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Tres simuladores (y un rodillo) para quemar los excesos navideños sobre la bicicleta
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Jaume Esteve Gutiérrez

Space Invaders

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Jaume Esteve

Tres simuladores (y un rodillo) para quemar los excesos navideños sobre la bicicleta

Subir el Tourmalet sin salir de casa es posible. Los rodillos inteligentes y los simuladores de ciclismo son una buena excusa para dar uso a la bici ahora que el frío aprieta

Foto: Sentir que subes las famosas cuestas alpinas sin salir de casa. Ese es el objetivo de los simuladores de ciclismo 3D. (Tacx)
Sentir que subes las famosas cuestas alpinas sin salir de casa. Ese es el objetivo de los simuladores de ciclismo 3D. (Tacx)

De este año no pasa. La frase la hemos utilizado (y me incluyo) a modo de mantra durante muchos años. Y cuando leí el texto de mi compañero Alfredo Pascual hace unos meses, creí dar con la piedra filosofal: hacerme con un rodillo inteligente para hacer ejercicio en casa sobre la bicicleta.

Foto:  Opinión

Da la casualidad de que BKool ha lanzado al mercado en las últimas semanas un nuevo modelo de rodillo inteligente. Llamado BKool Go, es algo más barato que el modelo que probamos en Teknautas meses atrás (350 euros por los 500 que cuesta el Pro), aunque sus prestaciones son algo inferiores. El Go 'solo' simula pendientes de hasta un 8% pero, a cambio, promete mantenerse en unos niveles de ruido aceptables, nunca por encima de los 90 decibelios.

Habida cuenta de que llevo años, por no hablar de décadas, sin ejercitarme activamente, el primer punto es casi una bendición. Mejor no venirse arriba de primeras y acabar con el rodillo escondido en el armario a las dos semanas. Respecto al segundo, y tras escuchar las experiencias de amigos y compañeros con productos similares, no tengo queja. El rodillo hace ruido, sí, pero se maneja en unos límites aceptables. Si tienes una tele de fondo, es probable que su actividad pase desapercibida. En líneas generales, hacerse con un Go es una buena opción si tienes pensado iniciarte en el ciclismo casero y asumir los 500 euros del Pro es un riesgo (y un gasto) exagerado.

El último simulador de BKool, apodado Go, solo simula pendientes de hasta un 8% de desnivel pero, a cambio, tiene unos niveles de ruido más que aceptables

No voy a entrar a explicar de nuevo el funcionamiento de un aparato que mi compañero ya detalló al pormenor el pasado mes de mayo, pero sí que he aprovechado estas semanas con el BKool Go para hacer una prueba de otro aspecto casi tan importante como el rodillo: el simulador que traduce nuestras pedaladas en progreso sobre una carretera (virtual). Estos son algunos de los simuladores que he probado, con la ayuda de un iPad sobre el manillar, durante estas semanas:

Simulador BKool

Tienes un mes de regalo (y otros tres si te haces con un BKool Go) para probarlo, y cuenta con la baza de contar con hasta 500.000 rutas del mundo real, desde etapas del Tour de Francia hasta un trazado perdido por una carretera de Hawai. Sobre el papel, el simulador de BKool parece muy completo: tiene un modo 3D o uno en imagen real para observar por dónde nos movemos, permite observar las condiciones climatológicas reales de la ruta que estamos haciendo, cuenta con un velódromo para los que no quieren complicarse...

Pero a la hora de la verdad, el simulador de BKool se queda algo corto en cuanto a prestaciones. Los menús no son todo lo intuitivos que deberían y encontrar rutas resulta algo complicado a poco que se quiera ser puntilloso. En última instancia, lo más aconsejable es meterse en un grupo de los muchos que pueblan la 'app' para competir con otras personas.

Lo que sí funciona como un tiro es la sinergia entre rodillo y aplicación, llegando al extremo de notarse los más mínimos cambios en la pendiente. Por contra, y a diferencia de otras pruebas, el simulador tiene una cuota mensual de 10 euros (120 euros al año) que se puede rebajar si hacemos un pago cada 12 meses. En ese caso, la cuota a abonar se queda en 96 euros.

Tacx Trainer Simulator

El gran competidor al que se enfrenta BKool y uno de los simuladores más completos del mercado. El simulador de Tacx tiene dos modalidades de pago anuales. Una muy básica, que cuesta 65 euros, y la buena, que asciende a 125 y que incluye todos los extras que le han hecho sobresalir entre sus competidores.

Entre sus añadidos más destacados está un modo GPS que ofrece la posibilidad de trasladar rutas hechas por el usuario o de pedalear prácticamente por cualquier lugar del globo, lo que lo equipara en cierta medida a los cientos de miles de rutas de que dispone BKool. Aunque quizá donde destaque sea en los entrenamientos predefinidos para que el usuario pueda basar su rendimiento en base a parámetros como la potencia, la pendiente o las pulsaciones.

En el lado negativo, el Tacx Trainer Simulator no tiene cuota mensual, por lo que el pago de la suscripción te ata un año entero, lo que puede ser un inconveniente para ese usuario que necesita un rodillo en los meses invernales pero que en verano disfruta de la carretera.

Zwift

Puede que sea el más divertido de los tres simuladores que pueblan este texto y el que, en su vertiente de simulador 3D, tiene el mejor apartado visual e interfaz. El simulador te pide que introduzcas tu peso para trazar una relación entre los vatios de potencia que generas y tu masa, y determinar así la velocidad a la que se mueve el avatar en pantalla. Esa relación es la que permite a los usuarios de Zwift conocer la dureza de una ruta o del ritmo de carrera de un usuario concreto.

El avatar que te hagas va a estar rodeado de manera constante de otros corredores, ya que la comunidad de Zwift acostumbra a ser numerosa. No quiere decir esto que en BKool o en Tacx vayas a competir solo, pero es cierto que en las sesiones de BKool acostumbras a compartir carretera con un número reducido de personas, por lo menos en nuestras sesiones de prueba. También hay que tener en cuenta las horas y los días en que uno se ejercita: no hay la misma actividad un miércoles al mediodía que un sábado por la tarde.

De vuelta a Zwift, el simulador incluye algunas funcionalidades propias de videojuegos, como la posibilidad de adquirir 'power-ups' que nos permitan aumentar la velocidad si cumplimos con determinadas condiciones en carrera. A título personal, es un añadido que aporta poco porque cuando uno hace ejercicio lo último que está buscando es engañarse a sí mismo, pero añade un punto interesante que puede resultar divertido en determinadas situaciones.

El simulador tiene un periodo de prueba de siete días a partir de los cuales hay que pagar cerca de 10 euros. Como sucede con el simulador de BKool, Zwift permite abonarse de manera mensual, por lo que puedes darte de baja de un mes para otro sin problema alguno.

De este año no pasa. La frase la hemos utilizado (y me incluyo) a modo de mantra durante muchos años. Y cuando leí el texto de mi compañero Alfredo Pascual hace unos meses, creí dar con la piedra filosofal: hacerme con un rodillo inteligente para hacer ejercicio en casa sobre la bicicleta.