La zorra y las gallinas

"Muy mal me va, señora, en este instante;
Muy bien si usted se quita de delante".
'La zorra y las gallinas', Félix María Sánchez de Samaniego

“Elegir a González-Sinde como ministra de Cultura es como poner a la zorra a cuidar gallinas”, sentencia Victor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas. Se refiere en ese tono (sin dobles lecturas) por el presunto conflicto de intereses entre el cargo público de Sinde para/ con la industria audiovisual, aún a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia se pronuncie al respecto. Sobre esto, el pasado jueves, Domingo remitió para el caso unas declaraciones del ex director del Instituto de las Ciencias y las Artes Audiovisuales (ICAA), Ignasi Guardans, (despido fulminante que adelantó en exclusiva este periódico) que vendrían a reforzar las tesis de los internautas acerca del denunciado conflicto de intereses.

Esta asociación inició los trámites legales nada más recibir Sinde la cartera de Cultura en abril de 2009, debido -según ellos- a "la existencia de importantes intereses personales de la ministra y del riesgo que suponía para una gestión interesada del dinero público, especialmente en la industria del cine". Para Domingo, ahora "alguien muy cercano a su gestión" -en referencia a Guardans- dice que "efectivamente, así está siendo". El mismo Guardans, completamente despechado, hizo unas polémicas declaraciones para El Periódico de Cataluña tras su despido, en las que aseguraba que en el caso del cine “uno está permanentemente vigilado por los propios destinatarios de las ayudas públicas, que acaban decidiendo quién conviene que esté allí y quién no conviene”. A lo que añadió que "el móvil de la ministra sólo lo tiene la gente del cine".

Sin saber qué fue primero, si el huevo o la gallina, en este caso lo fue el canon y después la ministra. Y este canon, que grava indiscriminadamente todos los soportes digitales, y el hardware susceptible –o no- de copiar obras protegidas con derechos de autor, es ya ilegal del modo en que se aplica en España, aunque las SGAEs se nieguen a devolver lo robado (100 millones de euros entre todas las gestoras, 27 millones por la propia SGAE). Con todo, y al ser Sinde la culpable de tener el ministerio peor valorado del Gobierno (aún peor que el de trabajo), el canon es ahora el arma arrojadiza preferida por parte de la oposición, que busca votos hasta en los CDs vírgenes.

Todos los partidos políticos votaron a favor del canon digital en la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual de 2006. Sí, también PP y también IU. Tan criminal resultó en los primeros, que ahora tanto se desviven en retirarlo, como en los segundos, que llegaron incluso a contraprogramar sus propios compromisos electorales. El PP tuvo su oportunidad un año y medio después de la reforma, cuando en diciembre de 2007 el Senado debía ratificar el canon. Pero un rifirrafe interno imposibilitó toda maniobra.

El mismo PP, siempre tan unido en otros temas y tan disperso en éste, presentó el pasado mes de septiembre una enmienda para “la eliminación de la compensación equitativa por copia privada”, porque “tal y como está regulado en nuestro país, no es compatible con las directivas comunitarias”. Bien por ellos, mas suena oportunista. Sin problema. Víctor Domingo lo prefiere así: “Estoy deseando que todos los partidos se aprovechen de esto. Lo que me parece mal es que la industria se aproveche de los ciudadanos con el beneplácito del Gobierno”. Reflexión que comprende, pero que no puede compartirse cuando se adivinan los modos y las intenciones políticas.

Después de haber secundado varias manifestaciones sin resultado (la más dolorosa, la del No a la Guerra), uno comprende en cierto modo lo que deben de sentir en Francia al sufrir la sordera de su Gobierno con respecto al retraso de las jubilaciones. Me explicaron de pequeño –no hace mucho- que el predominio del pueblo en el gobierno era comúnmente llamado ‘Democracia’; pero cuando dicen gobernar por el bien del pueblo sin escuchar al pueblo (que es lo que sucede tanto con las jubilaciones como con el canon), suena más bien a despotismo. Sólo a eso, porque ilustrado, ni de coña.

Vistas las reacciones a la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo (Cultura, balones fuera y las SGAEs retediendo el dinero) se adivinan futuros similares cuando el Tribunal Superior de Justicia se pronuncie sobre el presunto conflicto de intereses de González Sinde en el Gobierno. Siendo conscientes de la orfandad política en la que nos encontramos, por el momento, todo se resume en saber qué fue primero, si la gallina o el huevo; pero sin olvidarse de identificar las gallinas, para distinguirlas de los que se las cepillan a cara perro. Por lo pronto, éste que suscribe, aún no sabe ni contesta, ni cree llegar a saberlo.

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