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Los científicos españoles nos sentimos ignorados ante el 23-J
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Los científicos españoles nos sentimos ignorados ante el 23-J

Ante el vacío político a cuestiones primordiales como la transición energética, la crisis climática y la aparición de nuevas tecnologías, la COSCE pide más atención a la ciencia

Foto: Imagen de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Hong Kong (Imagen propia)
Imagen de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Hong Kong (Imagen propia)

El pasado 6 de julio, horas antes de que comenzara la actual campaña electoral que nos llevará ante las urnas el próximo día 23, y antes de los recientes debates a dos o a siete que tantos análisis políticos han suscitado, la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) ya reunió ante cámaras y medios de comunicación a representantes de 5 de los partidos más importantes que concurren en estas elecciones para debatir sobre sus propuestas para la ciencia española en la próxima legislatura. Las principales ideas y propuestas surgidas del debate pueden analizarse en el resumen y el video del evento, accesible on-line.

Este debate, que COSCE ya ha organizado como antesala a convocatorias electorales generales anteriores, pretendía promover la visualización de las propuestas que los principales partidos tienen para el sistema español de ciencia e I+D en la próxima legislatura. El colectivo de científicos españoles, en representación del conjunto de la sociedad, necesita saber de forma clara y explícita qué diferentes visiones y prioridades tienen los partidos para colocar la ciencia en el lugar que la sociedad necesita. Hemos tenido ya dos debates electorales, el protagonizado por los dos principales aspirantes a la presidencia de un próximo Gobierno y el debate a 7 entre los partidos con grupo parlamentario, en los que la ciencia ha brillado por su ausencia. Y ello a pesar del amplio consenso manifestado por los partidos el pasado día 6 en relación a su crucial papel en el desarrollo de nuestra sociedad futura y en la resolución de los enormes desafíos a los que debemos enfrentarnos.

Solo la apuesta por la ciencia puede proporcionar soluciones

Por una parte, los ciudadanos somos más conscientes que nunca del papel clave que juega la ciencia en la resolución de problemas sociales de gran magnitud, como ha sido el desarrollo de sistemas eficientes de análisis y protección de la población durante la reciente pandemia de COVID-19. Sin embargo, nos enfrentamos a muchos otros desafíos sin precedentes como la emergencia climática global, la integración de tecnologías digitales, computacionales o robóticas en la sociedad, o la búsqueda de nuevas fuentes de energía sostenible, sin ser conscientes de que solo la apuesta por la ciencia puede proporcionar soluciones.

placeholder Aerogeneradores en la provincia de Zaragoza (EFE / Javier Cebollada)
Aerogeneradores en la provincia de Zaragoza (EFE / Javier Cebollada)

Aunque la ciencia y sus desarrollos tienen un ámbito global, la reciente pandemia también nos ha mostrado cómo la falta de suficiente tejido científico e innovador hace a nuestra sociedad, la sociedad española, significativamente más vulnerable comparada con colectivos de otros países en los que un desarrollo industrial y tecnológico de mucha más solera permite una aplicación inmediata, más ágil y dinámica, de recursos y soluciones. No podemos permitirnos renunciar al desarrollo en España de una base de conocimiento, tecnología, e innovación que nos permita mirar al futuro con optimismo. Ya no. Legisle quien legisle, gobierne quien gobierne a partir del próximo día 23.

La ciencia tiene que estar presente, con capacidad de ofrecer voz y propuestas, en el futuro Consejo de Gobierno, pues necesitamos integrar la ciencia y la tecnología en la base de gestión y desarrollo de nuestra sociedad. Parece claro, tras la experiencia de diversas alternativas no siempre definidas en función de intereses prácticos, lo indispensable de un Ministerio que reúna competencias en ciencia y universidades, que pueda así coordinar todos los recursos materiales y personales que la I+D es capaz de poner a disposición de la sociedad.

La universidad desarrolla la parte del león de la investigación española, y ello debe ser la base para que la formación de nuestros jóvenes integre la creación de conocimiento y la innovación en los cimientos de nuestras estructuras, instituciones y empresas del futuro. Pero también necesitamos una estructura de gobierno en la que la ciencia tenga una influencia y capacidad real de acción transversal. De nada sirve un Ministerio de Ciencia aislado si no hay una vocación real por el desarrollo de nuestro sistema de I+D desde las competencias de economía y hacienda, o si no se apuesta por la ciencia y la innovación como elementos esenciales en el futuro de nuestra educación y de nuestra sanidad, de la industria o el turismo que sostienen nuestro país, en nuestras apuestas por las transiciones ecológica y energética, por la digitalización o por la equidad social.

placeholder Una empleada del Centro de investigaciones biológicas del CSIC toma muestras en el laboratorio. (Foto: Ana Beltrán)
Una empleada del Centro de investigaciones biológicas del CSIC toma muestras en el laboratorio. (Foto: Ana Beltrán)

En las últimas décadas, España ha demostrado que puede desarrollar una ciencia a la altura de la que producen los países más avanzados de nuestro entorno, a pesar de los muchos años de retraso que llevamos en la apuesta por la investigación y su proyección a la innovación. Sin embargo, la falta de recursos y el lastre de una estructura de gestión altamente ineficiente suponen barreras que no hacen sino limitar la capacidad de transformación que nuestra ciencia puede aplicar a la sociedad. Pedimos a nuestros gobernantes salidos de las urnas del próximo día 23 una apuesta decidida en recursos dedicados a la I+D, que nos acerque a los países avanzados, o al menos a la media de nuestro contexto en la Unión Europea. Tengan nuestros políticos la seguridad de que la ciencia devolverá esa inversión multiplicada con creces en forma de riqueza económica y social.

También pedimos a nuestros futuros parlamentarios y gobernantes que gestionen y legislen para que con urgencia se modifique y modernice de forma eficiente la estructura de gestión de la I+D, eliminando trabas burocráticas a una gestión que o es suficientemente dinámica y flexible o limitará de forma dramática, como ahora lo está haciendo, la capacidad transformadora de nuestra ciencia. Necesitamos una Agencia Estatal de Investigación estable, adecuadamente dotada en recursos y alejada de los vaivenes políticos y partidistas, que pueda pilotar hojas de ruta claras, transparentes y predecibles.

La ciencia y la innovación puede y debe ser un faro y una referencia para nuestros jóvenes. A lo largo de los últimos 20 años hemos formado a una espectacular generación de científicos españoles, preparados ahora para liderar una transformación trascendental de nuestras estructuras de gestión y producción, de desarrollo económico y social. Muchos de estos jóvenes se han formado en los mejores centros de investigación internacionales y están en disposición de contribuir, ahora más que nunca, al impulso de modernización que nuestra sociedad necesita. Necesitamos una apuesta firme por el talento en nuestras instituciones y en nuestras empresas. Un talento que ya existe, a la espera de oportunidades y condiciones profesionales adecuadas. Es extremadamente urgente dignificar el trabajo de nuestros científicos, actualmente con salarios y condiciones de precariedad inaceptables.

Necesitamos que deje de ser un consenso “de boquilla” para convertirse en una verdadera apuesta

En el debate del pasado día 6 se percibía un consenso fundamental en nuestra clase política sobre la importancia y la relevancia de la apuesta por la ciencia para el futuro de nuestro país. Necesitamos que este consenso, que ya se plasmó en un Pacto por la Ciencia en el año 2019, o que también ha fructificado en otro reciente pacto por la ciencia promovido por diversos movimientos de reivindicación profesional y sindical, deje de ser un consenso “de boquilla” para convertirse en una verdadera apuesta que fructifique en acciones claras dirigidas a 1) un incremento de recursos, 2) una modernización de la gestión y 3) una incorporación de talento que actualice y re-dimensione nuestra estructura de I+D.

Nuestros científicos, muchos de ellos con amplia experiencia en la gestión de grandes instituciones y conocedores de lo que funciona en los países de nuestro entorno, están a disposición de los políticos para trabajar juntos por un mejor sistema de ciencia, que es tanto como decir por una sociedad que, gracias a la ciencia, estará mejor preparada para afrontar sus inminentes desafíos, además de ser más justa, equitativa y libre para labrar su futuro.

Alicia Alonso, Mª Luisa Castaño, Javier García Alegría, Julián Garde, Rafael Garesse, Jesús Pérez Gil, Mª José Sanz, Luis Serrano, José Manuel Torralba y Perla Wahnon, en nombre de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME), la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y la Alianza de Centros de Excelencia Severo Ochoa y María de Maeztu (SOMMa)

El pasado 6 de julio, horas antes de que comenzara la actual campaña electoral que nos llevará ante las urnas el próximo día 23, y antes de los recientes debates a dos o a siete que tantos análisis políticos han suscitado, la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) ya reunió ante cámaras y medios de comunicación a representantes de 5 de los partidos más importantes que concurren en estas elecciones para debatir sobre sus propuestas para la ciencia española en la próxima legislatura. Las principales ideas y propuestas surgidas del debate pueden analizarse en el resumen y el video del evento, accesible on-line.

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