Es noticia
Así contaron los estertores de Podemos en la tele de Pablo Iglesias
  1. Sociedad
  2. España is not Spain
Juan Soto Ivars

España is not Spain

Por

Así contaron los estertores de Podemos en la tele de Pablo Iglesias

Ya os dije que estoy enganchado a Canal Red. Pues así sigo, cada vez más. El Tablero, lo de Sergio Gregori, todos los días en vena.

Foto: Pablo Iglesias. (EFE/Cati Cladera)
Pablo Iglesias. (EFE/Cati Cladera)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Ya os dije que estoy enganchado a Canal Red. Pues así sigo, cada vez más. El Tablero, lo de Sergio Gregori, todos los días en vena. Ha ganado mucho en pluralidad desde la última vez que escribí del tema. Ahora sale un chico de Más País al que Rafa Mayoral lanza escupitajos de ácido; y también salió una del PSOE que parecía que se hubiera escapado de Marbella, por el bronceado.

En la última semana, acaso la última semana de vida de Podemos, la programación de Canal Red ha sido tremendamente cómica. Hermoso ver a Pablo Iglesias morderse la lengua en sus dos programas, hasta envenenarse, por no hablar de izquierda cuqui, ni de pijas de Más Madrid, y dedicar estos días tan jodidamente trascendentales para los sueldos que entran en su casa a, yo qué sé, la presa de Jersón o América Latina.

Foto: El exvicepresidente del Gobierno y ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE/Mariscal) Opinión

Palidecían sus ojos picaruelos y un día ni siquiera fue, y le tocó a Dina Bousselham hacer de presentadora. Aquel día en que Iglesias no se presentó, vaya Dios a saber por qué, a Dina le tocó ponerse en modo rumana de semáforo y suplicar a los espectadores que paguen las cuotas atrasadas. Gloria bendita.

El resto de programas, esa semana, seguían a lo suyo: el bobo que dice “hola compah” achacaba a los medios de comunicación las siete plagas, el bobo de “dato mata relato” seleccionaba cualquier dato que pudiera mantener su relato, Monedero gesticulaba como Leonardo Dantés haciendo el baile del pañuelo y un programa de humor, lo menos gracioso de la cadena, mostraba a unas chicas muy feministas tratan de hacer reír con el éxito que cualquiera puede imaginarse.

Foto: pablo-iglesias-canal-red-roures-podemos

El jueves, mientras el tiempo se agotaba, llegaron varias catástrofes encadenadas: en Valencia, Compromís y Sumar hicieron coalición y dejaron fuera a Podemos, ese partido que no obtuvo representación en las autonómicas, tal vez por dirigirse a un electorado sordo, y los de Belarra anunciaron que se presentan por su cuenta, es decir, que cero diputados allí.

Además, el mismo día, se filtró que en la sede del partido morado se había registrado ya otro, morado oscuro, con logo y el nombre de Juntas sí se puede, que a bote pronto yo hubiera jurado que era el partido de Macarena Olona, pero que es el flotador para el caso de que todo se vaya a la mieda. Pero, para colmo de males, el Supremo al fin se pronunció por unanimidad: Irene Montero y su equipo legislaron el” sí es sí” con la precisión de un epiléptico puesto de speed en una rave.

Foto: Pablo Iglesias e Ione Belarra. (EFE/Mariscal)

¿Cómo afrontar al fin la dura realidad de que la señora más feminista del globo ha hecho una ley que excarcela y reduce condenas a los violadores? ¿Cómo salir de la huída hacia adelante? En esta ocasión sí entró de lleno Iglesias en la movida, que para algo es el macho protector: con una foto de Marchena detrás, intentó que los más listos de entre sus espectadores se tragaran que la ultraderecha judicial machista ha incumplido el sacrosanto mandato del Fiscal General de Estado.

Es decir, llamó lingote de oro al último clavo de su ataúd. Y después, al fin, llegó el viernes, el día de hoy, y yo me desperté temprano para hacer todo el trabajo pendiente antes de que empezara, tarde como siempre, la emisión de El Tablero. Lástima que fuera justo después de la emisión de hoy que el Supremo condenaba a Irene Montero a pagar 18.000 euros a Rafael Marcos, el exmarido de María Sevilla, por llamarlo maltratador. Si no sabes de que hablo, pincha aquí.

Lástima, digo, porque hubiera sido toda una clase magistral de periodismo comprometido ver a quién culpaban de que su estrella, no contenta con indultar a una maltratadora para sostener la propaganda, difama a su víctima y es condenada por ello. (Brindo a la salud del Tribunal Supremo, aunque alguien tendría que recurrir esos indultos, por cierto).

Foto: Pablo Iglesias, junto a Jaume Roures, en un acto. (EFE/Román Ríos)

Pese a ello, ¡qué programón! Sergio Gregori y el resto de tertulianos habían estado rezando los últimos días en directo por un acuerdo de unión. Parecía una rogativa televisada. Acuerdo de unión, claro, sin humillar a Podemos, es decir, nada. Rogativa por el respeto y contra la absorción de los nutrientes de partido por parte de la mantis Yolanda. Y este viernes, hoy, último día para el acuerdo, alcanzamos el orgasmo.

Para esta mesa tuvieron cuidado de no meter ninguna voz demasiado discordante con los intereses de Podemos y tuvieron que recurrir a varias periodistas feministas irenistas, de las que dicen “eeeeeeeeh” entre sujeto y predicado pese a que la frase es un eslogan sobre lo mucho que sufrirán las españolas sin Montero, y las conexiones en directo casi brillaron por su ausencia.

Foto: Yolanda Díaz e Irene Montero. (EFE/Kiko Huesca)

Estuvieron metiéndose un rato con Edmundo Bal, desesperado por la desaparición de Ciudadanos, y se chotearon. Dijeron que tanto interés por salvar su partido es porque quiere quedarse con la paguita y que se aferra al despachito por la pasta. No como Montero, no como Pam, no como Belarra. El juego de las sillas con Díaz es para salvar a la gente. Para evitar la destrucción ultraderechista. ¡Jua ja ja ja!

Cortaron el debate para dar una noticia de última hora: la militancia de Podemos había votado al fin masivamente, y el 92% había decidido, cosa rara, lo que los líderes de la cúpula les habían dicho que votaran: que la cúpula negocie. Varios tertulianos dijeron que estaban sorprendidos con el resultado de que la poca militancia implicada que queda en el partido vote lo que le manda Echenique.

En fin: creo que se me acaba el vicio. Hundido Podemos, sin acceso a los fondos públicos debido a la barrera de Yolanda Díaz en los puestos importantes de las listas, la bancarrota amenaza a este canal de youtube que tantos buenos momentos me ha dado lo mismo que al partido. Espero que puedan mantenerlo a flore, sin embargo, porque los gastos son bien exiguos.

Foto: Foto: EFE/Víctor Casado.

Pese a que lanzaron una operación en el Sindicato de Periodistas de Madrid para colocar en la dirección al presentador de El Tablero, Gregori, de 25 años, los colaboradores de su programa tienen unas condiciones económicas de miseria. Lo sé de buena tinta, y no digo lo que cobran los tertulianos porque el dato me lo ha dado gente a la que no quiero que ataquen los bots. Baste decir esto: la dignidad de los sueldos de Canal Red es directamente proporcional a la calidad de la información que proporciona.

Es decir: Pablo Iglesias ha salvado la dignidad de la prensa con tanto énfasis en lo tocante a la pluralidad como en lo tocante al sustento de sus trabajadores. Cualquier día, Gregori le monta al fabuloso DirCom un piquete informativo. El caso: se despidieron rezando, nuevamente, cuando lo mejor a lo que pueden aspirar es a que Yolanda Díaz no los devore por completo, por exceso de tóxicos. Es decir: a que Yolanda Díaz se coma lo comible y escupa, asqueada, lo que se defiende en Canal Red.

Ya os dije que estoy enganchado a Canal Red. Pues así sigo, cada vez más. El Tablero, lo de Sergio Gregori, todos los días en vena. Ha ganado mucho en pluralidad desde la última vez que escribí del tema. Ahora sale un chico de Más País al que Rafa Mayoral lanza escupitajos de ácido; y también salió una del PSOE que parecía que se hubiera escapado de Marbella, por el bronceado.

Pablo Iglesias Unidas Podemos
El redactor recomienda