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Apple regala 'software': una grata sorpresa para todos menos para Microsoft
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Alfredo Pascual

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Apple regala 'software': una grata sorpresa para todos menos para Microsoft

En el ideario de Apple no encajaba regalar nada. Sin embargo, anoche abrieron el melón de la gratuidad en Cupertino, y Microsoft es el principal perjudicado

Foto: Craig Federighi, vicepresidente de 'software', anunciaba ayer que OS X Mavericks será gratuito (Reuters)
Craig Federighi, vicepresidente de 'software', anunciaba ayer que OS X Mavericks será gratuito (Reuters)

No, en las keynotes de Apple ya no hay one more things. El final en alto se fue con el maestro Jobs, pero eso no significa que no haya sorpresas. Si la presentación de junio nos dejó el extravagante Mac Pro cilíndrico, la de esta semana ha roto con un viejo precepto de la compañía, el de no regalar nada.

Desde Cupertino han criticado una y mil veces a aquellos que entregan sus productos sin contraprestación económica; sin ir más lejos, el pasado mes de marzo, Phil Schiller, oficioso número dos de Apple, calificaba el sistema operativo Android como "un repuesto gratuito". Más aún: hasta que el martes se anunciase que OS X Mavericks sería una actualización gratuita, Apple se desmarcaba de la competencia repercutiendo entre 50 y 129 euros por cada cliente que se quisiera pasarse a la nueva versión de su SO.

Pese a todo, el cambio primordial no está en el software de sistema, sino en el de productividad. A partir de ayer, la suite iWork es gratis para los ordenadores y dispositivos móviles de la firma; antes, cada uno de los programas, por separado, salían por 9 euros

La 'suite' iWork representa menos del 2,2% del beneficio anual de Apple. En el caso de Microsoft, Office le provee el 33% de sus ganancias. Distribuir iWork gratis era una necesidad en Cupertino

Es sencillo ver reflejos entre iWork y el Office 365 de Microsoft. A saber: Pages equivale a Word, Keynote a PowerPoint, Numbers a Excel... seguro que ya sabéis a dónde quiero ir a parar: la diferencia principal es que iWork es ahora gratis y Office 365, que ofrece un amplio catálogo de suscripciones (que no de compra definitiva), cuesta desde los 99 euros/año para hogares hasta los 275 para empresas grandes. 

Una jugada integral

La maniobra de Apple tiene tintes ofensivos y defensivos. Por una parte defiende el iPad de la funesta corriente que sostiene que las tablets ni son, ni nunca serán, un dispositivo productivo. También salva a iWork de una desaparición más que probable, toda vez que había perdido el paso ante otros jugadores mejor instalados en la nube, como Google Drive o el propio OpenOffice. Porque es cierto que la gratuidad fulmina el beneficio, pero también que ensancha la base de usuario, siendo este el principal acicate para el desembarco de desarrolladores externos. El gesto de Apple es explícito: "Aquí tenéis las herramientas, renovadas y gratuitas, si no las usáis es cosa vuestra".

Mas no podemos olvidar que es también un rodillazo sobre la línea de flotación de Microsoft, que obtiene un tercio de sus ingresos a través de la línea Office. El porcentaje cae al 2,2% cuando se trata de iWorks, y eso que Apple enmaraña el beneficio de la suite ofimática entre las extensiones de garantía y los programas de terceros que le generan algún beneficio. Así, liberar iWorks era una decisión que se tomaba sola, solo había que decidir cuándo.

Hace unos meses el todavía CEO de Microsoft, Steve Ballmer, desveló una versión para iPad de Office 365 sin fecha definida. ¿Influirá el anuncio de Apple en el lanzamiento? ¿Tiene sentido sacar un Office 365 de pago en una plataforma que posee una suite idéntica, solo que gratuita y apadrinada? Seguramente no. Es casi más factible, en un plazo relativamente corto, ver a los de Redmond cortando la cadena de Office para que corra a devorar a iWork.

Sea como fuere, hay una circunstancia más que clara: el software gratuito impactará sobre la contabilidad de Apple... y también sobre la de Microsoft. Lo que queda por comprobar es cuánto. 

No, en las keynotes de Apple ya no hay one more things. El final en alto se fue con el maestro Jobs, pero eso no significa que no haya sorpresas. Si la presentación de junio nos dejó el extravagante Mac Pro cilíndrico, la de esta semana ha roto con un viejo precepto de la compañía, el de no regalar nada.

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