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Me he comprado una vaca que se llama autónomo pobre
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Juan Soto Ivars

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Me he comprado una vaca que se llama autónomo pobre

También entre autónomos existen las clases sociales. Gente con ingresos tan bajos como los que refleja esa tabla, en su parte inferior, se llama trabajador pobre, aunque lo haga por cuenta propia

Foto: El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (EFE/Chema Moya)
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (EFE/Chema Moya)
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El Gobierno se ufana en los nuevos tramos de autónomos, acordados con los agentes sociales, por los que profesionales que obtienen un beneficio neto de una mierda pinchada en un palo (menos de 670 euros) van a pagar 230 euros de cuota ahora y 200 en un par de años. Algunos pagarán menos de lo que pagaban, eso es verdad. Y, sin embargo: ¡qué mezquindad sacarle al más pobre de los autoempleados un 30% de su beneficio! ¿Esto es todo? ¿Esta es la proporcionalidad?

El asunto me recuerda a aquel capítulo de Mortadelo y Filemón, cuando sacude la ciudad una ola de calor. Filemón se apoya en un radiador de la oficina de la TIA y se abrasa la mano. Resulta que Mortadelo ha puesto la calefacción a tope, porque luego la apaga “y se nota un fresquito buenísimo, jefe”. Pues un poco así. Cuando te dicen que habrá tramos progresivos, uno piensa que el que gana por debajo de la subsistencia tendrá algo más que un descuentillo respecto a lo anterior. Pero no.

Foto: El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. (EFE)

Trato de entender cómo se puede vender como progresista una decisión que incluye ordeñar a profesionales con unos ingresos tan magros un porcentaje tan grande, porque si intento imaginar cómo es obtener ingresos netos inferiores a 670 euros por un mes de trabajo y vivir con eso se me corta la digestión. A los autónomos por debajo del salario mínimo interprofesional habría, en todo caso, que echarles un cable. Solidaridad, proporcionalidad, redistribución y tal.

Pero por lo visto tienen que dar las gracias. Veamos: 200 euros de cuota en ese tramo te dejan 470 para vivir en el mejor de los casos. Los autónomos con ingresos más altos pagarán (pagaremos) en torno un 10% en cuota, y los más pobres entre el 20% y el 30%. Proporcionalidad rara, digo. Además, el 20% de casi nada es muchísimo: mucho más que el 10% de un buen dinero.

Foto: El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. (Efe)

¿Cuándo vamos a entender lo que significa ser un trabajador pobre? 200 euros de 670 son mucho más dinero que 500 euros de 6000. En esos 200 euros va la factura de la luz. Y las cañas. Va todo. Podemos había propuesto 100 euros para esa franja baja. Se ha fijado el doble y nadie protesta. Ok. Vamos a celebrarlo, venga.

No me entendáis mal. Yo no me quejo cuando me toca pagar a Hacienda, ni cuando pago mi cuota. Todavía no he entendido por qué estando en nómina en una empresa, tengo que seguir pagando la cuota de autónomos para colaborar con otras, pero bueno. Si consulto los sueldos de los imbéciles que me gobiernan y de sus asistentes, me reboto, pero luego me toca ir al ambulatorio y digo: vale, bien. Pues así y todo yo esperaba que 'proporcionalidad' fuera, para los que menos ganan, algo más que un descuento.

Foto: El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (EFE/Chema Moya) Opinión

¿De verdad la contribución de este tramo bajo da para levantar el puño el día del minero, con la rosa roja en la solapa, mientras suena el himno de Santa Bárbara Bendita? ¿Tan barato sale el sintagma 'política social' que puede venderse como un gran salto adelante una medida que sigue extrayendo un monto intolerable a quien no gana casi nada? ¿De verdad esto es lo mejor que los 'agentes sociales' han logrado para el autónomo de la base de una pirámide con forma de bosta de caballo?

En fin. Esto no le importa a casi nadie. Cada autónomo se queja por lo que le ha tocado. Yo no. Yo soy así de subnormal. A mí me suben la contribución, y no me quejo. Lo que me indigna es que, si yo pago más, gente que gana tan poco dinero matándose a trabajar siga soltando tanta pasta. Que me suban la contribución a mí me puede parecer un fastidio, pero lo otro es injusto. Y rastrero.

Foto: El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (EFE/Kiko Huesca)

¡Pobre autónomo! Es una figura sin tradición literaria, sin murales de Diego Rivera, sin himnos de Silvio Rodríguez. Es una vaca, aunque sea una momia. Un ser antipático, malhumorado. Nadie se preocupa por él. Pues bien: también entre autónomos existen las clases sociales. Gente con ingresos tan bajos como los que refleja esa tabla, en su parte inferior, se llama trabajador pobre, aunque lo haga por cuenta propia.

¿Esto es lo mejor que el Gobierno más progresista de la historia ofrece al trabajador pobre por cuenta propia? Ok. Gracias. Muy bien.

El Gobierno se ufana en los nuevos tramos de autónomos, acordados con los agentes sociales, por los que profesionales que obtienen un beneficio neto de una mierda pinchada en un palo (menos de 670 euros) van a pagar 230 euros de cuota ahora y 200 en un par de años. Algunos pagarán menos de lo que pagaban, eso es verdad. Y, sin embargo: ¡qué mezquindad sacarle al más pobre de los autoempleados un 30% de su beneficio! ¿Esto es todo? ¿Esta es la proporcionalidad?

José Luis Escrivá
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