Es noticia
Qué defendemos cuando defendemos la ciencia
  1. Tecnología
  2. No me creas
José A. Pérez

No me creas

Por

Qué defendemos cuando defendemos la ciencia

La ciencia no es solo el avance que nos ayuda a sobrevivir a una enfermedad o a realizar una tarea. También es un conjunto de valores y pensamiento

Foto: Manifestación con motivo de la noche de los investigadores (Efe)
Manifestación con motivo de la noche de los investigadores (Efe)

¿Por qué habríamos de defender la inversión pública en ciencia? ¿Por qué, de todas las partidas presupuestarias que han sido recortadas, deberíamos ser particularmente celosos con la que afecta a las instituciones científicas?

Esta semana he tenido la suerte de asistir a una charla de Pedro Miguel Echenique (o Etxenike, depende de dónde consulte uno). Pedro Miguel es un renombrado físico vasco. En 1998 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica y el Max Planck de Física. Fue el primer Consejero de Educación del Gobierno Vasco de la democracia, allá por 1980, y hoy, con 63 años, preside un centro de excelencia, el Donostia International Physics Center.

Además de todo eso, Echenique es un gran orador. Reflexivo, divertido y agitador, sus charlas están siempre abarrotadas. En la que pronunció hace unos días, dentro de un evento organizado en Bilbao por la plataforma de divulgadores Naukas, el físico abordó, entre otras cuestiones, la que abre esta columna. Y propuso una respuesta, muy distinta a la que, de un tiempo a esta parte, nos hemos acostumbrado a escuchar.

placeholder

La charla coincidía con una manifestación que se celebrara en Madrid bajo el lema "Sin ciencia no hay futuro". Una de las razones que se suele argumentar para defender la inversión en ciencia (o para criticar los recortes) es su capacidad para mejorar nuestro nivel de vida. Cuando se argumenta eso, por supuesto, se piensa en los avances médicos, en los tecnológicos, en las TICs… En todo lo que ha hecho nuestra vida mucho más fácil que la de nuestros abuelos y el mundo un lugar cada vez más conectado y manejable. La ciencia, es cierto, parece la herramienta más fiable para lograr que nuestros hijos vivan mejor que nosotros.

Una de las razones que se suele argumentar para defender la inversión en ciencia (o para criticar los recortes) es su capacidad para mejorar nuestro nivel de vida

Echenique, sin embargo, no cree que ése deba ser el argumento defensivo de la ciencia. Porque, de ser así, dijo, "se desvirtuaría la complejidad del proceso que ha garantizado ese desarrollo económico."

En opinión del físico vasco, la ciencia debe ser defendida en virtud de los valores que representa, y no por las ventajas materiales que hipotéticamente pueda traernos en un futuro. "Lo que va a resolver la ciencia", dijo, "es impredecible. La ciencia y el desarrollo científico no deben defenderse en función de unos beneficios concretos."

La información es libertad

¿Qué argumentar entonces a la hora de animar a la clase política a aumentar la inversión pública en el sistema científico tecnológico? Echenique no lo duda: "una sociedad científicamente informada es más libre para tomar decisiones. La ciencia forma personas capaces de pensar críticamente. Una sociedad que se preocupa de lo que ocurre en las fronteras del conocimiento crea, por el mero hecho de hacerlo, un clima intelectual de excelencia en el análisis de los problemas. (…) Es un error decir: si ahora invertimos en la ciencia saldremos de la crisis", añadió Echenique, tajante. "No hay que vender lo que no es cierto."

Existe una correlación, es cierto, entre el PIB de un país y el número de artículos científicos que publican sus habitantes. La ciencia sí parece generar riqueza, pero quizá, como dice el reputado físico, no sea eso lo que debemos defender cuando defendemos la ciencia.

¿Por qué habríamos de defender la inversión pública en ciencia? ¿Por qué, de todas las partidas presupuestarias que han sido recortadas, deberíamos ser particularmente celosos con la que afecta a las instituciones científicas?

Manifestación Política