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El laberinto burocrático que lastra la 'i'
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Patricia Fernández de Lis

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El laberinto burocrático que lastra la 'i'

Si somos buenos produciendo artículos científicos, ¿por qué no conseguimos atraer a los mejores investigadores, y retener a los que hemos formado?

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El informe COTEC de innovación contiene cada año información muy valiosa para todos a los que nos interesa la ciencia y la innovación. El de este año contiene una interesante tabla que clasifica a España en diferentes indicadores, entre 53 países.

Los datos muestran que somos buenos (los décimos del mundo en 2009) en la producción de artículos científicos, pero somos muy malos (el último país de los 53 estudiados) en la atracción y retención de talento:

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¿Cómo es eso posible? Si somos tan buenos produciendo artículos científicos, ¿por qué no conseguimos atraer a los mejores investigadores y retener a los que hemos formado?

Una de las respuestas es que España es el único de los grandes países de Europa que reduce su gasto en I+D+i y que ha empeorado todos los indicadores que estudia la organización desde 1996. Solo en los dos últimos años, el presupuesto público para subvenciones ha caído un 13%.

España, de los que más invierte en I+D

Hay, sin embargo, razones más antiguas y quizá de más calado que los eternos vaivenes en los presupuestos públicos y privados, tan ligados a la situación económica. España está, de hecho, entre los 10 o 15 países del mundo que más invierten en I+D, dependiendo del año.

La explicación de cuál es el principal problema a la hora de retener talento lo tenemos también en esa tabla: la falta de espíritu emprendedor y de colaboración entre las universidades (donde se realiza la mayor parte de la investigación en España), y las empresas, y la escasa capacidad innovadora.

En otras palabras, la i de la ecuación I+D+i en España hace aguas, y nadie parece capaz de dar con la clave de mejorar la capacidad innovadora de este país.

Uno de los problemas es, posiblemente, el diseño de una carrera investigadora que valora los artículos publicados en revistas científicas en exceso respecto a la transferencia de tecnología o la divulgación

Uno de los problemas es, posiblemente, el diseño de una carrera investigadora que valora los artículos publicados en revistas científicas (como bien indica ese décimo puesto), en exceso respecto a la transferencia de tecnología o la divulgación. También está definida en tantas escalas que más que una carrera parece un laberinto en el que los jóvenes investigadores tienen que buscar la manera de sortear todo tipo de obstáculos para pasar a la siguiente fase, y en la que siguen siendo becarios a los 40 años.

La Ley de la Ciencia que sacó adelante el anterior Gobierno, con enormes dificultades, diseñó una carrera en la que se incluían tímidos intentos de premiar la divulgación y la transferencia tecnológica, y de aclarar el complejo camino de la carrera investigadora aclarando y recortando etapas. Sin embargo, la definición de esa carrera aún no se ha desarrollado ni se espera a corto plazo.

Menos AVE y más CSIC

El laberinto no se limita a la carrera investigadora; también afecta a la financiación de la investigación, que debería simplificarse creando una ventanilla única, la Agencia de la Investigación, de la que tampoco se sabe nada porque Hacienda la mantiene parada.

Es complicado entender que el Gobierno no encuentre los 25 millones de euros sin los que el CSIC podría no llegar a fin de año, ya que el precio por salvar el mayor centro de ciencia en España supone menos dinero que tender dos kilómetros de AVE.

Pero es aún más escandaloso pensar que se están lastrando nuestras opciones de atraer y retener talento, generar patentes, innovar y mejorar la gestión de la ciencia pública y privada porque el desarrollo de la primera ley de ciencia del siglo XXI (la anterior era de 1986), sigue parada en los despachos.

El informe COTEC de innovación contiene cada año información muy valiosa para todos a los que nos interesa la ciencia y la innovación. El de este año contiene una interesante tabla que clasifica a España en diferentes indicadores, entre 53 países.

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