrosa es la libertad!

Una diferencia básica entre los regímenes dictatoriales y las democracias es que usted puede ensalzar los primeros desde las segundas, pero no puede alabar las segundas desde los primeros. Así, los españoles pueden perfectamente escribir largos y tortuosos elogios de una dictadura caribeña como la cubana, mientras que los cubanos están más o menos obligados a denigrar cualquier sistema diferente al suyo o, como mínimo, a elogiar alguna cosa extranjera sin desmerecer en absoluto lo que tienen en casa, es decir, sin hacer comparaciones.

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