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De 'pintxos' por internet
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Borja Adsuara

Menos tecnología y más pedagogía

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De 'pintxos' por internet

¿Podría funcionar un sistema en el que el coste de las noticias que pinchas te las cobran a final de mes en la factura del teléfono sin necesidad de suscripción?

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'Noticia' proviene del latín 'notitia' y ésta, de 'notum', participio pasado del verbo '(g)noscere', que significa '(co)nocer', aunque con un (co)nocimiento muy inmediato y superficial. Es decir, una primera impresión o 'noción' de algo. El verdadero co-nocimiento se alcanza al co-municar y com-partir esas nociones o noticias y profundizar en ellas. Son como la punta de un 'iceberg'.

Hace unos días, la Asociación Española de Editores de Publicaciones Periódicas (AEEPP) y Google difundieron una nota de prensa en la que decían que “habían alcanzado un acuerdo y se aliaban para impulsar e incrementar la visibilidad de las publicaciones en internet”, como tituló la mayoría de los medios de comunicación y despertó el lógico interés de los que seguimos estos asuntos.

Pero, cuando se pinchaba en el titular y se leía la noticia completa, la expectativa generada se desinflaba un poco, pues el acuerdo alcanzado se limitaba a “poner en marcha un grupo de trabajo conjunto”: “Ambas compañías (sic) trabajarán conjuntamente para incrementar la visibilidad de las publicaciones en la red, buscar modelos económicos sostenibles o poner en marcha una plataforma publicitaria común para los asociados”.

La “tasa Google” 

No se le escapa a nadie que este movimiento algo tiene que ver con la reclamación que la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) viene haciendo contra Google desde hace meses y que es, a su vez, reflejo de las polémicas que se han suscitado anteriormente en Francia o en Alemania.

En Alemania se aprobó poco después, en marzo de 2013, una ley que obligaba a los buscadores y agregadores de internet a adquirir licencias de los editores de prensa para poder reproducir las noticias (completas) de los diarios. Pero sí pueden reproducir, sin licencia alguna, enlaces y pequeños textos introductorios de las mismas, aunque deben pedir autorización a los periódicos.

Los grandes editores de prensa españoles, representados en AEDE, abogan porque en la modificación de la Ley de Propiedad Intelectual se les obligue a los buscadores y agregadores de noticias al pago de una licencia o compensación por la utilización de sus contenidos; postura compartida por Italia y, últimamente, también Portugal.

Nuevos modelos de negocio y de gestión 

Pero la mal llamada “tasa Google” no es sino un clavo ardiendo al que se aferran algunos para hacer tiempo en espera de encontrar la piedra filosofal o el nuevo modelo de negocio (y de gestión) de las noticias en el entorno digital.

Los periódicos tradicionales han intentado diversas iniciativas (hacer contenidos de pago, crear varias plataformas -porque han sido incapaces de ponerse de acuerdo en una sola- basadas en la suscripción de lectores, etc.) que no acaban de funcionar ni siquiera con pomposas "alianzas estratégicas", tras las que sólo hay una inyección de dinero a cambio de publicidad… y de “paz social”.

Algunos medios nativos digitales (como El Confidencial) han demostrado que se puede vivir de la publicidad, haciendo buen periodismo, con unos beneficios que dan para pagar un sueldo digno a los profesionales, pero no para mantener a las “plantas nobles” de los periódicos tradicionales, en las que se juega a otro juego, que tiene que ver más con el “juego de poder” que con el periodismo.

Otros medios, también digitales, han nacido como consecuencia de los EREs en los periódicos tradicionales y han emprendido una aventura con un modelo de suscripción basado en la captación de socios, muy parecido al crowdfunding. Y todos estamos expectantes respecto a lo que finalmente, hará Jeff Bezos con el Washington Post, tras las ideas que apuntó en una entrevista concedida pocos días después de la compra.

Leer noticias, como ir de pintxos

Frente a las noticias de pago y las plataformas cerradas sólo para suscriptores, que retraen a los posibles lectores, me viene siempre a la cabeza el modelo de negocio (y de gestión) de los pintxos (o tapas) en San Sebastián: el expositor de la barra se abre no de la parte del camarero sino de los clientes, que pueden coger los que quieren y, al acabar, cuentan los palillos y pagan.

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¿Por qué no podría funcionar un sistema en el que las noticias están en abierto, unas gratuitas y otras de pago, y el coste de las que pinchas te las cobran a final de mes en la factura del teléfono sin necesidad de una suscripción o pago previo? Solamente sería necesaria una alianza entre los titulares de los medios y los operadores de telecomunicaciones.

Algunos dirán que este modelo de negocio (y de gestión) es muy complicado, pero ya existió algo parecido en la época de los tonos y politonos que cobraban las operadoras a través de los SMS, en las facturas de teléfono y, después de quedarse con el porcentaje establecido, entregaban su parte a los proveedores de los contenidos.

Como ocurrió con la música, en que la unidad de gestión dejó de ser el disco para ser la canción, en el periodismo la unidad de gestión ya no es el periódico, sino la noticia. La pregunta clave es: ¿cuánto vale una noticia?

'Noticia' proviene del latín 'notitia' y ésta, de 'notum', participio pasado del verbo '(g)noscere', que significa '(co)nocer', aunque con un (co)nocimiento muy inmediato y superficial. Es decir, una primera impresión o 'noción' de algo. El verdadero co-nocimiento se alcanza al co-municar y com-partir esas nociones o noticias y profundizar en ellas. Son como la punta de un 'iceberg'.

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