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Scorsese confirma su etapa gagá afiliándose a las 3 dimensiones
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Nacho Gay

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Scorsese confirma su etapa gagá afiliándose a las 3 dimensiones

Algunos como Leonardo DiCaprio, su muso de cabecera, han dicho de él que es una leyenda viva a la altura de Kurosawa. Desde luego, el viejo

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Scorsese confirma su etapa gagá afiliándose a las 3 dimensiones

Algunos como Leonardo DiCaprio, su muso de cabecera, han dicho de él que es una leyenda viva a la altura de Kurosawa. Desde luego, el viejo Martin, Martin Scorsese, natural de Queens, Nueva York (1942), ha sido, es, uno de los directores más relevantes de eso que se ha dado en llamar postmodernidad cinematográfica.

Pero quizá no esté en su mejor momento de forma. Muy a pesar de que los Oscar encumbraron Infiltrados (2006), cualquiera que haya buceado un su filmografía sabe que esa cinta siquiera está entre las mejores. Y que aquello fue más una forma de saldar una deuda perversa de la industria con uno de sus grandes genios, ignorado en esos galardones hasta la fecha, que una genuflexión sincera ante la calidad de la obra.

Tras Infiltradosun par películas 'menores': un documental devoto sobre sus admirados Rolling, Shine a light (2008), poco más que un álbum audiovisual para fans insurrectos, y un thriller vertiginoso y más profundo de lo que aparenta, Shutter Island (2010) que, sin embargo, no ha convencido a todo el mundo. Inmediatamente antes de Infiltrados, algún que otro documental pasional sobre otro de sus héroes de voz rota, Bob Dylan, y tres películas olvidables: El aviador (2004), Gans of New York (2002) y Al límite (2000).

La deriva algo mainstrean y gagá de Scorsese en el siglo XXI, evidente si tenemos en cuenta algunos de los títulos que ha aceptado últimamente, se reafirma en el hecho de que La invención de Hugo Cabret, previsto para 2011, vaya a ser concebida y exhibida en tres dimensiones. Puede que sea el sino de todo cineasta, incluso de los más insurrectos, pero después de ver películas como Malas calles (1973), Taxi Driver (1976), Toro Salvaje (1980), Uno de los nuestros (1990), Casino (1995) o Mi viaje a Italia (1999), probablemente nadie se hubiera podido imaginar que su director iba a rodar un día una novela picaresca de corte infantil con las gafitas de colores puestas.

Seis películas en nevera

La pregunta es qué pasará después. Qué nos depara el futuro de Scorsese. Y de hecho ya sabemos bastantes cosas. Primero que el viejo Martin está sometido a un proceso de producción vertiginoso. Tiene previstos seis estrenos cinematográficos entre los años 2011 y 2012, además de una serie para HBO. Al margen de la mencionada La invención de Hugo Cabret, adaptación del libro ganador de la Medalla Cadecott 2008 como mejor obra para niños, dos biopics y un drama religioso esperan en nevera.

Sinatra (con Leonardo DiCaprio) y The Rise of Theodore Roosevelt (también con Leonardo DiCaprio), parecen seguir la senda marcada por El aviador, biografía del polifacético Howard Hughes, productor de cine y destacado piloto, que también interpretó DiCaprio, claro. Por su parte, Silencio, que protagonizarán Benicio del Toro y Gael García Bernal, narra la historia de dos sacerdotes jesuitas portugueses que viajan a Japón para expandir la cristiandad por tierras lejanas. Scorsese se mete en harina religiosa tras haber superado, o eso parece, el estigma de La última tentación de Cristo (1988), que algunos tildaron de herejía. Aunque habrá que esperar el resultado, todo hace indicar que estos tres títulos estarán en la tónica de esa producción ulterior de corte taquillero que ha generado Scorsese.

Las esperanzas de resurrección están depositadas en dos dramas criminales que también están en proceso de preproducción: I have you paint houses, con Robert de Niro, y El lobo de Wall Street, con Leonado DiCaprio, como no podía ser de otra manera. Ambas cintas se unen a un proyecto televisivo del mismo corte: Boardwalk Empire (HBO), con la que Scorsese regresa a los felices años veinte. No es cuestión de solicitarle una reclusión forzada y perpetua en ambientes de corte mafioso donde desplegar sus habilidades para retratar la violencia que le es intrínseca a la sociedad yanqui, pero los trabajos del director en el nuevo siglo ponen sobre la mesa una verdad a todas luces inalienable: a Scorsese le va mucho mejor con los gánsteres que con los pasarratos de aire demodé.

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Algunos como Leonardo DiCaprio, su muso de cabecera, han dicho de él que es una leyenda viva a la altura de Kurosawa. Desde luego, el viejo Martin, Martin Scorsese, natural de Queens, Nueva York (1942), ha sido, es, uno de los directores más relevantes de eso que se ha dado en llamar postmodernidad cinematográfica.