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Los pasajeros de primera siempre fueron más rápidos que las ratas
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Los pasajeros de primera siempre fueron más rápidos que las ratas

Dicen que las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando éste se hunde, pero todos sabemos, sobre todo los que hemos visto el Titanic

Foto: Los pasajeros de primera siempre fueron más rápidos que las ratas
Los pasajeros de primera siempre fueron más rápidos que las ratas

Dicen que las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando éste se hunde, pero todos sabemos, sobre todo los que hemos visto el Titanic de James Cameron, que en realidad los más rápidos suelen ser los pasajeros de primera clase.

Jesús Vázquez, que tiene pinta de viajar en business hasta al servicio, fue el primero en avistar el iceberg contra el que estaba llamado a estrellarse estrepitosamente el buque telecinquero comandado por el jinete Álvaro Muñoz Escassi. Y fue el primero en lanzarse al agua, claro, con la excusa de que tenía una familia que alimentar, un prestigio que proteger y un nuevo barco del que ser marinerito; un concurso dominical llamado La Guillotina que, tras su malogrado estreno el pasado fin de semana (10.2% Y 1.514.000 espectadores), también parece tener hambre de hielo.

Telecinco, que también vio venir el iceberg de lejos, puso al servicio de su tripulante más honorable un salvavidas que le permitió abandonar tras una sola emisión el programa I love Escassi, que estaba llamado a presentar de principio a fin. El objetivo, una vez vista la reacción unánime del público, la crítica especializada e incluso El Instituto de la Mujer ante semejante verbena pornográfica y denigrante, era probablemente salvaguardar la reputación buenrollista de su presentador estrella, habitual de formatos ‘blancos’.

En su lugar colocaron a uno de sus navegantes de segunda, de nombre Joaquín Prats, hijo del mítico presentador de El precio justo y colaborador habitual del corrillo marujil de Ana Rosa Quintana. Hay ciertas naves en toda guerra –mucho más en la de la audiencia- que uno debe quemar en acto de sacrificio. Tampoco les importó desgastar la figura del propio Escassi, famoso de segunda, tripulante de tercera, televisivo de usar y tirar.

Nadie ama a Escassi

Telecinco anuncia ya en sus promos algo que se esperaba desde hace días: I love Escassi será sustituido por los nuevos capítulos de Aída en el prime time dominical y pasará a ocupar el late night de los jueves. De momento. Era algo fácil de predecir, porque el pasado domingo el formato de marras fue la quinta opción de la noche para los espectadores con un paupérrimo dato del 6,6% de cuota de pantalla, lo que se traduce en apenas un millón de seguidores. La cadena de Fuencarral cosechó cifras en la franja reina del domingo similares a las que obtuvo al hacer frente a la final de la Eurocopa emitida por Cuatro o a la gala de Eurovisión en la que nos representó Rosa de España. Ahí es nada.

Jamás un reality había tenido una acogida tan nefasta en villa-morbo. Caben los únicos precedente de Operación Tony Manero -un Operación Triunfo de actores de musical- y Dejadnos solos -Gran Hermano de piolines-. El drama, piénsenlo, es poliédrico, ya que este tipo de contenidos alimentan toda la parrilla. Si Escassi no funciona, Ana Rosa Quintana no tiene tema de conversación. Aunque en Telecinco lo que sobran, precisamente, son los temas de conversación. La inventiva da para tanto...

Para muestra de lo escatológico de I love Escassi, este botón en forma de play:

Dicen que las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando éste se hunde, pero todos sabemos, sobre todo los que hemos visto el Titanic de James Cameron, que en realidad los más rápidos suelen ser los pasajeros de primera clase.

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