Las tripas de Android

El azote de la tecnología parece no tener freno. Primero sucumbieron la música, el cine y los videojuegos, y ahora todos los sectores tiemblan ante un futuro que se antoja incierto. ¿Se imaginan que en pocos años se comercialicen nuevos sistemas que pongan en jaque a las grandes compañías eléctricas o a las multinacionales financieras? No piensen que es una realidad tan lejana. La llave la tiene la innovación.

Hace unas semanas coincidí en un acto de la Fundación Bankinter Madrid con Tim Rowe, CEO del Cambridge Innovation Center (CIC), en Massachussets, una de las instalaciones más grandes de los Estados Unidos dedicada a startups tecnológicas.

Rowe me contaba con orgullo y mucha humildad cómo en poco más de una década había conseguido consolidar el CIC como “una universidad del talento” y el lugar más importante del mundo en startups por metro cuadrado, por encima incluso del mediático Silicon Valley.

El CIC fue edificado en 1999 y desde entonces allí se dan cita los mejores cerebros de los Estados Unidos y del resto del mundo. Y es que en ese espacio de casi 14.000 metros cuadrados se respira talento por los cuatro costados. El centro está compuesto por más de 700 cuartos de cristal transparente donde sus ‘inquilinos’ disfrutan de un lugar único para desarrollar sus ideas que pretenden cambiar el mundo o que, de hecho, ya lo están haciendo. Biotecnología, tecnología industrial, Internet,… la materia es lo de menos.

De entre los proyectos que actualmente se encuentran en fase de desarrollo está el de un grupo de investigadores que están fabricando unas ventanas especiales que en realidad son paneles solares traslúcidos. Su idea es que en un futuro próximo todas las viviendas de nueva construcción terminen incorporando estos paneles para que la electricidad que consuman sea ‘gratuita’ directamente del Sol. A la par pretenden facilitar que los actuales inmuebles puedan sustituir sus ventanas por estas y así poder contar con generadores de electricidad más baratos e independientes de la comunidad de vecinos.

Otro grupo de investigadores de biotecnología están investigando cómo evitar que tras un accidente de tráfico una persona se quede parapléjica. La clave no está en la rotura de una parte de la médula espinal, sino en la muerte de las células encargadas de mantener el cuerpo interconectado. Actualmente están desarrollando una fórmula que mantiene con vida esas células y tras haberse ensayado con éxito en animales en los próximos meses comenzarán las pruebas con humanos.

Aquí se gestaron las tripas de Android

Pero sin duda uno de los proyectos que más ha modificado el día a día de este centro del talento es ‘Android’. El sistema operativo para móviles comenzó a desarrollarse en el interior de este edificio como un proyecto más hasta que despertó el interés de Google que decidió adquirirlo en el año 2005 por 50 millones de euros. Desde entonces el proyecto se sigue desarrollando en esos despachos, aunque el personal se ha multiplicado de manera exponencial.

El vicepresidente de desarrollo corporativo de Google, David Lawee, dijo apenas hace cinco meses que esta compra ha sido "el mejor negocio de la historia". Prueba de ello es que actualmente es el sistema operativo para móviles más usado, por encima de iPhone y Blackberry.

El proyecto es de tal envergadura, que el gigante fundado por Larry Page y Sergey Brin quiso blindar las paredes de esos despachos para que dejasen de ser transparentes evitando así que el ojo ajeno se hiciese con información tan importante. Tras varias reuniones con los directivos del CIC se les permitió instalar una pegatina en las paredes de cristal que no cambiaba la idea del edificio (permitía ver el interior del despacho) pero dificultaba la visión del contenido de las pantallas de ordenador.

Es uno de los éxitos de esta ‘universidad’ donde actualmente trabajan 350 empresas. El CIC ha recibido hasta el momento más de 1.000 millones de dólares en financiación. Para Row las ideas son menos importantes que el talento: “Las ideas tienen valor si acaban en manos de una persona que sepa cómo desarrollarlas”.

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