Quién lo iba a decir...

Quién iba a sospechar que tras aquella pavisosa insípida y de talento limitado que interpretaba a la más joven de las mujeres desesperadas versión cañí que se sacó de la manga el bueno de José Luis Moreno, había una intérprete capacitada para sustituir a la gran Carmen Machi como matriarca barriunder de la familia García.

Ni el más iluso de los espectadores patrios hubiera dado un duro por esta joven intérprete el día que Globomedia anunció su sorpresivo fichaje por Aída. Puede, eso sí, que, como han reconocido desde Bette Davis hasta Penélope Cruz, detrás de toda gran actriz haya siempre una gran obra, un gran director, guionista, productor o las cuatro cosas a la vez. Desde luego, Las Matrimoniadas de José Luis Moreno, donde Miren Ibarguren se dio a conocer, no estaban aderezadas con ni uno sólo de esos ingredientes.

Ahora, desenmomiada y resuelta, pasea palmito Ibarguren (San Sebastián, 1980) por los decorados de cartón piedra de la sitcom más gamberra de la televisión española actual. Disfrazada de Anne Baxter en Eva al desnudo –la tonta que no lo es tanto-, la actriz vasca es ahora menos sustituta que nunca y le ha acabado robando el papel y el protagonismo a Bette Davis –desaparecida Carmen Machi-  y también al resto del reparto de Aída.

Retrato en sepia del extrarradio

Ayer domingo, Telecinco estrenó la séptima temporada de su serial para delirio de un buen número de adeptos que la han convertido en la serie más exitosa de los últimos años en España. No es fácil que una comedia de situación triunfe en este país, mucho menos cuando la duración habitual del formato (25 minutos por capítulo en Estados Unidos), se ha estirado como el chicle para hacerla compatible con los hábitos del prime time.

La limitación de escenarios y personajes han pasado factura de inmediato a otros intentos de trabajar el formato en España como La Tira (laSexta), Plutón B.R.B. Nero (La 2), la adaptación de Matrimonio con hijos (Cuatro) o la ya citada Escenas de matrimonio (Telecinco). Sólo algunas como Farmacia de Guardia o 7 vidas, de la que por cierto Aída es un Spin Off, han conseguido salir indemnes de esta encrucijada.

Las claves del triunfo de una sitcom, una vez se ha renunciado de antemano a la espectacularidad y otros recursos para captar la atención del espectador mediante la forma, son los diálogos y los personajes. Y Aída lo tiene todo ganado en ese terreno. Primero porque cuenta con un plantel de actores que serían capaces de recitar con acierto un texto escrito por la mismísima María Patiño. Y segundo, porque el grupo de guionistas que elaboran los gags está perfectamente capacitado para retratar con acierto, desde la parodia, la hipérbole y el estereotipo, una España que en realidad está mucho más cerca del centro que de la periferia.