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Este es Ramón. Vive en Murcia y votó a Puigdemont
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Juan Soto Ivars

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Este es Ramón. Vive en Murcia y votó a Puigdemont

Para que España siga siendo España es indispensable ofrecer a quienes quieren que España deje de ser España todo lo que se les antoje

Foto: Carles Puigdemont y Yolanda Díaz se reúnen en Bruselas. (EFE/EPA/Olivier Matthys)
Carles Puigdemont y Yolanda Díaz se reúnen en Bruselas. (EFE/EPA/Olivier Matthys)
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En Murcia, hay gente muy solidaria. Este es Ramón, vive en Molina de Segura, trabaja en una fábrica de fertilizantes y es un hombre de clase trabajadora orgulloso de serlo. Por eso votó a Sumar. Su vecina y buena amiga, Macarena, que trabaja de cocinera en un restaurante-abrevadero de turistas en San Pedro del Pinatar, votó al PSOE porque lleva toda la vida votando al PSOE y siente los colores socialistas.

Ambos recibirán en los próximos días sendas tarjetas postales de agradecimiento, escritas en catalán y euskera, con un texto análogo que descifrarán con ayuda de Tamames, que vive también en Molina de Segura pero es valenciano. Las tarjetas agradecen la ayuda prestada a los intereses de Puigdemont y por la mejora económica de todos los habitantes de Cataluña y País Vasco. Es un voto solidario del que cualquier persona con corazón debe enorgullecerse.

Yolanda Díaz ya ha viajado a Bruselas como emisaria de Ramón y Macarena. Un piquito y lo que haga falta. Allí se tumbará bocabajo en el suelo y colocará las manos sobre la nuca para evitar que Puigdemont se sienta amenazado, y en esta postura diplomática ofrecerá al virrey huido todo cuanto sea posible para su regreso a Cataluña, que es una de las prioridades más acuciantes de Ramón y Macarena. Los dos han sido incapaces de conciliar el sueño desde que se judicializó un conflicto político.

El hecho de que Ramón y Macarena hayan votado esta vez para salvar a Puigdemont de un juicio en el Supremo es una nueva muestra de cortesía después de que Pedro Sánchez aflojara los delitos de los que se acusaba a estos amigos de Murcia. No era suficiente garantía, sentían Ramón y Macarena en su fuero interno, el hecho de abaratar la sedición y la malversación. Era necesario un paso más en la senda del progreso. La mejora de los trenes en Cataluña es algo que les ha dolido siempre.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante un pleno del Congreso el pasado mes de abril. (EFE/Chema Moya) Opinión
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En Murcia, hay una sola línea de Cercanías, abierta en dos ramales hacia Lorca y Alicante, y un trayecto de 85 kilómetros se recorre en aproximadamente dos horas en viejos convoyes a diésel que hacen un ruido del infierno. Sin embargo, Ramón y Macarena saben que este desastre en las comunicaciones ferroviarias se debe a que en su Región gobierna el PP. ¿Por qué malgastar acero y tecnología en Murcia pudiendo emplearlos en adecentar un poco el sistema ferroviario catalán?

Allí tienen infinidad de estaciones, nudos y arterias, además de cinco estaciones de AVE, y siempre se están quejando de lo mal que está el mantenimiento, lo cual es cierto. Ramón y Macarena saben que cada vez que cogen el coche para viajar a su puesto de trabajo están poniendo su granito de arena en el necesario ahorro solidario para que los problemas de mantenimiento y conectividad en Cataluña queden solventados, y la gente pueda llegar en un vagón debidamente climatizado hasta la aldea más remota.

Foto: El 'expresident' Carles Puigdemont. (Reuters/Yves Herman)

Para que España siga siendo España es indispensable ofrecer a quienes quieren que España deje de ser España todo lo que se les antoje. Tenerlos contentos significa que no vuelvan a repetirse escenas como las de 2017. Pedro Sánchez ya se ha comprado un traje de chacha en tusdisfracesdivertidos.net para limpiar los suelos del palacio de la Generalitat. Yolanda Díaz está comprometida a planchar todos los uniformes de la Ertzaintza de Bilbao, demostrando que saben repartirse las tareas.

Ramón y Macarena, que viven bajo el yugo de la ultraderecha regional desde hace como 30 años, conocen muy bien la calidad del paño, las procesiones, el desmantelamiento de lo bueno y la ejecución de lo malo. Saben que en Murcia las mujeres son forzadas a casarse con barrigudos cuñados, que los calvos besan impunemente sin consentimiento y que no existe la homosexualidad porque está prohibida.

Para evitar que este mal que ellos padecen se expanda por el resto de España, están dispuestos ellos también a trabajar por cuatro duros, como sus antepasados, en la ampliación de la línea 10 del metro de Barcelona y fregando escaleras. Aunque les llamen colonos.

En Murcia, hay gente muy solidaria. Este es Ramón, vive en Molina de Segura, trabaja en una fábrica de fertilizantes y es un hombre de clase trabajadora orgulloso de serlo. Por eso votó a Sumar. Su vecina y buena amiga, Macarena, que trabaja de cocinera en un restaurante-abrevadero de turistas en San Pedro del Pinatar, votó al PSOE porque lleva toda la vida votando al PSOE y siente los colores socialistas.

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