No me creas
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'Across the Universe', los Beatles en el espacio
En 1977, la NASA le hizo un encargo ciertamente excéntrico a Carl Sagan: le pidió que pensara algo que enviar a los desconocidos seres extraterrestres
En 1977, la NASA le hizo un encargo ciertamente excéntrico a Carl Sagan: le pidió que pensara algo que enviar a los extraterrestres. La cosa puede sonar hoy un poco absurda, pero no queda duda de que Sagan se lo tomó muy, muy en serio. Al fin y al cabo estamos hablando del hombre que con más ahínco insistió en la búsqueda de vida extraterrestre.
Imagínense qué encargo. Qué responsabilidad. ¿Cómo transmitiría usted a una civilización extraterrestre los grandes logros de la Humanidad? Que no pese mucho, claro, y que ocupe lo mínimo porque tiene que caber en el interior de una sonda.
Sagan afrontó el proyecto junto con varios profesores de la neoyorkina Universidad de Cornell. Existe un libro, que puede comprar en Amazon si les da por ahí, titulado Murmurs of Earth,donde el divulgador y sus colaboradores datallan los cómos y los porqués del proyecto.
Finalmente se optó por un disco gramofónico, eso que habitualmente llamamos disco de vinilo. Solo que éste no podía ser de vinilo, o jamás llegaría a manos extraterrestres. Tenía que ser muy resistente, así que optaron por fabricarlo de cobre recubierto en oro.
El disco empieza con saludos en 55 idiomas. Uno de ellos es el nuestro, y dice: "Hola y saludos a todos". A esto le sigue un apartado de sonidos. Volcanes, rayos, lluvia, el canto de un pájaro, el aullido de un lobo, una risa, un beso, el latido de un corazón, el sonido de un tren, el de un coche y el despegue del Saturno V, entre otros.
Para la selección musical se optó por una representación más o menos heterogénea de los pueblos del mundo y los géneros musicales. Está, por ejemplo, el Concierto de Brandeburgo nº 2 en fa mayorde Bach, Johnny B. Goode, el aria de la reina de la noche de La flauta mágica, el primer movimiento de la Quinta Sinfonía de Beethoven. También hay percusión, cantos aborígenes, coros y jazz.
EMI vetó a los Beatles
Sagan quería incluir Here Comes the Sun, de los Beatles. Según parece, a los excomponentes del grupo, disuelto siete años antes, la idea les hizo gracia. Pero EMI, la discográfica propietaria de los derechos, dijo que de eso nada. Que los Beatles no se lanzaban al espacio como si fuesen cualquier cosa. El motivo de la negativa no está muy claro; quizá temían que los extraterrestres pirateasen la canción y ésta empezase a rular por el cosmos, lo que hubiese supuesto un claro reto para los recaudadores de derechos.
Lo que sí se incluyó en el disco fueron 116 imágenes de todo tipo. Una foto de un astronauta en el espacio, de un tren, de un avión, la Ópera de Sidney, la Gran Muralla China, un supermercado, un delfín, un elefante, un feto, varios diagramas anatómicos, la estructura del ADN, un mapadel Sistema Solar, fórmulas matemáticas…
Si no ha ocurrido nada inconveniente,el disco, bautizado The Sounds of Earth, sigue surcando el cosmos en el interior de una sonda Voyager. Desconocemos si una nave extraterrestre, equipada con un buen equipo estéreo, ha reproducido ya su contenido. Según los astrónomos, no es muy probable que eso ocurra jamás. La NASA, sin embargo, no parece dispuesta a tirar la toalla.
En 2008, la Agencia Espacial Estadounidense decidió celebrar su 50 aniversario enviando al cosmos una nueva muestra de la cultura terrícola. Se eligió una obra de Los Beatles, y esta vez la discográfica no puso pega alguna. El 4 de febrero, la antena de Robledo de Chavela, Madrid, lanzó Across the Universehacia Polaris, la estrella Polar, ubicada a 431 años luz de donde quiera que esté Paul McCartney ahora mismo. La web de la NASA recuerda el momento con unas profundas declaraciones del exbeatle: "¡Bien hecho, NASA! Mandad mi amor a los aliens".
Si hay alguien ahí fuera, que mueva el esqueleto.
En 1977, la NASA le hizo un encargo ciertamente excéntrico a Carl Sagan: le pidió que pensara algo que enviar a los extraterrestres. La cosa puede sonar hoy un poco absurda, pero no queda duda de que Sagan se lo tomó muy, muy en serio. Al fin y al cabo estamos hablando del hombre que con más ahínco insistió en la búsqueda de vida extraterrestre.