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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Lo que le sale del bolo

Hace tiempo que Mercedes Milá dejó de interesarme, pero, sobre todo, hace tiempo que dejó de sorprenderme. Cuando uno afirma lejos del sonrojo, haciendo gala de

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Lo que le sale del bolo

Hace tiempo que Mercedes Milá dejó de interesarme, pero, sobre todo, hace tiempo que dejó de sorprenderme. Cuando uno afirma lejos del sonrojo, haciendo gala de un naturalismo pasmoso, propio del mismísimo Émile Zola, que se mea habitualmente en la ducha, todo lo que viene después tiene que ser, en ese propósito legítimo por seguir llamando la atención, un poco más excrementicio y escatológico si cabe.

Alejada temporalmente de las portadas del tedio hasta nueva apertura de su particular parada de monstruos, ese homenaje voyeurista y casposo a un Orwell desnaturalizado, Mercedes se dedica de momento a practicar el noble arte de la escritura, aunque ella, supongo que por su voluntad iconoclasta y siempre reivindicativa de sí misma, lo haga sin tildes.

Mercedes escribe Lo que me sale del bolo. No a mí, sino a ella, que ha bautizado de esta guisa su reputadísimo blog en Telecinco.es. Allí acuden sus feligreses en romería para leer habitualmente posts de un indudable compromiso ecológico o leyendas algo soporíferas sobre sus incursiones en el periodismo de investigación -ejem- con Diario de.

Ayer, sin embargo, le dio por la política. Y Telecinco.es, que mataría por un titular morboso, destacó las reflexiones filosofales de Milá como si la pluma fuera del mismísimo Larra. Pero no creo que Larra escribiera cosas como ésta: “Dicen los que le conocen que Camps anda perdido en un laberinto. Dicen que su estrella, tan brillante y potente durante años, ha desaparecido y esa carencia lo está volviendo un poco loco. Dicen que no confía en casi nadie. Que se ha agarrado a su fe opusina como a un clavo ardiendo. Que a estas alturas sólo su mujer y sus hijos le sujetan”.

Hay veces que no merece la pena escribir. En mi caso, hoy habría sido mejor no hacerlo, pero yo no escribo cuando me sale del bolo. Ojalá. Que conste que a mí lo que opine la señora Milá me resulta tan lícito como indiferente. También lo que diga de un señor, Camps, que me aburre más y me interesa aún menos que ella. Pero me veo en la obligación –contractual- de decirle a esta señora que no le veo futuro como cronista de las evidencias.

“Vivimos tiempos de corrupciones incomprensibles. Nos están obligando a conocer historias que no nos merecemos. Sin negar la presunción de inocencia, los ciudadanos exigimos actuaciones a la justicia que sirvan para que los que están dispuestos a corromper o dejarse corromper, sepan que acabarán en la cárcel. No escaparán todos; algunos sí lo lograrán pero otros quedarán marcados de por vida”. Lea el artículo completo.

Después de diez años al frente de Gran Hermano, que Mercedes Milá escriba sobre política viene a ser como si un ermitaño presenta el informativo. Pero sobre todo me indigno como consumidor habitual de los inestimables contenidos de la web de Telecinco, un espejo donde se dibuja un reflejo realmente logrado de su carácter y filosofía.

Uno acude allí con el digno propósito de ver tetas y se encuentra con este tipo de desconcertantes artículos. No me extraña que estén perdiendo lectores. Entiendo de todos modos que colocado en el contexto de otras noticias de gran calado (Kiko Matamoros se desnuda por órdenes de los internautas; Tamara –de Mujeres y Hombres y Viceversa- asegura que Emilio ha engañado a Maite con otra chica; Maite: “Arturo, de GH, y su ‘delfín’ me encantan”) el artículo de Milá cobra la relevancia que merece y gana el sentido del que carece.

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Hace tiempo que Mercedes Milá dejó de interesarme, pero, sobre todo, hace tiempo que dejó de sorprenderme. Cuando uno afirma lejos del sonrojo, haciendo gala de un naturalismo pasmoso, propio del mismísimo Émile Zola, que se mea habitualmente en la ducha, todo lo que viene después tiene que ser, en ese propósito legítimo por seguir llamando la atención, un poco más excrementicio y escatológico si cabe.

Mercedes Milá Telecinco Francisco Camps