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Guía del políticamente incorrecto: cómo ir de rebelde en la red (aunque solo seas un idiota)
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Carlos Otto

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Guía del políticamente incorrecto: cómo ir de rebelde en la red (aunque solo seas un idiota)

¿Estás harto de no poder decir nada sin que alguien se ofenda? Tranquilo, con este manual te enseñaremos a ser el nuevo azote del buenismo aunque no sepas ni atarte los cordones tú solo

Foto: Eres un malote de la vida, por eso te temen las feministas, los buenistas, las puritanas, la dictadura de lo políticamente correcto y Bob Esponja.
Eres un malote de la vida, por eso te temen las feministas, los buenistas, las puritanas, la dictadura de lo políticamente correcto y Bob Esponja.

Madre mía cómo está la gente, ¿eh? Si es que ya no se puede decir nada. En cuanto sueltas cualquier cosa viene alguien que se ha ofendido, te salta a la yugular y, lo que es peor, llama a todos sus amiguitos (digitales, por supuesto, porque a la cara no se atreven) para lincharte entre todos. Está el mundo lleno de ofendiditos, y en internet ni te cuento.

Pero eh, esto se va a acabar. ¿Estás harto de no poder decir lo que opinas libremente? ¿Te has cansado ya de la dictadura de lo políticamente correcto, del buenismo y del pensamiento único? ¿Crees que el mundo necesita imperiosamente conocer todas tus opiniones aunque las hayas elaborado en cinco segundos? Tranquilo, amigo: frente a la invasión de Los Ofendiditos™, te proponemos una guía que te convertirá en el apóstol de la nueva figura de moda: El Incorrectito™. Apúntatelos: son seis pasos.

1. Di lo que te dé la gana

A ver, estamos en un país libre ¿no? O eso se supone. Así que no tendrías por qué guardarte ninguna opinión. Pues adelante, machote: coge cualquier tema del que se esté hablando y da tu opinión en internet. Por si ahora no se te ocurre nada, te sugerimos algunos temas:

  • Esto del feminismo... a ver, que está bien, pero que igual ha ido demasiado lejos, ¿no? Si es que más que feministas parecen feminazis
  • ¿Y los hombres qué? Ahora todo va para las mujeres, nosotros somos culpables hasta que se demuestre lo contrario
  • Ni un piropo se puede decir ya, ¿eh? Ni un piropo
  • Lo de los inmigrantes, pues da pena, sí, pero oye, no querrás barra libre. ¿Dónde los metemos? ¿Los vas a meter tú en casa?
  • Los ciclistas, ¿eh? Si es que al final son los peores, se creen que la calle es suya
  • Los millennials, macho. Si es que son gilipollas, menuda generación de malcriados
  • Mucho os quejáis de lo de La Manada, pero en las discotecas bien que pasáis gratis, ¿eh? ¿Eh? Eso no os molesta, ¿eh? ¿A que no? ¿Eh?
  • Los veganos, macho, qué pesaos que son. ¿Y las plantas no tienen sentimientos? Jajajaja
  • Si a mí me parece muy bien que sean gays, pero ¿hay que hacer alarde de ello? ¿Y el Día del Orgullo Hetero?
  • ¿Ya no se puede hacer chistes de mariquitas? Si son un poco rancios, sí, pero jajaja yo es que me meo con Bertín Osborne jaja qué crack máquina campeón figura mastodonte

En serio, sé que son demasiados temas y que no tienes por qué ser experto en todos ellos, pero tú da tu opinión, que para eso eres libre. Da igual que a tu reflexión no le hayas dedicado ni dos minutos: tú eres un excepcional analista de la sociedad, así que no te cortes.

2. "Ya no se puede decir nada"

El mundo está lleno de gente aburrida y amargada, y en internet ya ni te digo, así que es medianamente probable que alguien acuda por ahí para afearte tu comentario. El tono puede variar: quizá te digan que no tienes ni idea, o que con gente como tú se prolongan las desigualdades... o incluso puede que te llamen gilipollas a las primeras de cambio. También puede que te digan educadamente que, en su opinión, te has equivocado, pero ni caso a los educados: el caso es que alguien ha afeado tu conducta.

Ante esto tienes tres opciones:

1.- Justifícate. Ojo, que tú no has ofendido a nadie, ¿eh? Solo has dado tu opinión. Además, que tienes un montón de amigos maricones gays, moros inmigrantes, subnormales con discapacidad, animalistas, ciclistas, testigos de Jehová y coleccionistas de sellos. ¿Cómo vas a ser machista, si tienes mujer, hermanas, hijas y la mujer es lo más bonito del mundo?

Alguien ha afeado tu conducta, así que te han malinterpretado o directamente son imbéciles

2.- Tira p'alante. A ver, a ver, que te han malinterpretado, ¿eh? Que cuando tú dijiste "Tanto feminismo ya se hace pesado", no estás siendo machista. Y cuando dijiste que "Al final esto se va a llenar de inmigrantes", en realidad solo te parece mal que los traigan aquí a que también se mueran de hambre. Y cuando dijiste "¿Y el Día del Orgullo Hetero para cuándo?" solo pretendías una igualdad real. Si la gente te sigue rebatiendo, hay una frase que te salvará la vida y podrás cerrar el debate: "Soy dueño de lo que digo, no de lo que tú interpretas". Y a correr.

3.- Oféndete. Caray, que lo de "Ha muerto una mujer en Tenerife: una menos en Canarias" era solo un chiste, ¿eh? ¿No puedes hacer un chiste? Si es que ya no se puede decir nada, macho, enseguida te saltan encima. En este punto es esencial que te ofendas. Sí, vale, te estás ofendiendo por lo que te dice una persona que se ha ofendido, pero tú agacha la cabeza un poco mientras mascas el enfado. Lo bueno empieza a partir de ahora.

3. ¿Te critican más? ¡Censores!

Bueno, oye, ya está bien. Una cosa es que alguien pueda ofenderse y otra muy distinta que coharten tu libertad de expresión, ¿eh? ¿Qué pretenden, que te calles? Si es que además siguen criticándote ¡media hora después de que colgases tu comentario en internet! Por Dios, ¿es que esto no va a acabar nunca?

Mira, se acabó, esto es una persecución en toda regla. Un linchamiento, vamos, como los que hacían los nazis. Si hasta ahora eras un absoluto mindundi, pues oye, tus cinco minutitos de gloria que te has llevado. Si ya eras una figura pública y relevante te dirán que de linchamiento nada, que lo único que pasa es que antes podías decir burradas sin que nadie te contestase, pero que ahora es bidireccional, que internet ha permitido que se equilibre (un poco) la balanza. Pero no te apees de la burra: esto es un linchamiento, una persecución, una caza de brujas.

Tu diccionario habitual: dictadura de lo políticamente correcto, del buenismo, de las puritanas, de los activistas de salón

Ahora deberás empezar a soltar (de manera ordenada o todos a la vez, total, da un poco igual) una serie de términos que a partir de ahora formarán parte de tu diccionario habitual: estamos viviendo en la dictadura de lo políticamente correcto, del pensamiento único, de la ideología de género, del buenismo, de las puritanas, de los activistas de salón, de los cochófobos y de las feminazis. Si te vienes arriba, puedes incluso publicar aquella frase de "Primero vinieron a por los X, pero como yo no era X, no dije nada...". Eso hará que algunos de los que no estuvieron de acuerdo con tu comentario inicial se unan a tu tropa por si un día les pasa algo parecido.

Está claro: sin tú pretenderlo, te has convertido en una víctima. Da igual que no hayas perdido ni un solo euro, ni un solo trabajo (de hecho puede que incluso acabes ganándolo: te lo contamos en el punto 5), ni te hayas visto perjudicado lo más mínimo más allá del reducto de internet. También da igual que parar ese brutal linchamiento sea tan sencillo como no mirar el móvil. El caso es que eres un perseguido, un políticamente incorrecto, y como tal debes actuar a partir de ahora.

4. "Uy Los Ofendiditos™"

Hasta ahora, reconozcámoslo, estabas siendo un pelín pringao, porque en realidad tú estabas ofendiéndote tanto como los que te respondieron o incluso más. Además es que ibas con una pose muy lastimera y... la verdad, dabas un poco de grimilla. Pero esto se va a acabar ahora mismo.

La mejor defensa siempre es un buen ataque, y ¿qué mejor forma de atacar a alguien que con humor y un poquitito de odio? Eso sí que les duele, ¿verdad? Que te cachondees de ellos y vean que no te afecta lo que te dijeron aunque te sintieses al nivel de Rosa Parks, los judíos y Arturo Pérez Reverte, todos a la vez. Tus palabras clave a partir de ahora: Los Ofendiditos™.

"El/la lenguaje/lenguaja inclusivo/inclusiva no/na ofende/ofenda a nadie/nadia"

Antes de nada, créate una pàndilla: júntate con los que te defendiesen en su momento y ale, a dar rienda suelta al ácido humorista que siempre llevaste dentro. Ahora que tienes tu pandillita, puedes ironizar libremente con que "ahora hay que firmar un contrato antes de follar para que no te acusen de violación", con que "el/la lenguaje/lenguaja inclusivo/inclusiva no/na ofende/ofenda a nadie/nadia" o con que "madre mía los gitanos que se ofenden por un chiste y te rajo el cuello payo en cuanto termine de robar esa fragoneta de malacatones jajaja".

Eso sí, elige bien tus objetivos. Es esencial que los receptores de tus chistes estén a tu mismo nivel o (mejor aún) por debajo. Con los que estén por encima no te metas, no sea que acabes delante de un juez y verás tú qué gracia.

5. Gánate la vida con ello

A ver, lo del humor está guay, pero es que le estás dedicando demasiado tiempo a esto, ¿eh? ¿Y si pruebas a ganarte la vida con ello? Habrás conseguido el objetivo de todo emprendedor: vivir de aquello que le apasiona.

Vamos a ello. Si eres escritor, humorista, presentador, periodista, músico o cualquiera de esas profesiones con las que siempre te ganaste regulín la vida, haz que a partir de ahora toda tu obra (pero TODA) gire en torno a eso. Autopreséntate como un políticamente incorrecto. Cuéntale al mundo que eres un linchado, un perseguido y un censurado, y hazlo desde tus tres columnas de opinión, tu programa de televisión, tu canal de Youtube, tus charlas por toda España y los catorce libros que piensas escribir de aquí al jueves.

Eres un 'enfant terrible', un tío que dice las cosas tal y como son, verdades como puños, ídolo, figura, maquinón, presidente

Poco a poco verás que los calificativos que te dedican incluso se te quedan cortos: eres un 'enfant terrible', un tío que se desmarca de la corrección política, aunque algunos te digan que en realidad no hay nada más políticamente correcto que ser un machista, un racista o un homófobo. Que no, que no: tú eres un tío que dice las cosas tal y como son, verdades como puños, ídolo, figura, maquinón, presidente.

Con el tiempo verás que tu presencia pública no para de crecer (aunque eres un censurado, no lo olvides) y anda, parece que empieza a entrarte bastante dinerinchi, ¿eh? Enhorabuena: ya eres oficialmente El Incorrectito™. ¿Dónde están ahora Los Ofendiditos™?

6. El Incorrectito Mindundi™

Seamos sinceros: para llegar al punto 5 necesitas ser una persona inteligente y con talento. Si no lo tienes (o no te lo han descubierto, porque claro que lo tienes, cómo no lo vas a tener, si eres el nuevo azote de Occidente)... pues qué se le va a hacer, chico, tendrás que tirar por otro lado. Pero no te preocupes: aún hay sitio para ti.

Mientras tus hermanos mayores (los que se están llevando la pasta) se dedicaron a la ofensa pagada, tu terreno seguirá siendo internet. Igual ahí ya no te funciona decir lo mismo que están diciendo los mayores, pero todavía tienes hueco. Puedes empezar tus comentarios con fórmulas como "Esto es políticamente incorrecto, pero..." o "Ahora me vendrán los ofendiditos, pero..." y, a continuación, soltar todo lo que te ronde esa cabecita loca. Importante: es imprescindible que te autodefinas commo 'políticamente incorrecto' cada dos o tres días, como mucho.

No ganarás un duro con ello y no te conocerá ni tu familia, pero ¿y lo transgresor que te sientes?

Eso sí, un aviso: ahora lo vas a tener más difícil que nunca, porque cada vez hay más gente haciéndoles frente a Los Incorrectitos™. Si ves que estas batallas te vienen grande, no sé, puedes bajar un poco el nivel e irte a otras más pequeñas. Mira, ya lo tengo: puedes colgar la foto de un filete mediosangriento y escribir: "Lo siento, veganos". Bua, chaval, con eso lo petas fijo.

Si el punto 5 te vino grande pero te has agarrado a este punto 6, enhorabuena: ya eres oficialmente El Incorrectito Mindundi™. No ganarás un duro con ello y quizá no te conozca ni tu familia, pero oye, ¿y lo transgresor que te sientes?

Madre mía cómo está la gente, ¿eh? Si es que ya no se puede decir nada. En cuanto sueltas cualquier cosa viene alguien que se ha ofendido, te salta a la yugular y, lo que es peor, llama a todos sus amiguitos (digitales, por supuesto, porque a la cara no se atreven) para lincharte entre todos. Está el mundo lleno de ofendiditos, y en internet ni te cuento.