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Las dos Españas también se verán reflejadas en la banda ancha
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Javier Sanz

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Las dos Españas también se verán reflejadas en la banda ancha

La banda ancha en España funcionará a dos velocidades. Habrá zonas donde se navegará a 1.000 megabits, pero en otras a mucho menos

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La banda ancha en España funcionará a dos velocidades. Habrá zonas donde será posible navegar a 100, 500 o incluso 1.000 megabits mientras que en otras poblaciones los usuarios seguirán con ADSL y tendrán que conformarse con accesos de 10 megas en el mejor de los casos. Estas diferencias tienen un denominador común, la inversión y el retorno de los operadores.

Durante el vigésimo séptimo Encuentro de Telecomunicaciones celebrado en Santander, hemos conocido los planes de despliegue de todos los operadores. Nada ha cambiado en las intenciones de Movistar, que mantiene su firme apuesta por la fibra con una cobertura estimada superior a siete millones de hogares en el próximo año.

Por su parte, Jazztel compartirá su red con el operador incumbente y estará presente en tres millones de hogares. En el caso de Orange y Vodafone, ambos operadores han comprometido inversiones millonarias para llegar a seis millones de unidades inmobiliarias en los próximos cuatro años.

Hasta aquí, buenas noticias sino fuera porque la fibra no va a llegar a todos. Ni si quiera a largo plazo.

La regulación se convierte en un problema

Orange y Vodafone han sido muy críticas con la situación del mercado fijo en España. Ambas operadoras creen que es injusto que Telefónica no tenga obligación de revender sus ofertas de fibra por encima de los 30 megas.

Orange y Vodafone creen que es injusto que Telefónica no tenga obligación de revender sus ofertas de fibra por encima de los 30 megas

De hecho “no entienden” que Yoigo pueda lanzar 100 megas sin haber invertido un solo euro en desplegar red a cambio de compartir su 4G.

La Comisión de Mercado de las Telecomunicaciones decidió en 2009 no regular la fibra por encima de esa velocidad para garantizar que los operadores invirtieran. Lógicamente Telefónica aceleró sus planes de despliegue e inmediatamente aumentó la velocidad a 50 y 100 megas para evitar que sus rivales pudieran revender sus ofertas.

Mientras tanto, los alternativos han estado esperando un cambio de postura del regulador sin éxito. Por el camino han perdido un tiempo importante en el cual Telefónica ha desplegado millones de hogares otorgándole una ventaja importante.

Una inversión poco eficiente

Con el panorama actual no será extraño que en determinadas zonas haya hasta cinco redes de nueva generación, (cuatro de FTTH y otra de cable coaxial), mientras que en otras el cobre seguirá siendo la carretera que transporte los datos a una velocidad muy inferior.

También hay otro problema añadido con las verticales, es decir, el último tramo de fibra que llega desde la calle a los edificios. Según el regulador, los alternativos deben abonar 150 euros para acceder a la infraestructura ya desplegada.

El futuro de internet pasa por la fibra óptica pero no está nada claro que los plazos se vayan a cumplir y sobre todo que los operadores vayan a rentabilizar sus inversiones

Los rivales de Telefónica dicen que el precio está inflado un 50% y que ello dificulta aún más el despliegue y ralentiza que la fibra vaya consolidándose.

El futuro de internet pasa por la fibra óptica pero no está nada claro que los plazos se vayan a cumplir y sobre todo que los operadores vayan a rentabilizar sus inversiones. Es importante tener en cuenta que un abonado con fibra hasta el hogar tiene un coste medio de 150 a 300 euros. Teniendo en cuenta que en las zonas competitivas habrá varias compañías ofertando su servicio, la rentabilidad está en el aire.

El 4G la única esperanza de lo que se quedarán sin fibra

Por su parte, la cuarta generación móvil está comenzando a despuntar en España y permite soñar con alta velocidad a los internautas que no van a ver la fibra a largo plazo.

Este tipo de conexiones móviles permite teóricamente superar los 50 megas de bajada pero cuentan con la desventaja de que tienen limitación de tráfico. Está por ver si la banda ancha móvil puede ser considerada un sustituto eficiente de la banda ancha fija.

La banda ancha en España funcionará a dos velocidades. Habrá zonas donde será posible navegar a 100, 500 o incluso 1.000 megabits mientras que en otras poblaciones los usuarios seguirán con ADSL y tendrán que conformarse con accesos de 10 megas en el mejor de los casos. Estas diferencias tienen un denominador común, la inversión y el retorno de los operadores.

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