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Bq se hace mayor: ¿son ahora más ingeniosos o más prepotentes?
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Javier Sanz

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Bq se hace mayor: ¿son ahora más ingeniosos o más prepotentes?

Tras intentar seguir la estrategia de Mercadona y prescindir de la publicidad, la española Bq ha lanzado un anuncio en el que ataca a sus rivales más directos

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El fabricante de teléfonos inteligentes, que se tilda de español pero fabrica en China como la mayoría, ha intentado dar un paso más para intentar competir con marcas más importantes. Acaba de presentar su primer anuncio de televisión dirigido por Álex de la Iglesia, y no duda en atacar a sus rivales con cierta dosis de arrogancia. ¿Acierto o error?

La venta de smartphones en el mercado español ha comenzado a repuntar. Este año las compañías despacharán entre 14 y 15 millones de unidades, una cifra que está lejos de los 22 millones que se vendieron en 2010 pero que invita a la esperanza.

En este contexto es donde Bq ha decidido apostar por invertir en comunicación, uno de los pilares fundamentales de las empresas de movilidad para conectar con los usuarios. Meses atrás, la empresa no dudaba en asegurar que quería seguir los pasos de Mercadona sin invertir en publicidad. La atención al cliente y la satisfacción de sus usuarios era la principal palanca de la empresa para seguir mejorando su imagen de marca.

Ahora, todo ha cambiado. Los especialistas de la distribución aseguran que la firma se ha visto obligada a invertir en publicidad por la bestial competencia de nuevas marcas de origen chino. Huawei o ZTE por ejemplo, disponen de productos de alta calidad y buen precio, Alcatel es capaz de vender 20.000 unidades al mes sin despeinarse y Kazam, que dispone del móvil más delgado del mundo, ha llegado casi a liderar la venta de terminales libres en el mercado de los operadores móviles virtuales el pasado verano.

No podemos olvidar que Samsung, Sony, LG y demás, ya tienen modelos de cinco pulgadas y similar precio en los lineales de las tiendas. Por si fuera poco, y aunque la venta de terminales libres sigue en aumento, los operadores siguen siendo los jugadores más importantes del mercado, segmento donde precisamente Bq solo ha conseguido penetrar en Orange y sin demasiado éxito.

En Movistar, Vodafone o Yoigo la compañía no ha logrado convencer de momento a los directores de terminales. En esos lares se demandan fabricantes globales y no solo es que la firma no lo es, sino que su aventura internacional todavía está en construcción.

Al ataque

El fruto de esa competencia tan exacerbada es su último producto, un smartphone con prestaciones que según la marca son premium, pero que en realidad se enmarcan dentro de la gama media.

Por mucho que le pese a la firma, el nuevo Aquaris no tiene muchos detalles de los modelos de gama alta. Su cámara es la que usaban los móviles de Sony hace tres generaciones y no hay aluminio en su carcasa externa.

El procesador tiene la mitad de núcleos y velocidad que los de modelos más estelares. La pantalla tiene cuatro veces menos resolución de un Samsung Galaxy Note 4. El display carece de tecnologías propias como Retina de Apple, Súper AMOLED de Samsung o Triluminos de Sony, lo que se traduce en una calidad final infinitamente menor.

Que sepamos, tampoco graba vídeos en 4K y eso sí, es 4G, algo que hace más de un año ya tenían los principales fabricantes. La parte positiva es el precio, 220 euros que son apetecibles para aquellos que no dan tanta importancia a la marca.

Publicidad

Para reforzar su imagen de marca e impulsar sus ventas, la empresa ha decidido invertir por primera vez en publicidad masiva utilizando la televisión como plataforma. La compañía ha destinado algo más de dos millones de euros para crear un anuncio donde aparecen supuestos personajes que pertenecen a los consejos de administración de competidores como Samsung, LG, Sony o Apple gritando “Fuckin' Spaniards” (Putos españoles).

El objetivo no es otro que ensalzar el producto español frente a la competencia con un toque arrogante que pretende demostrar superioridad. Por si fuera poco, la propia empresa mostró en la presentación de sus equipos una diapositiva en la cual aparecía el nuevo Aquaris como el terminal “más odiado por los fabricantes tradicionales”. Queda claro que Bq ha iniciado una nueva estrategia con la ofensa y la arrogancia como bases, algo arriesgado en los tiempos que corren.

Complicaciones

Los datos de Bq son muy positivos: más de 200 millones de euros de facturación y cerca de un millón de terminales vendidos este año, pero tienen muchas incógnitas por resolver.

Por ejemplo, fuentes del sector señalan que la firma tendrá lidiar con una distribución que mira con recelo los acuerdos con los principales minoristas del mercado y que está asfixiada por los márgenes que deja Bq a quien de verdad vende sus productos. Al otro lado, los operadores y la competencia, con productos premium de verdad.

En conclusión, y como dice un dicho español “queda mucha tela que cortar” y habrá que ver si la firma creada por estudiantes en 2005 es capaz de ponerse a la altura de los jugadores más importantes.

El fabricante de teléfonos inteligentes, que se tilda de español pero fabrica en China como la mayoría, ha intentado dar un paso más para intentar competir con marcas más importantes. Acaba de presentar su primer anuncio de televisión dirigido por Álex de la Iglesia, y no duda en atacar a sus rivales con cierta dosis de arrogancia. ¿Acierto o error?

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