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La solución al robo de fotos privadas pasa por las víctimas
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Alfredo Pascual

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La solución al robo de fotos privadas pasa por las víctimas

La filtración de imágenes privadas de algunas de las celebridades más relevantes ha desatado un nuevo debate: ¿quiénes son los culpables en este episodio?

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Ver una teta y volvernos locos, todo uno. Como no podía ser de otra manera, el episodio de las fotos subidas de tono de Jennifer Lawrence ha acaparado nuestra atención. Toda nuestra atención. Durante la jornada del lunes comprobé cómola noticia se encaramaba en el Olimpo de las 'más leídas' en los todos los medios de comunicación, sin excepciones. Allá donde fue, triunfó.

Hoy, satisfechas una infinidad de fantasías sexuales, solo queda el ruido de cristales rotos. Y el consecuente debate: por un lado estánlos que tienden a verlo todo muy claro, esa legión de cuñaos que pace en la patria nuestra, que no se explican cómo una actriz tan famosa ha cometido la ingenuidad de retratarse las gónadas. Menean la cabeza al tiempo que nutren sus grupos de WhatsApp de contenido manifiestamente ilegal y se rasgan las vestiduras con cada caso de espionaje gubernamental. Sostienen que Jennifer Lawrence tiene parte de la culpa, si no toda, por ser tan... tan así, como guarrilla.

Por el otro lado están los guardianes de la ética. Estos también han visto las fotospero, en vez de compartirlas, prefieren irse de caza de cuñaos a las redes sociales. Abren Twitter, aleccionan a dos o tres, acusan a otro de justificar la violacióny lo cierran. Repiten el proceso cada dos horas para mantener turgente su autoridad moral. En líneas generales, dicen que Lawrence es inocente de todo pecado y que está todo lleno de machistas y de retrógrados.

Información sensible

Y tienen razón: Lawrence no es culpable de nada, pero tiene que serparte de la solución. Dado que siempre habrá un hacker dispuesto a robar tus datos, y que la sociedad no está por la labor de criticarlo, el trabajo ha de centrarse en la concienciación de la víctima. Como hijos de la Sociedad de la Información que somos, tenemos que aprender a clasificar la información que generemos según su sensibilidad;comprender que cuando algo se sube a internet, aún con la máxima seguridad, se expone a ojos ajenos.

Troyanos, phising, cracking, ataques al servidor, brechas de seguridad... obtienen nuestra información personal de tantas maneras que abruma. ¿Significa esto que nuestros datos no están a salvo en servicios como iCloud? No, su información está a salvo, lasuyay lamía, porque nadie quiere volver a ver nuestras fotos del verano. Es la misma razón por la que hay menos virus en Mac o Unix que en Windows: la falta de interés.

Si, por contra, denota usted que millones de personas querrían ver sus fotos privadas al precio que sea, o que su popularidad no se puede comparar con la del 99% de la población humana,entonces mejor no se lasfíe a un password. No olvide que el sistemalogin-passwordtriunfópor susencillez, no por suseguridad.Véalo así: una sola palabra no puede separar su intimidad de la marabunta sedienta de carnaza. Recuerde queellos son miles, quizámillones, algunos con mucho tiempo libre yotros con tiempo libre y conocimientos informáticos.Simplemente no permita que se tenga acceso a su intimidad desde cualquier ordenador del mundo.En lugar de colgarlas en la nube,guarde las fotosen un disco duro de casa, a salvo de mirones, de igual modo que no guarda su ropa interior en casa de los vecinos.Y, desde luego, no las almacene en un smartphoneque, además de estar conectado a internet, nos lo solemos dejar en la mesa del restaurante.

En un mundo ideal, de plena seguridad y garantíade la información, las fotos de Lawrence nunca habrían visto la luz. En otro mundo, este ético,la solución vendría con el rechazo sociala disfrutar de las vergüenzas de Lawrence, al menos en estas circunstancias, y la consecuente denunciadel hacker. Pero en nuestro mundo, en el que tres empresas han reconocido el robo de datos de 150 millones de usuariosy hemosmantenido las tetas de Lawrence dos días como treding topic, conviene no tentar al diablo. La víctima, que es siempre inocente, no debe serinocentona.

Ver una teta y volvernos locos, todo uno. Como no podía ser de otra manera, el episodio de las fotos subidas de tono de Jennifer Lawrence ha acaparado nuestra atención. Toda nuestra atención. Durante la jornada del lunes comprobé cómola noticia se encaramaba en el Olimpo de las 'más leídas' en los todos los medios de comunicación, sin excepciones. Allá donde fue, triunfó.