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Ya está Gabilondo exactamente donde quería estar
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Ya está Gabilondo exactamente donde quería estar

Ya está Gabilondo exactamente donde quería estar: en el meollo del asunto, en el epicentro de la polémica, en las tripas de la cosa pública, en

Ya está Gabilondo exactamente donde quería estar: en el meollo del asunto, en el epicentro de la polémica, en las tripas de la cosa pública, en los titulares de todos los periódicos, en las radios de todos los taxis, en las tertulias matinales del Congreso, en boca del presidente del Gobierno, del líder de la oposición, en boca de Jiménez Losantos.

Tras cuatro años con el corsé puesto, obligado cada noche a sujetarse los machos, a leer entradillas exentas de calificativos, impersonales e ignifugas, en ese informativo vespertino que tantos disgustos le ha traído, Gabilondo ha recobrado en CNN+ las ganas de vivir.

Y lo ha hecho gracias a un señor, Alberto Ruiz Gallardón, que no es nuevo, ni lo parece, en esto del show business. Convirtió Gabilondo la incontinencia ‘verborreica’ del alcalde en el hilo dramático de su performance de prime time. Gabilondo preguntaba con cara de ‘no he roto un plato en mi vida’. Gallardón, mimetizado para la ocasión con la mismísima Virgen de Guadalupe, respondía como quien rompería en la cabeza de alguna vieja amiga toda la vajilla.

Gabilondo y Gallardón charlaban amigablemente en el paltó de Hoy. Una animadversión compartida convertida en temática central del parloteo: Esperanza Aguirre. Y un objetivo también compartido: salir al día siguiente en los periódicos.

Ya está Gabilondo exactamente donde quería estar: en el meollo del asunto, en el epicentro de la polémica, en las tripas de la cosa pública, en los titulares de todos los periódicos, en las radios de todos los taxis, en las tertulias matinales del Congreso, en boca del presidente del Gobierno, del líder de la oposición, en boca de Jiménez Losantos.

Iñaki Gabilondo