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No podemos permitirnos el miedo a las matemáticas
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Javier Arroyo

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No podemos permitirnos el miedo a las matemáticas

Es el lenguaje universal que habla la tecnología en la que estamos envueltos, y un sector profesional con enormes perspectivas. Y aún así, muchos niños crecer cogiéndole manía a las matemáticas

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No nos podemos permitir que las matemáticas sean aburridas para millones de niños en el mundo. No es un derecho universal, no es una queja de portada de periódico ni noticia de alcance en un telediario. Pero el hecho de que esta asignatura sea percibida como un rollo por tantos niños que se quedan atrás, que no las entienden, es un problema muy serio que, en España, apenas nadie se toma así, como un reto y un problema.

Bueno, mentimos. Cada vez hay más divulgación, incluso desde el humor y la erudición, como demuestra Clara Grima o los chicos de The Big Van Theory, así como los cientos de blogs de profesores apasionados y loscientos de niños que van los sábados por la mañana a facultades de Matemáticas a desarrollar su talento precoz detectado en sus clases. Pero son esfuerzos insuficientes. Vivimos en un mundo tecnológico y las matemáticas son el lenguaje universal de tecnología. Y no estamos siendo capaces de enganchar lo suficiente a los alumnos para que luego les apetezca, les apasione, estudiar una carrera de ciencias o ingenierías.

Curiosamente, la respuesta puede estar en la tecnología.Gracias a internet y a los desarrolladores se pueden diseñar juegos que motiven a los niños y les enseñen a no tener miedo de los números. Gracias a las tabletas y a los ordenadores, millones de niños pueden optar a mejores matemáticas de las que les proporciona un profesor que no puede atender a la diversidad que hay en un aula. Nadie estáya condenado a un mal colegio, a un profesor desganado.

Grandes tecnológicas en los colegios

Ya hace dos años, en EEUU, en la Academia Nacional de Educación, se dieron cuenta de que la mayoría de los niños que optaba por una carrera de ciencia y de tecnología lo hacía porque eran buenos estudiantes que llegaban a clase con motivación extra de sus casas. Vivían en un entorno donde se fomentaba el amor a la ciencia y la tecnología. Y es ahí donde van a estar los trabajos mejor remunerados.

Así que habrá que ver lo que pueden hacer programas online para conseguir motivar a millones de niños que no deben quedarse en meros espectadores de un mundo desarrollado con números.Por eso, convendría explicarles que detrás de cada avance tecnológico que les fascina, de cada pantalla táctil que usan, de cada app, hay algún tipo (menos chicas, pero eso dará para otro post)que tiene muchas posibilidades de estar pasándoselo muy bien en una empresa donde valoran lo que desarrolla, donde es verdad que lo más probable es que se hable una jerga de inglés global y además se domine el lenguaje más universal, el de las matemáticas.

Por eso, en varios institutos de EEUU, se llega a acuerdos con empresas punteras en tecnología para que acudan a explicar cómo se trabaja en ellas y se ayuda a los alumnos que ya muestren interés por ellas.En el caso de este instituto de NYes IBM directamente la que colabora para animar a los alumnos a que estudien carreras que pueden ser interesantes para acabar en el gigante tecnológico.

Así haríamos que la tecnología acabe salvándosea sí misma, consiguiendo que las matemáticas no sean más una asignatura espantosa a la que se mira con miedo y sí la herramienta indispensable para mejorar el mundo, anhelo que ha movido siempre a miles de jóvenes. Pero hay que cambiar el rumbo, sobre todo en España y en Latinoamérica, donde hay mucho que mejorar según los resultados de PISA.

Dejar de pensar en reformas de leyes y comenzar a hacerlo en un cambio de actitud: hacer que las matemáticas molen y, para eso, ya hay herramientas tecnológicas, métodos personalizados, juegos. La tecnología es matemática. Las matemáticas pueden ser tecnológicas.

No nos podemos permitir que las matemáticas sean aburridas para millones de niños en el mundo. No es un derecho universal, no es una queja de portada de periódico ni noticia de alcance en un telediario. Pero el hecho de que esta asignatura sea percibida como un rollo por tantos niños que se quedan atrás, que no las entienden, es un problema muy serio que, en España, apenas nadie se toma así, como un reto y un problema.

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